LETRAS

Salmos de los hijos de Coré

Salmo 42-43 (41-42): Nostalgia de Dios

Salmo 44 (43): Mi Rey y mi Dios

Salmo 45 (44): La boda del rey

Salmo 46 (45): El Señor es nuestra Fortaleza

Salmo 47 (46): Tocad para nuestro Salvador

Salmos 48 y 87 (47 y 86): Jerusalén, ciudad de Dios

Salmo 49 (48): Cantaré al son de la cítara

Salmo 84 (83): Qué deseables son tus moradas

Salmo 85 (84): Restáuranos Dios

Salmo 88 (87): Yo te invoco Señor


Otros

Mi amado para mi

Dios no se muda

Una Jarra de Barro

Salmo 150: Alabad al Señor

Salmo 144: Te ensalzaré, Dios mío

María

Desde el Seno de mi Madre

Padre Bueno

Ser Feliz

Salmo 23: El Señor es mi Pastor

Salmo 63(62): Por ti madrugo

Salmo 8: Oh Señor, dueño nuestro

Lávame Señor

Me alegro con mi Salvador

Salmo 13: ¿Hasta cuándo?

Revestios del Amor

Salmo 90: A la sombra del Omnipotente

En la noche de Pascua

Qué soy yo para ti

En medio del camino te encontré.



Salmo 42-43 (41-42): NOSTALGIA DE DIOS

(De los hijos de Coré. El salmista en el destierro añora el servicio de cantor en el templo de Jerusalén)

Como el ciervo busca los arroyos, mi alma te anhela a ti, Dios mío.

Mi alma tiene sed del Dios viviente: ¿Cuándo podré contemplar tu rostro?

Lágrimas son mi pan noche y día, y mis huesos rotos por la burla

mientras sin cesar mis adversarios "¿Dónde está tu Dios?”, siempre preguntan

¿Por qué te deprimes y te inquietas alma mía?

Espera en tu Dios y volveré a darle gracias,

Porque El es mi Dios y salvador.

De día el Señor me colmará de bendiciones

Por la noche cantaré por El mi alabanza

porque El es el dueño de mi vida.

Al recordar el pasado me lleva la nostalgia: ¡cómo iba al frente de mi pueblo y lo guiaba

a la Casa de Dios entre cantos de alabanza, alegría y júbilo entre fiestas y danzas.!

Mi alma está abatida y te recuerdo, desde la tierra del río Jordán.

¿Acaso mi Dios me ha olvidado? ¿Por qué estoy tan triste y oprimido?".




Salmo 44 (43): MI REY Y MI DIOS

(Salmo de los hijos de Coré que en los momentos de dificultad recuerda

como Dios ha sido potente en su historia y les ha sacado de las dificultades)

Oh Dios, nuestros oídos lo oyeron, nuestros padres nos lo han contado

la obra que hiciste en sus días, en los años remotos.

Tú mismo saqueaste a los gentiles, tú mismo los plantaste a ellos;

venciste a las otras naciones y los hiciste crecer.

Porque no fue su espada la que ocupó la tierra, ni su brazo el que le dio la victoria.

si no tu diestra y brazo y la luz de tu rostro, porque tú los amabas fue por tu amor.

Mi rey y mi Dios eres tú, que das la victoria a Jacob

tú nos diste la victoria, derrotaste al enemigo

Dios es siempre nuestro orgullo, damos gracias a tu nombre.

Ahora en cambio nos avergüenzas, ya no sales con nuestras tropas:

huimos ante el enemigo y ellos nos saquean.

Somos ovejas a la matanza dispersados por las naciones;

vendes a tu pueblo por nada, muy alto no lo tasas

Pero nunca olvidamos el nombre de nuestro Dios

pues él habría sabido el secreto.

Despierta, Dios, no duermas ya más no nos rechaces.

No escondas tu rostro a la opresión.



Salmo 45 (44): LA BODA DEL REY

(De los hijos de Coré. El salmista recita una oda al rey la víspera de su boda

que le sirve también para alabar a Dios, Rey eterno)

Del corazón me brota un poema bello, recito mis versos a un rey;

eres el más hermoso de todos los hombres, que la gracia en tus labios esté.

Cíñete al flanco la espada, valiente: tu gala y tu orgullo es;

cabalga victorioso en pos de la justicia, tu diestra te enseñe a vencer.

Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden, temen los enemigos del rey.

A mirra y acacia huelen tus vestidos, las arpas suenan a tus pies.

Desde los palacios de oro y marfiles, princesas te salen a ver.

La ciudad de Tiro viene con regalos, los pueblos buscan tu merced.

El trono de Dios permanece para siempre,

es el cetro de la rectitud.

Si has amado la justicia y has odiado la impiedad

el Señor, tu Dios, te ungirá.

Quiero hacer memorable tu nombre, todos los pueblos te alabarán

por los siglos de los siglos el Señor te bendecirá.

Escucha, hija, mira: inclina el oído, tu pueblo debes olvidar

y la casa paterna; pues de tu belleza nuestro rey prendado está

póstrate ante él, que él es tu señor, bellísima vas a estar

y a cambio de tus padres tendrás muchos hijos, príncipes los nombrarás.

Ya entra la princesa vestida de perlas; ya la llevan ante el rey

con coro de doncellas, que son sus amigas, ahora cerca se la ve

avanzan entre risas, las traen entre alegría, el momento cerca está

la princesa hermosa y sus compañeras, ya en el palacio real.


Salmo 46 (45): EL SEÑOR ES NUESTRA FORTALEZA

(Salmo de los hijos de Coré que afirma que no hay nada que temer si estamos con Dios)

El Señor es nuestra fortaleza, una ayuda siempre en los peligros.

El Señor Dios está con nosotros, nuestro escudo es el Dios de Jacob

Por eso ahora no tememos, por más que tiemble la tierra

o las cordilleras se desplomen

El río alegra su ciudad, la ciudad santa de Dios

El Señor nunca vacila en ella

Venid a ver la obra de Dios, Él acaba con las guerras

Rompe las lanzas y los escudos

Cesad y reconoced que El es nuestro Dios:

Tiemblen los reinos ante Él, pues transforma la tierra con su voz



Salmo 47 (46) TOCAD PARA NUESTRO SALVADOR

(De los hijos de Coré. Un salmo de alabanza a Dios,

que escoge Israel entre todos los pueblos de la Tierra)

Pueblos todos, batid palmas a Dios, aclamadlo con gozo y júbilo;

el Señor es sublime y temible,

Él nos somete a todos los pueblos y nos defiende ante las naciones;

Él nos escogió como herederos

Aclamado por su pueblo asciende nuestro Dios

al son de trompetas ya llega el Señor,

Tocad para nuestro Dios, tocad para nuestro rey.

tocad para nuestro salvador.

Porque Dios es el rey de la Tierra: tocad para Él con maestría.

Dios gobierna sobre las naciones,

Príncipes del mundo se reúnen junto al pueblo del Dios de Abrahán;

de Dios son los grandes de tierra,

De toda la Tierra Dios es el emperador

Nos la dio como heredad para gloria de Jacob

Salmos 48 y 87 (47 y 86): JERUSALÉN, CIUDAD DE DIOS

(Refundición de dos salmos de los hijos de Coré con el mismo tema,

la alabanza a Dios y a la ciudad santa de Jerusalén).

Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios,

Su monte santo es altura hermosa, Sión ciudad del gran rey

Lo que un día oímos ahora lo hemos visto en la ciudad de nuestro Dios,

Ella es la alegría de toda la tierra, su alabanza cantará.

Qué pregón tan glorioso para ti, Jerusalén, ciudad de Dios

Su palacio en lo alto se ve, Jerusalén, ciudad de Dios.

El Señor por siempre la fundó, Jerusalén, ciudad de Dios

su misericordia meditamos allí, Jerusalén, ciudad de Dios

En su santo templo suena su renombre, toda la Tierra lo oirá

llena de justicia está su derecha, con sus sentencias gozarán.

Él la ha cimentado sobre el monte santo y sólo las puertas de Sión

son preferidas por nuestro Dios a todas las moradas de Jacob.

Fijaos en los baluartes de Sión, y decid a cada generación

No hay otro semejante a nuestro Dios, nos conducirá por siempre el Señor,.

El Señor escribe en el registro de los pueblos: «Éste ha nacido allí.

Uno a uno nacieron en ella; el Altísimo la fundó».

«Serán mis fieles todos los pueblos pues todos han nacido allí

Y cantarán juntos al danzar: mis fuentes están en ti».

