4. Iglesia de San Bartolomé


Web de José Ramón Francia Silva

Introducción

A la hora de investigar el historial de nuestra Iglesia i también de las Ermitas, lo que sobresale en las referencias encontradas, son principalmente la recaudación del dinero y los arreglos que a veces de forma urgente se han tenido que realizar. Como la mayoría son fechas de ejecución de las obras, y son tantas.., en los últimos 300 años.

Destacaré solamente las más importantes. Hay que tener en cuenta que los materiales, en aquellos tiempos, eran menos consistentes y por lo tanto duraderos, por lo que los problemas eran constantes, sobre todo en cuanto al arreglo de los tejados que es la parte más vulnerable de cualquier edificación. También encontraremos cosas curiosas e inimaginables, sobre todo relativos a las Ermitas, según la forma de vivir y la cultura actual.

La Iglesia Parroquial de S. Bartolomé, construida de piedra y reconstruida entre los siglos XVI y XVII, es un edificio de estilo clasicista con una torre de cuatro cuerpos y un altar mayor barroco con columnas salomónicas de exquisita belleza.

Interior de la Iglesia Parroquial (Fot. Ruiz, Miguel Ángel)

El obispo D. Abilio del Campo, a principios de los años 60, en la Plaza de la Iglesia.

Retablo Mayor de la Iglesia de Lumbreras

Este modelo de retablo se asemeja a modelos riojalteños realizados por Diego de Ichaso y Francisco de la Cueva. No existen datos sobre el autor de su realización pero parece que data de hacia el año 1680 por su similitud con el de Hornillos que fue realizado por Francisco de la Cueva.

Las obras escultóricas son muy similares a las de Pedro de Oquerruri, que estuvo viviendo en Torrecilla y otros lugares cameranos, por esta época.

También se podría atribuir al arquitecto Francisco Domínguez de Tejada, que vivió en esta época en Laguna de Cameros y que era experto en la realización de columnas salomónicas. Y en 1684 sustituyó las columnas originales antiguas por otras salomónicas más modernas, en el retablo de la Virgen del Rosario de Laguna.

Una de las primeras actuaciones de las que nos ha quedado constancia en el “Libro de Fábrica de la Iglesia” (Francia García, P., Crónicas de un Pueblo, 2005), ha sido el dorado del Retablo Mayor, en 1.707. Primero, en 1.704, se quitó el retablo antiguo y se vendió para la Ermita de Santiago por 300 reales. El nuevo Retablo se consiguió por suscripción entre los hijos del pueblo presentes y ausentes. Los 19.470 reales que costó (4.867,5 pts.) fueron sufragados, en su mayor cuantía, de la forma siguiente:

Dña. Catalina Sánchez Salvador 5.500 reales (cuatro equivalían a una peseta)

D. José Pérez 2.200

La Villa (Ayto.) 1.732

Las Cofradías, que había varias 1.180

D. José Sánchez 1.012

D. Jerónimo Sánchez Salvador 1.000

Existe constancia escrita de diferentes pormenores de esta obra. Así al soriano D. Juan de Puertas se le entregaron 17.200 reales por el dorado; además el remate del retablo costó 240 reales; las tablas para el andamio 70; 4 cargas de ato para el dorador 80 reales; traer doradores y volverlos con su ato a Soria 28 reales; mejora final del retablo 100 reales.

Como anécdota significativa señalemos que Nicolás Martínez dorador de nuestra localidad, Lumbreras, doró el Relicario de Nieva en 1704 (Libro de Fábrica de Nieva, desde 1675 Fols 113 vº y 134 vº).

Otros retablos

También hay otros retablos menores interesantes y diferentes tallas, entre las que destacan la de S. Bartolomé, que podría ser de entre los siglos XVII y XVIII.

El de S. Juan Nepomuceno de mediados del siglo XVIII, en un altar lateral.

Merece destacar la espléndida pintura flamenca sobre tabla de San Jerónimo Penitente, del flamenco del XVI, cuyo autor es Jan Janders Van Hemessen. Así mismo se ha restaurado la pintura realizada, con toda probabilidad en 1742, por D. Luis Salvador Carmona (1709-1767) de San Juan Nepomuceno.

San Jerónimo Penitente

Más detalles y arreglos de la Iglesia

Si el retablo mayor es además de representativo de la época, de una gran belleza y no necesitaría de otros retablos más pequeños para dejar de destacar, no nos encontraríamos a gusto dentro de nuestra Iglesia sin observar alrededor otros retablos, como el de San Juan Nepomuceno (1742) y un poco pasada la mitad del siglo XVIII, en 1762, se hicieron 2 nuevos más: El de Ntra. Sra. del Rosario y el de San Jerónimo.

En 1723 se entabló la sacristía vieja, con 50 tablas de roble y 12 cuartones.

En 1781, con 45 reales, se lució el interior con cal y se entabló la parte primera de la sacristía, que es la que quedó sin hacer el año 1723.

Aguamanil de la sacristia.

Entre 1784 y 1786 se hicieron los púlpitos, con las escaleras, hierros y los “guardavoces” para dichos púlpitos. La madera y las tablas se trajeron de Villoslada.

En 1726 se colocó el balcón de hierro que hay en el salón de la Iglesia.

En 1797 se reparó el empedrado del pórtico y sería posteriormente, 62 años después, en 1859 cuando se volvió a reparar y a lucir. También ese año se cerró la puerta de atrás, la que da al norte.

