Ermita de Nuestra Sra, de Carejas

A menos de 2 Km. de la localidad palentina de Paredes de Nava, dirección Villoldo, sobre una pequeña loma y rodeada de arboledas y pradera, encontramos la Ermita de Nuestra Señora de Carejas, lugar al que los paredeños le tienen un especial cariño.

Poco sabemos sobre el origen del emplazamiento. “Karelias” debió de ser un poblado más de los muchos que desde el siglo III se fueron formando en las fértiles tierras del entorno de Paredes de Nava. Incluso alguna teoría basada en la etimología del término “carel” lo relaciona con un posible embarcadero de la laguna de La Nava. La ermita es el recuerdo popular de que en este lugar existió un antiguo poblado en época medieval, cuyos vecinos, asimilados por la villa de Paredes, se negaron a perder el contacto con sus raíces y, pese a que la zona quedó despoblada, hicieron todo lo posible por seguir manteniendo en pie la que fuera antigua y pequeña iglesia del núcleo, que entonces se dedicaba a Santa María.

Podemos asociar el enclave con el fenómeno de las “Iglesias propias”, institución típicamente medieval que se caracteriza por el hecho de que la iglesia, junto con los bienes, forma una unidad indisoluble dentro del patrimonio del fundador o del de sus descendientes. Estas “Iglesias Propias” no pertenecían a la Iglesia y sí a un particular que recibía por ello diezmos y privilegios.

Situados entonces en la Baja Edad Media, tenemos una “iglesia propia” en un poblado muy cercano a un importante núcleo de población del momento como Paredes de Nava.