HISTORIA DEL JABÓN

lunes, 11 de julio de 2016

HISTORIA DEL JABÓN

El pueblo sumerio, allá por el año 3.000 a.C, ya fabricaba jabón hirviendo diversos álcalis juntos, y utilizando su residuo para lavarse. Los antiguos egipcios usaban también un producto jabonoso que consistía en una mezcla de agua, aceite y ceras vegetales o animales, fórmula que fue empleada asimismo

por los griegos y los romanos; estos últimos conocieron una forma de jabón a través de los galos. Plinio el Viejo, historiador romano, menciona un ungüento de ceniza de haya y grasa de cabra que los galos utilizaban como untura para el cabello. En las excavaciones de la ciudad de Pompeya se ha descubierto una fábrica de jabón que data de más de 1.900 años.

Galeno menciona el jabón usado específicamente para el lavado en el siglo II.

Los restos de jabón más antiguos se encontraron en tarros de arcilla de origen babilónico alrededor de 2800 A.C. las inscripciones en los cilindros describen la mezcla de grasas hervidas con cenizas. Éste es un método de fabricación de jabón, pero no hay mención de su uso o propósito. La referencia literaria más temprana sobre el jabón fue encontrada en las tabletas de la arcilla que fechaban a partir del 3er. milenio A.C. en la Mesopotamia. Estos escritos contienen una receta para hacer jabón con una mezcla de potasa y aceite. Otra receta contiene los ingredientes de una prescripción medicinal del jabón.

Los fenicios alrededor del siglo 600 A.C. utilizaban jabón en la limpieza de las fibras textiles de lanas y algodón, como también en la preparación para tejer los paños.

El tratamiento de la grasa con un álcali –la ceniza es un álcali como también lo es la soda- se ha practicado en el Oriente Medio por lo menos durante 5000 años. Los antiguos israelíes habían detallado las leyes que gobernaban la limpieza personal. Los relatos bíblicos sugieren que se sabía que las cenizas y el aceite al mezclarse daban una clase de producto para lavarse el cabello.

El romano PlinioPlinio habla igualmente del jabón en los siguientes términos : “es una invención de los galos para hacer los cabellos rubios. Se compone de cebo y cenizas de haya. Le hay de dos clases, sólido y líquido; los germanos emplean uno y otro, los hombres más que las mujeres.” Según Plinio, el jabón fue, pues inventado por los galos; pero esta aserción quedó destruida por el descubrimiento de una jabonería en las ruinas de Pompeya, y todo induce a creer que el jabón era empleado ya en esta época en más usos, que en la tintura de los cabellos.

Los orígenes del jabón son inciertos, la palabra jabón (sapone en italiano), según la leyenda se debe, del nombre del monte Sapo, situado en Roma. Hace siglos y según los rituales, era habitual practicar sacrificios de animales en lo alto de la montaña. A su vez, las mujeres de entonces acudían a la falda de la colina, regadas por las aguas del río Tíber, para lavar allí sus prendas. El río trasladaba hasta esa zona una sustancia formada por cenizas y grasas de animales que asociaron con la espuma y con los beneficios de la misma para lavar la colada. Incluso en la literatura en el siglo VI a.C, Homero narra en La Odisea cómo Naucasía, hija de Feacia, junto con sus sirvientas, pateaba en el agua del río la ropa sucia hasta dejarla completamente limpia. Así, a ese primer método detergente se le llamó “pie de doncella”.

Pero dejando al margen estos mitos y leyendas, y centrándonos ahora en la parte histórica, hay indicios de que ya en la antigua Babilonia se usaba el jabón, y que también los sumerios y los hebreos lo conocían. Así mismo, los egipcios lo utilizaron tanto para lavar la ropa como para fines medicinales. En el siglo I d.C , el naturalista e historiador romano Plinio, nos habla en sus escritos de un jabón blando conocido por los antiguos pueblos germanos, y otro jabón más duro utilizado por los galos. También en el siglo II d.C., el médico romano Galeno nos facilitó las primeras noticias sobre el empleo del jabón como medio curativo, así como para la fácil eliminación de la suciedad del cuerpo y de los vestidos.

Sin embargo no debemos olvidar que la higiene personal fue y sigue siendo necesaria y sobre todo muy nombrada incluso en la biblia se habla de ello. Desde tiempos antiguos los baños formaban parte esencial de la vida , era casi una especie de ritual teniendo al agua como fuente de pureza, sin embargo, solían mezclarla con diversos aromas (aceites esenciales) provenientes de plantas y flores (rosa, sándalo, jazmín,romero, y la preferida lavanda).

