Sobre mi

MIS COMIENZOS CON EL BAMBÚ

Desde mis comienzos en la pesca con mosca en la década del ´90, siempre me llamaron la atención las cañas de bambú. Pensaba en lo hermoso y difícil que debería ser construirlas. Si bien para muchos no dejan de ser cañas de madera, para otros son artesanías invalorables tan comparables como si a un violinista le pusieramos un Stradivarius en las manos.

Sergio Fabián Martorelli

Nacido en Bahía Blanca el 14 de Otubre de 1966

Profesión: Analista de Sistemas en Ciencias de la Computación

De los años 1994 al 1998 - Presidente de la Asosciacion Bahiense de Pesca con Mosca .

Intructor de pesca con mosca Certificado por la Asociación Argentina de Pesca con Mosca y la Mel Krieger School.

Rod Maker (fabricante de cañas de bambú)

Volviendo a mis comienzos.... en esa época yo ya armaba y reparaba cañas de grafito, un día , mi amigo Buby Badillo me pregunta si no me animaba a repararle un par de cañas de bambú de su propiedad, lo pensé unos instantes y dije : Porque no? y así comenzó todo....por primera vez tuve una de esas hermosuras sobre la mesa de armado, la primera fue una Hardy Palakona de 7 pies para línea #4 , la cual había perdido totalmente la capa de barniz que la protegía y a razón de esto le había entrado humedad y duro fue descubrir que a medida que la deshilaba las varillas se iban despegando, quedé totalmente sorprendido al ver el detalle interior de cada varilla, el trabajo que se había tomado el constructor para que estas hermanen de manera perfecta para formar ese maravilloso hexágono. Luego de investigar un poco, llegué a la conclusión de que esto había sucedido porque en la década del ´50, época a la cual correspondía la caña, el pegamento que utilizaban era a base de cola de pescado y al haberle entrado humedad produjo que las varillas de despegaran. Bueno.... me había metido en un gran problema, tuve que desarmar la caña totalmente , inclusive retirarle enchufes , grip y portareel, para luego volver a pegarla y volver a armarla. Fue todo un desafío, pero realmente el trabajo valió la pena, mi amigo quedó muy conforme y yo muy orgulloso por haber podido realizarlo. Ese fue el principio de mi locura y pasión por el bambú , me dije , si pude con esa caña, tranquilamente podría fabricar una desde el comienzo.

Era muy poca la información que se podía conseguir sobre el tema de armado de cañas de bambú teniendo en cuenta que no existía la posibilidad de acceder a internet. Así que me valí de la ayuda de gente conocida y amiga que me dio una mano, no puedo dejar de nombrar a Marcelo Morales, uno de los mejores armadores de cañas que he conocido y excelente persona, que sin siquiera conocerme me envió 4 culms como para que empiece a dar mis primeros pasos en el cepillado de varillas. Les puedo asegurar que cepillar Bambú se ha convertido en una terapia para mi, una descarga a tierra, un desenchufe de problemas y encuentro de momentos agradables. En cada caña que termino y entrego una parte de mi se va en ella y en cada río que su dueño la utilice yo estaré pescando también. Es sumamente gratificante ver fotografías de mis cañas en acción de pesca junto con la sonrisa de sus felices propietarios.