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El mapa de la empatía no es un concepto educativo, sino que se emplea como estrategia de marketing para convertir a las personas en clientes que compren productos o adquieran servicios servicios de una determinada marca. Por tanto, el mapa de la empatía tiene como finalidad comprender tan bien como sea posible al potencial cliente de una marca, entendiendo por comprender tanto sus necesidades explícitas como implícitas. Los que me leéis con asiduidad sabéis cuánto me gusta introducir elementos del marketing al ámbito educativo. Pues bien, el artículo de hoy quiere trasladar el mapa de la empatía a las aulas. Te aseguro que el resultado del artículo te va a sorprender por lo adaptable del mapa al entorno educativo. ¿Quieres saber cómo se aplica el mapa de la empatía en el ámbito educativo? Pues sigue leyendo y te lo enseñaré.
El mapa de la empatía o lo que es lo mismo: conocer para vender más, conocer para entender más y mejor a tus alumnos. Tanto en el marketing como en la educación la relación con las personas debe basarse en el principio de la relación de confianza. Y para conseguir dicha relación de confianza se hace imprescindible la empatía para establecer relaciones que puedan perdurar en el tiempo. Tanto el marketing como la educación ha basado la relación entre clientes/alumnos a partir de lo que se llama la segmentación, es decir, establecer categorías, agrupaciones o segmentos en los que clasificar a los clientes/alumnos. No es que la segmentación sea algo negativo. Pero en este sentido el mapa de la empatía viene a ser una superación de lo que se entiende por segmentación, que en ocasiones tiende a agrupar y a generalizar sin obtener los resultados deseados. El mapa de la empatía quiere ir un paso más allá diseminando cuáles son las necesidades concretas de cada cliente/alumno para ofrecer la mayor atención y llegar a una mejor comprensión de la persona.
El mapa de la empatía es una herramienta creada por la empresa de consultoría de negocios XPLANE que tiene como objetivo conseguir un mayor grado de conocimiento de la persona profundizando en lo que les rodea, preocupa, anhela y desea. En concreto, Alex Osterwalter es quien propone la creación de lo que se denomina el mapa de la empatía con la finalidad de comprender mejor a las personas y así poder usar dicha información en satisfacer sus necesidades y ayudarlas a partir de las informaciones que de ellas se obtienen.
Cualquier alumno que se precie tiene unas características que podrían considerarse comunes y que son:
Partiendo de estas tres premisas es donde el mapa de la empatía genera seis preguntas básicas con las que poder entender mejor a las personas y, por ende, a tus alumnos.
1. ¿Qué piensa y siente el alumno? Hay que preocuparse y ocuparse de los que piensa y siente cada alumno. Para hacerlo es indispensable tener en cuenta los siguientes aspectos:
2. ¿Qué dice y hace el alumno? Es fundamental para el buen conocimiento de cualquier alumno conocer tanto lo que dice como lo que hace. Para ello se puede partir de las siguientes premisas:
3. ¿Qué ve el alumno? Esta tercera pregunta se basa en todo lo que rodea a un alumno. En este sentido cabe insistir en:
4. ¿Qué escucha el alumno? Un alumno es lo que es en muchas ocasiones no sólo por el entorno, sino por lo que escucha en ese entorno. Por tanto, se trata de:
5. ¿Qué frustra al alumno? El camino hacia la madurez no está exenta de frustraciones. Como docente debes tener este aspecto muy presente a la hora de llegar a conocer a un alumno. Por eso se trata de:
6. ¿Qué motiva al alumno? La motivación es el motor del que nace la fuerza interior de un alumno. De ahí que sea tan importante:
Como ves, el mapa de la empatía tiene como objeto una mayor personalización del conocimiento del alumnos. La empatía sólo sirve en tanto en cuanto dispones de la información esencial del alumno al que quieras ayudar, al que quieres conocer más y mejor. Mediante el mapa de la empatía la segmentación, es decir, la categorización y etiquetación se transforma en personalización, conocimiento profundo que se traducirá en un ayuda afectiva y efectiva en el tiempo.
No quiero acabar esta entrada sin hacer alusión a una metodología muy relacionada con el mapa de la empatía. Se trata del Pensamiento de Diseño o Design Thinking, una metodología dirigida expresamente a la resolución de problemas a partir de un entorno creativo. He citado la importancia del Design Thinking porque creo que dicha herramienta parte de una idea que creo que es perfectamente extrapolable al ámbito educativo y es la resolución y el aprendizaje a partir de la cooperación y del trabajo en equipo. Al igual que el mapa de la empatía, el Design Thinking pone en el centro a las personas, fomenta la empatía y defiende la creatividad como la mejor opción para la resolución de problemas. Además, elDesign Thinking no tiene como prioridad la calificación, sino el aprendizaje, algo que creo que se podría trasladar perfectamente a las aulas.