La fórmula más antigua conocida del jabón, data aproximadamente del 2250 a.C., pero fue en el siglo VII y precisamente en la ciudad italiana de Savona (a la cual debe su nombre) donde se empezó a elaborar un jabón a base de aceite de oliva, que también se hacía en España y era conocido como “Jabón de Castilla”. La industria jabonera floreció en las ciudades costeras del Mediterráneo, favorecidas por la abundante presencia del aceite de oliva y la sosa natural, procedente de las cenizas de las algas marinas. En el siglo XV aparece también el conocido “Jabón de Marsella”, preparado con una mezcla de huesos (ricos en potasio) y grasas vegetales. En el siglo XVI el jabón era extremadamente caro, por lo que su uso no estaba muy difundido. Es por ellos que no fue realmente hasta el siglo XIX, cuando se expandió el uso del jabón a lo largo de Europa y el resto del mundo.

La fabricación de jabón desapareció de Europa con la declinación del imperio romano. Alrededor del siglo 700, la fabricación de jabón se convierte en un arte en Venecia y se registra su exportación. En Inglaterra del siglo doce, un jabón suave, de origen francés, era utilizado por las clases altas. Era una mezcla de la grasa del cordero, ceniza de madera y soda cáustica, que conservaba la textura de la grasa.

La mayoría de los fabricantes de jabón no tenía ninguna idea acerca de lo que ocurría durante el proceso. Ellos empleaban el método de ensayo y error, confiando en la suerte, y creyendo en muchas supersticiones.

La fabricación de jabón siguió siendo un arte relativamente primitivo hasta el siglo XVI, cuando fueron desarrolladas las técnicas que proporcionaron un jabón más puro.

Hay una falsa idea popular que sostiene que en la Edad Media la gente no se bañaba a menudo. Al contrario, había muchos baños públicos. Los nobles y los comerciantes ricos tenían sus propios baños privados con grandes tinas de madera y empleaban abundantemente las barras del jabón. Fue durante la baja Edad Media, cuando el bañarse cayó en desgracia. Los baños públicos eran cerrados porque las autoridades de entonces pensaban que estos baños promovían la extensión de la plaga. Los habitantes del Renacimiento no eran muy afectos a conservar el cuerpo limpio y preferían en cambio cubrir los olores con perfumes.

En el norte de Francia, donde era más difícil producir aceite de oliva, los fabricantes recurrieron a las grasas animales, incluso recurrieron a los aceites de los pescados. Los jabones eran de mala calidad y sólo eran adecuados para el lavado de paños textiles y ropa.

En la Edad Media la gente no se bañaba a menudo. Aunque, había muchos baños públicos. Los nobles y los comerciantes ricos tenían sus propios baños privados con grandes tinas de madera y empleaban abundantemente las barras del jabón. En esta época el bañarse en los baños públicos cayó en desgracia debido a la promiscuidad y las enfermedades, estos eran cerrados porque las autoridades de entonces pensaban que los baños promovían la extensión de la plaga. La gente del Renacimiento no eran muy afectos a conservar el cuerpo limpio y preferían en cambio cubrir los olores con perfumes.

Sin lugar a dudas, los franceses hubieran dominado el comercio del jabón en todo el mundo si no hubiera sido por dos razones. La primera de ellas es que los jabones “de lujo” (que en realidad era cualquier jabón destinado para uso personal) solían ser objeto de los impuestos reales, por lo que no eran asequibles a la gente del pueblo. La segunda y más importante, es que a mitades del siglo XIV el baño personal pasó a considerarse una actividad altamente peligrosa.

En Inglaterra fue fabricado comercialmente recién a partir del siglo 14: y dos siglos después, grandes cantidades de jabón de Castilla fueron importadas de España, mientras duró la paz. En 1638 se crea una empresa de fabricación de jabón cuyos productos se usaban principalmente para el lavado de ropa. Existía un agua de tocador o agua de mirra, con la que las mujeres inglesas embebían un paño y se lo pasaban por el rostro a la noche.

Por los siglos XVI y XVII la jabonería había tomado un gran desenvolvimiento en Génova y en Venecia, y esto hizo a Jean Baptiste Colbert (Ministro de Luis XIV en Francia) dar un nuevo empuje a la jabonería francesa, para lo cual hizo venir jaboneros de Italia, y los estableció primeramente en Toulon, concediéndoles privilegios, y después en Marsella; pero con la condición de no emplear otros aceites, que los del país, ni otros operarios que los franceses.

Luis XIV concedió al Sr. Rigat el monopolio de la fabricación del jabón para toda Francia; pero poco tiempo después el parlamento anuló esta concesión (1669).

En 1786, Nicolas Leblanc, un cientifico arruinado en vida pero que ha pasado a la historia después de muerto, inventó un nuevo método para obtener la sosa, a partir de la sal marina, abaratando considerablemente el proceso de fabricación del jabón. Básicamente, la sosa caustica hace que los cuerpos grasos se dividan en sus distintos componentes. A partir de este momento se industrializa la fabricación del jabón.

La fabricación de jabón siguió siendo un arte relativamente primitivo hasta el siglo XVI, cuando fueron desarrolladas las técnicas que proporcionaron un jabón más puro.