Salmo 49 (48): CANTARÉ AL SON DE LA CÍTARA

(Salmo de los hijos de Coré que afirma que sólo Dios nos rescata de la muerte,

nunca las riquezas por grandes que sean)

Escuchadme pueblos de la Tierra, oíd esto, habitantes del mundo:

tanto humildes como poderosos y los ricos igual que los pobres.

Palabras sabias dirá mi boca, mis reflexiones serán sensatas.

Voy a inspirarme al componer, al son de las arpas cantaré.

Cantaré al son de la cítara pues nadie se rescata a sí mismo

Pero Dios rescatará mi vida y me liberará del abismo

No temeré cuando llegue el peligro, cuando me alcancen mis opresores,

esos que confían en sus riquezas y se jactan de su gran fortuna.

Nadie puede rescatarse a sí mismo ni pagar a Dios con sus riquezas,

por poder vivir eternamente sin llegar a conocer la muerte.

Cualquiera ve que mueren los sabios; para otros quedan sus riquezas:

la tumba es su morada perpetua, por más que posean muchas tierras.

Nadie permanece en la opulencia, pues muere igual que los animales:

este es el destino de los ricos y el final de la gente insaciable.

Salmo 84 (83). QUÉ DESEABLES SON TUS MORADAS

(De los hijos de Coré. Un canto al templo de Jerusalén,

a los que sirven en él y a los que acuden como peregrinos)

Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos.

Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor

El gorrión ha encontrado una casa, la golondrina un nido

donde colocar sus polluelos: tus altares, Rey mío y Dios mío.

Dichosos los que viven en tu casa alabándote siempre.

Dichoso el que encuentra en ti su fuerza al preparar su viaje.

Cuando atraviesan áridos valles los convierten en oasis,

como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones.

Señor, escucha mi súplica óyeme Dios de Jacob.

Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido.

Vale más un día en tus atrios que mil fuera de ellos

y prefiero el umbral de tu casa a vivir con los malvados.

Salmo 85 (84): RESTÁURANOS, DIOS

(Salmo de los hijos de Coré sobre la misericordia de Dios)

Propicio has sido, Yavé, con tu tierra, has cambiado la suerte de Jacob,

Has quitado la culpa de tu pueblo y todos sus pecados has cubierto

Has reprimido todo tu furor, has desistido del ardor de tu cólera.

Restáuranos, Dios, salvador nuestro, cesa en tu irritación,

Muéstranos tu gran amor, Señor, danos Tú la salvación.

Escucharé lo que habla Dios a su pueblo y sus amigos

No volverán a recaer, su gloria habitará la tierra.

El amor y la verdad se han dado cita, la justicia se besa con la paz,

La verdad brota ahora de la tierra, la justicia desde el cielo asoma ya.

Yavé nos da prosperidad y la cosecha a su tiempo brotará

Salmo 88 (87): YO TE INVOCO SEÑOR

(De los hijos de Coré. El salmista, sin llegar nunca a renegar de Dios,

sí le presenta toda una serie de desdichas para que se apiade)

¡Señor, tu eres mi Dios y salvador, día y noche estoy clamando ante ti:

que mi oración llegue a tu presencia; inclina tu oído hasta mí.

Porque estoy colmado de infortunios y mi vida al borde del Abismo;

soy de los que bajan a la tumba, soy un hombre falto de fuerzas.

Yo te invoco, Señor, todo el día,

con las manos tendidas hacia ti.

Me pones en lo hondo de la fosa, en las regiones más oscuras;

tu indignación pesa sobre mí, me estás ahogando en tu oleaje.

Me apartaste de mis conocidos, me hiciste despreciable a sus ojos;

estoy prisionero y sin salida, y mis ojos llenos de desdicha.

Por eso invoco tu ayuda, Señor, al alba llega hasta ti mi plegaria:

¿Por qué ahora me rechazas, Señor? ¿Por qué me has ocultado tu rostro?

Estoy afligido desde niño, extenuado bajo tus desgracias;

tus enojos pasaron sobre mí, me consumen tus terribles males.

MI AMADO PARA MI

(De Santa Teresa de Jesús)

Ya toda me entregué y di y de tal suerte he trocado

Que mi Amado para mí y yo soy para mi Amado.


Cuando el dulce Cazador me tiró y dejó herida

en los brazos del amor mi alma quedó rendida,

Y cobrando nueva vida de tal manera he trocado

Que mi Amado para mí y yo soy para mi Amado.