Puerta del Norte que se cerró en 1859

En 1882 se construyó un catafalco de lienzos pintados y 4 blandones. Y entre 1883 y 1884, el altar, retablo y efigie de la Purísima Concepción.

En el año 1888 se entarimó el suelo y se reconstruyó la casa del curato. 7 años después se colocó la vidriera de colores.

Casa del curato construida en 1888.

Ni que decir tiene que hay constantes referencias al retejado, que cada pocos años era obligado realizar. El año 1870 fue uno de ellos.

El cura párroco D. Ernesto (1965-66), hizo la primera gran obra en la Iglesia cambiando las maderas del tejado por viguetas. En 1971 se cerró debajo del coro de la Iglesia una pequeña capilla para que fuera acogedora en invierno.

El último tercio del siglo XX ha sido decisivo para solucionar definitivamente los “principales males” que han aquejado a las ermitas y a la Iglesia Parroquial: Se han solucionado los tejados con vigas de homigón y con “onduline” debajo de las tejas. Además ha habido otras muchas mejoras.

El sacerdote del pueblo se trasladó a vivir a Villoslada, en 1971.

A partir de esta fecha (1971) ha sido D. Pedro Francia García el que se ha encargado de remodelación, mejora y búsqueda de soluciones para las Ermitas y la Parroquia.

Cada año ha habido alguna actuación sobre todo dando consistencia y pulcritud a las fachadas exteriores, evitando filtraciones con el cambio y mejora de tejados, restaurando imágenes y cuadros..etc. (Francia García, P. 1972-2002).

En los últimos decenios ha habido una mejora considerable del patrimonio de la Iglesia y de las ermitas: Se realizó una nueva instalación eléctrica en 1987, se arregló el piso del campanario y el techo del baptisterio. También se restauró San Jerónimo. Posteriormente la electrificación de las campanas:1988. Se instaló, hace unos años la calefacción y se arregló el acceso al campanario. En dos ocasiones se ha mejorado la tarima del suelo; una de ellas el año 2005. etc..

El coro

Muchas veces hemos subido al coro y nos hemos preguntado cuanto tiempo lleva la sillería allí colocada. Son casi 200 años; en 1718 se empezó a hacer y en 1720 se concluyó ya que no se tenían los reales necesarios para acabarla en aquel año.

Hay que recordar que en la mayoría de las iglesias importantes existe sillería en el coro, que se utilizaba para el rezo y canto comunitario de los clérigos (en Lumbreras había unos cuantos) y que se hizo a imitación de otras renacentistas de la época.

Donantes importantes (Francia, Pedro) D. Pedro Sánchez Salvador, por manda de su esposa Dña María Sánchez Salvador con 1135 reales y D. Plácido Zapata, casado con Dña Antonia Sánchez Salvador con 300 reales.

Restauración del coro. Verano 2011.

Como en la década de los años 60 del siglo XX, con las obras se deterioró bastante la sillería del Coro, y la carcoma estaba desfigurando parte de la sillería, en el año 2010 se empezó a pensar en solucionar estos problemas. Se contactó con el carpintero de Ortigosa y para el verano del 2011 acabó la carpintería, no obstante, al quedar las “bolas redondas” de la parte superior de la sillería sin relieves, principalmente por su excesivo coste, D. Miguel Ángel Ruiz se ofreció para darle forma artística a cada una de las diferentes “esferas” . Falta el tratar la carcoma y el pintado, que posiblemente se acabe en el 2012.

El órgano barroco

En el año 1713 se encuentra sin voces ni registros. Se ofrecieron donativos para recomponerlo. En 1718 se afinó. En 1760 Juan Francisco Almarza Lasarte donó 630 reales para componerlo. Entre 1764 y 1766 también se le hicieron arreglos y nueve años después igualmente.

En los últimos años del siglo XX se reformó, afinó y se acondicionó para funcionar con electricidad. A principios de este siglo también se ha revisado y afinado.

De especial relieve es el órgano del coro de la iglesia. Según D. Federico Acítores, restaurador de órganos “estamos ante un ejemplar auténtico de época y estilo (barroco) probablemente el más antiguo de todo el patrimonio riojano”. Construido en 1715, posee elementos como el flautado que pertenecen al siglo XVI. Se ha restaurado la decoración de la caja y se han renovado los elementos exteriores e interiores.

A lo largo de los años ha tenido muchos arreglos, afinaciones y reparaciones: En 1718 se arregló la lengüeteria y se reparó afinándolo.

De nuevo, en 1764 un organero “lo puso en su debido estado”. Sabemos que en 1904 se hallaba vacante la plaza de organero en Lumbreras. En 1956 se reparó nuevamente. Posteriormente se le puso un motor silencioso.

Ahora se encuentra en perfecto estado y cada verano importantes organistas nos deleitan con obras de músicos de diferentes siglos.

D. Pedro Francia García se ha encargado de acercar al pueblo a estos concertistas:

D. Jesús Amurrio Rubio, en el año 2003 inauguró esta nueva temporada, con piezas de los siglos XVI, XVII y XVIII.

D. Modest Moreno i Morera en el año 2004.

En el 2005 D. José Santos de la Iglesia Hugarte.

Nuevamente D. Jesús Amurrio Rubio en el año 2006, 2010 y 2011.

Merece la pena deleitar el oído con su sonido siempre, pero sobre todo en los conciertos de cada Agosto.

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