La primera gran fabrica de jabones en Europa la construyeron los árabes en Sevilla, y en el siglo XV se empezó a conocer como el jabón de Castilla. en el XVI se amplió la fabricación y se exportaba a la recien descubierta América.

Los primeros colonos norteamericanos trajeron una fuente abundante de jabón junto con ellos. Una lista de embarque de El Talbot, una nave de la Massachusetts Bay Company, que llevó personas y carga de Inglaterra a sus colonias en Naumbeak (ahora Salem y Boston), consigna un "firkin" de jabón. El firkin es una vieja medida de un barril de cerca de nueve galones de capacidad. John Winthrop, el primer gobernador de la colonia de la bahía de Massachussets, cuando escribió a su esposa en 1630 incluyó el jabón en su lista de necesidades.

Una vez instalados, los colonos prepararon su propio jabón para no depender de los envíos ingleses. Para ello usaban ceniza de madera y grasa de animales. Su preparación era una actividad que generalmente se realizaba una vez al año. Quienes no sacrificaban animales, guardaban el aceite de las frituras para preparar su jabón como lo siguen haciendo algunos norteamericanos hoy en día .

Finalmente en 1823 el químico francés Michel Eugène Chevreul determinó la naturaleza química de las grasas y detalló la composición y el proceso de la elaboración del jabón. Esto dio lugar a la producción controlada y a gran escala de jabones suaves reproducibles, hechos a base de las grasas y los aceites disponibles en cada lugar.

Durante la primera y segunda guerra mundial había escasez de grasas animales, y se empezaron a utilizar otros componentes químicos, mucho más baratos, para la obtención del jabón.

Las innovaciones en la segunda mitad del siglo XX han sido muchas, empezaron a aparecer jabones sintéticos, productos no jabonosos empleados para lavar ropa, pero que son muy eficaces con las manchas, como los detergentes en polvo, blanqueantes, suavizantes, quitamanchas, etc.

Desde entonces y hasta ahora lo que más ha evolucionado en el jabón no es tanto su formulación sino su apariencia. Han pasado de su antiguo tacto rudo y poco agradable a la cuidada apariencia del jabón que conocemos, sin dejar de mencionar las vistosas y coloridas presentaciones de jabones artesanales hechos a mano que encontramos hoy en día.

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EL ANTIGUO JABÓN DE ALEPO

El jabón de Alepo es un jabón vegetal a base de aceites de oliva y laurel. Es el antepasado del jabón de Marsella y, según se dice, el primer jabón sólido del mundo. Se elabora de forma artesanal desde hace más de 2000 años en la ciudad de Alepo, situada al norte de Siria. La elaboración del jabón de Alepo se ha transmitido de generación en generación hasta nuestros días, manteniéndose igual que en los orígenes. Es uno de los jabones más prestigiosos del mundo ya que de él derivan todos los aceites artesanales españoles, italianos y franceses.

La técnica de elaboración de estos jabones llegó a Europa por medio de las cruzadas, en el siglo XII y a pesar del paso del tiempo, su receta no ha tenido variación hasta nuestros días.

El jabón de Alepo combina los métodos de producción más antiguos con los productos más naturales. Este jabón se elabora sin colorantes, conservantes, perfumes ni productos químicos. Es un jabón completamente vegetal y biodegradable.

El auténtico jabón de Alepo, que es considerado el más puro de todos los jabones, se elabora exclusivamente a base de aceite de oliva, aceite de laurel, hidróxido de sodio y agua.

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EL JABÓN HENO DE PRAVIA

La historia del jabón Heno de Pravia empieza en 1903.. Salvador Echeandía Gal, cofundador de Perfumería Gal con su paisano Lesmes Sainz, realizaba un viaje por Asturias cuando al pasar por la villa de Pravia quedó prendado del aroma que se desprendía del heno recién cortado. A partir de ese momento se obsesionó con la idea de crear un perfume con aquel olor.. en 1905 sacó a la venta un jabón con el aroma del heno recién cortado al que llamó Heno de Pravia en recuerdo de esta localidad. Este jabón se presentaba en forma de una pastilla de color verde como el heno verde y envuelta en papel amarillo como el heno seco.

Desde entonces hasta ahora aquel jabón con olor a hierba ha tenido un gran éxito, convirtiéndose en toda una gama de productos de higiene (jabones en pastilla, jabones en crema, geles, desodorantes, colonias familiares y colonia envasada), siendo actualmente una marca bien conocida y diferenciada que se vende en todo el mundo, a pesar de tener ya más de un siglo de existencia.

Referencias:

http://tabloide.eurofull.com/shop/detall...

Jabones Esenciales, Dr. Robert S. McDaniel, editorial Paidotribo

Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Heno_de_Pravia

Publicado por Repolido Blaz

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Etiquetas: Historias