Hirióme con una flecha enherbolada de amor

y mi alma quedó hecha una con su Criador;

Ya yo no quiero otro amor, pues a mi Dios me he entregado,

Que mi Amado para mí y yo soy para mi Amado.




DIOS NO SE MUDA

(De Santa Teresa de Jesús)

Eleva tu pensamiento, al cielo sube, por nada te acongojes, nada te turbe.

A Jesucristo sigue con pecho grande, y, venga lo que venga, nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo? Es gloria vana; nada tiene de estable, todo se pasa.

Aspira a lo celeste, que siempre dura; fiel y rico en promesas, Dios no se muda.


Ámala cual merece bondad inmensa; pero no hay amor fino sin la paciencia.

Confianza y fe viva mantenga el alma, que quien cree y espera todo lo alcanza.

Del infierno acosado aunque se viere, burlará sus furores quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos, cruces, desgracias; siendo Dios tu tesoro nada te falta.

Id, pues, bienes del mundo; id dichas vanas; aunque todo lo pierda, sólo Dios basta.

Aspira a lo celeste, que siempre dura; fiel y rico en promesas, Dios no se muda.



UNA JARRA DE BARRO (2 Cor 4).

(Un precioso texto de San Pablo a los Corintios reformulado como una oración:

en la debilidad del hombre se manifiesta la grandeza y la misericordia de Dios)


Señor, Tú que hiciste la luz de las tinieblas has hecho brillar tu luz en mi corazón,

para que todos puedan contemplar tu Gloria, la que se manifiesta en el rostro de Jesús.

Tengo problemas, pero no me aplastan. Tengo dudas, más no pierdo la esperanza

Soy perseguido, pero Tú no me abandonas; Soy derribado, pero me vuelves a levantar.


Señor, sólo soy una jarra de barro, lléname Señor de tu inmenso tesoro

Que quede claro que una fuerza tan grande es sólo de tu Espíritu que habita en mí.

Señor, sólo soy una jarra de barro lléname Señor de tu inmenso tesoro,

Que pueda perder mi vida para que otros vivan


Llevaré en mi cuerpo el morir de Jesús pues sé que resucitaré con Él

Me entregaré a la muerte por causa de Jesús, su vida se manifestará en mí.

Señor, todo lo has hecho para mi bien, en cada sufrimiento tú me das la eternidad.

Sin pedirme nada tu gracia me regalas, por eso hoy tu gloria cantaré.

Salmo 150: ALABAD AL SEÑOR

(El último salmo, una invitación a la alabanza con toda clase de instrumentos)


Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento.

Alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza.

Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con cítara y arpas,

Alabadlo al son de tambores, alabad al Señor


Todo ser que alienta alabe al Señor.


Alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos sonoros,

Alabadlo con platillos vibrantes, alabad al Señor

Salmo 144: TE ENSALZARÉ DIOS MÍO

(este salmo de David es un precioso canto de alabanza a Dios)

Te ensalzaré Dios mío, mi rey, bendeciré tu nombre por siempre

Día tras día te bendeciré, alabaré tu nombre por siempre

Grande es el Señor, merece toda la alabanza

Incalculable es su grandeza, cantaremos tus hazañas

Alabaremos todos tu gloria y majestad

Repetiremos tus maravillas, aclamaremos tus victorias

El Señor es clemente y misericordioso

Tardo a la cólera y rico en piedad

El Señor es bueno, es bueno con todos

Él es cariñoso con todas sus criaturas

Todos te dan gracias, tus fieles te bendicen

Proclamamos tu reino, hablamos de tus hazañas

Tu reino es perpetuo, tu reino es para siempre

Tu gobierno pasa de edad en edad

MARÍA

(Este canto recoge brevemente toda la historia de la Virgen María,

madre del Señor y madre nuestra, a la que solicitamos su mediación)

Eran tiempos duros para el pueblo de Israel cuando una muchacha, prometida de José

Recibió un día en su pueblo, Nazaret, la visita del ángel de Yahvé.

Ave María, llena de gracia, contigo está el Señor. Bendita eres entre las mujeres, pues Dios te escogió.

Concebirás y serás la madre del hijo del Creador, Él será Jesús, el Salvador.

