Uno entre un millón

Fémur Corto Congénito

Significa que en el momento en que nací, hace ya algo más de un mes, la diferencia entre mis fémures era de en torno a cinco centímetros. Cinco. ¡Qué importantes pueden llegar a ser las cifras…!

Una frase que seguro que has oído muchas veces:

Uno entre un millón.

Una estrella entre millones. Una gota de lluvia entre miles. Algo único, especial. Ese soy yo. Porque "uno entre un millón" es lo que escucharon mis padres cuando los médicos, en la semana 34 de embarazo, les informaron de que uno de mis fémures era más corto que el otro, diagnosticando una patología denominada fémur corto congénito.

¿Quién soy yo?

Mi nombre es Leo. Ni Leonardo, ni Leopoldo. Sólo Leo. Sonoro y rotundo. Y es que detrás de mi nombre hay mucho significado.

Toda gota de lluvia, todo grano de arena suma. Además, tú que estás leyendo esto ahora también eres singular, otro "uno entre un millón", porque sólo haber llegado hasta estas líneas y que te intereses por mi caso, te hace tremendamente especial.