Mucha gente piensa que el dominio de los signos de puntuación no es importante, que la buena ortografía representa una pérdida de tiempo y que escribir bien es una actividad estéril.
Felizmente, para nosotros, también hay numerosos ejemplos de cómo en la lengua todavía es rescatable ese componente de corrección y de precisión en la vida cotidiana. A continuación, presentamos algunos de ellos.