Su palabra se hizo en ti, María, fuiste la sierva de Dios, María,

Déjame ser como tú, María, llevar en mi a Jesús, María.

Como madre del Señor te recibió Isabel y hasta el hijo de su seno se alegró ante él

Proclamaste en tu alma: “Grande es el Señor”, tu espíritu gozó en tu Salvador.

Tu hijo en una boda el agua en vino transformó, no fue su iniciativa, fuiste tú la que medió.

Haced lo que él os diga fue tu única instrucción, contigo la fiesta prosiguió.

Y te volví a encontrar a los pies de la cruz, cobre ella prendido estaba tu hijo Jesús

Y en esa hora dijo que mi madre serías tú, mi casa se llenó desde entonces con tu luz.

DESDE EL SENO DE MI MADRE

(Sobre textos del profeta Isaías. Dedicado a Jóvenes Provida)

Desde el seno de mi madre me formaste

Desde el seno de mi madre tú eres mi Dios

Desde el seno de mi madre protege mi vida

Desde el seno de mi madre Señor

Así dice el Señor que te redime: Yo lo hice todo sin ayuda

extendí los cielos y la tierra y te formé a ti en el seno materno.

Te escogí ya desde sus entrañaspara gloriarme en ti, mi siervo,

hasta tu vejez yo seré el mismo, llevaré tu vida, yo te salvaré.


Mas yo decía en vano he trabajado, todas mis fuerzas por nada he malgastado.

¿Será que Dios no se cuida de mi causa o sus promesas de antaño ha olvidado?

Pero una madre nunca olvida a sus hijos, siempre protege los frutos de su seno

Pues aunque alguna llegara a olvidarse, Dios que me hizo siempre estará conmigo

El Señor alza ahora su mano, su bandera a todos los pueblos

traerán a tus hijos en sus brazos,, verás a tus hijas llegar sobre sus hombros.

PADRE BUENO

(en este canto, a pesar de nuestra debilidad y nuestro egoísmo,

nos ponemos de cara al Señor, nuestro padre bueno, seguros de su amor)

Solamente tú sabes como soy, sólo tu Señor conoces mi verdad

y lo que me cuesta mirarte a los ojos cuando empiezo a caminar

Sé que muchas veces me cuesta esperar, que lo quiero todo y que lo quiero ya

y que me acobardo con cada golpe que la vida me da

Pero sé que tú me amas Señor eso es algo que no puedo negar

y por eso vengo hoy ante ti para hacer tu voluntad.

Por más que lo oculte ante ti nada soy, busco mi justicia, nunca tu piedad

pero sigues siendo el Padre bueno, aunque me equivoque no me dejarás

Con tu palabra me hablas Señor, día tras día me das tu bendición

una cruz para seguirte hasta el fin y la Iglesia para la fe vivir

Tu buena noticia debo ahora anunciar, no puedo aunque tema tu amor callar

no sé si sabré como podré salir, solo lo haré si tu vas ante mí.

SER FELIZ

(el canto afirma una verdad muy sencilla: sólo se puede ser realmente feliz en Dios)

Tiende tu mano hacia mí como el padre

llevando los primeros pasos de su hijo pequeño, cógeme así.

Manda la luz en la noche a mis pasos

que no me pierda o tropiece buscando tu rastro, guíame así.

Lo único que ansío es ser feliz y sólo puedo hacerlo si es en ti.

A veces dudo y me asusta la carga

pero es ligera pues fuiste el primero en llevarla, ayúdame así.

Si miro mis fuerzas la cruz me aplasta

pero contigo haré de ella mi puerta y mi marca, moriré así

A veces mis pecados me impiden ver bien el sendero,

otros dicen que abandone que no hay nada cierto.

Pero Señor, yo no puedo dejar tu camino

pues en cada paso que doy mi vida tiene sentido

Salmo 23: El Señor es mi Pastor

El Señor es mi pastor, nada me falta. en verdes praderas me hace reposar,

El Señor es mi pastor, nada me falta. me conduce a las fuentes de agua fresca.

Me dirige por el buen camino por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañada oscura ningún mal temeré.

porque tú vas conmigo Señor, estás junto a mi. Tu vara y tu cayado me protegerán.

Me preparas un banquete frente a mis adversarios,

perfumas con óleo mi cabeza y mi copa rebosa

Tu amor y tu bondad me acompañan de por vida

y viviré en la casa de Dios por años sin fin

Salmo 63 (62): POR TI MADRUGO

(El salmista se pone todos los días de cara a Dios y le muestra su necesidad y

la confianza en que Él saldrá victorioso frente a los enemigos)


Tu eres mi Dios, Señor, por ti madrugo para contemplar tu fuerza y tu gloria.

Mi alma está sedienta de ti, mi carne tiene ansia de ti

como tierra reseca, agostada y sin agua.

Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria.

Tu gracia vale más que la vida, mis labios te alabarán.


Mientras viva te bendeciré y alzaré las manos a ti

Me saciaré de manjares y mis labios te alabarán.

En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti

porque fuiste mi auxilio y bajo tus alas seré feliz.


Mi alma está unida a ti y tu diestra me sostiene

y los que buscan mi perdición al abismo caerán.

Serán pasados a espada entregados a los chacales

y el rey se alegrará con Dios y los que juran por Él.



Salmo 8: OH SEÑOR, DUEÑO NUESTRO.

(David alaba a Dios con este salmo especialmente por la creación)

Oh Señor, dueño nuestro, que admirable es tu nombre

En toda la tierra tu nombre y tu majestad en el Cielo.

Si contemplo el cielo obra de tus dedos, las estrellas que de ti nacieron

¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder?

Lo hiciste poco menos que un ángel, de gloria y dignidad lo coronaste.

Le diste el mando sobre todas tus obras, bajo tus pies todo sometiste

De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza

contra tus enemigos, adversarios y rebeldes

LÁVAME SEÑOR

(La escena del Lavatorio de los pies, Jn 13,3-15, narrada desde la óptica de Pedro)

Desvestido de tu honor te has postrado ante mí

como un siervo a su señor preparado a servir.

No lo puedo comprender pues supera mi razón

es el mismo Hijo de Dios convertido en servidor

Y mi propia mente se resiste ante tu amor

ante mí humillado está mi Dios.

Me has mirado sin rencor, con ternura y compasión

No se bien que vas a hacer mas lo entenderé después.

Y aunque en un principio quiera negarte la acción,

tener parte contigo es lo mejor.

Lávame Jesús las manos y los pies, también el corazón.

Lávame Señor que quiero recibir tu amor y tu perdón.

Tú eres Maestro y Señor; de eso seguro yo estoy.

y te has puesto a nuestros pies y eso mismo debo hacer

Eres el ejemplo que yo tengo que seguir

a mis hermanos deberé servir

Yo quiero tener parte contigo, limpiarme será mi salvación



ME ALEGRO CON MI SALVADOR

(Noveno Cántico de Isaías, que utiliza la imagen del amor esponsal para hablar del amor de Dios a su pueblo)


Se alegra mi alma en mi Dios

porque hoy me ha revestido con ropas de salvación

Y en un manto de triunfo me ha cubierto el Señor

Exulto de gozo y me alegro con mi Salvador


Como a un novio en la cabeza me ha puesto su diadema

como a la novia que llega con sus joyas a su esposo

me ha cubierto el Señor


Como la tierra fecunda hace germinar sus brotes,

o un jardín con sus semillas,

así Dios hará justicia ante todas las naciones.

Por Sión no callaré, por el amor de Jerusalén,

hasta que su salvación ilumine cono antorcha.

Y amanezca su justicia


Los pueblos verán tu justicia, todos los reyes tu gloria;

te pondrán un nombre nuevo pronunciado por tu Dios

como corona brillante

No serás ya abandonada; ni tu tierra, devastada;

tu serás mi favorita, y tu tierra desposada,

Dios mismo será tu esposo


Salmo 13. ¿HASTA CUÁNDO?

(El salmista clama al Señor en la tribulación y espera en su misericordia)


¿Hasta cuándo me tendrás olvidado, Señor? , ¿Hasta cuándo ocultarás tu rostro de mis ojos?

¿Hasta cuándo estará mi alma acongojada y día tras día con pena en mi corazón?

¿Hasta cuándo mi enemigo triunfará sobre mí? Mírame, respóndeme, Tú Señor, Dios mío

Haz que pueda ver, manda tu luz a mis ojos, para que no caiga en el sueño de la muerte.


Cantaré al Señor, que de bienes me colmó.

Cantaré al Señor, pues me ha dado su favor.


No sea que mi enemigo pueda decir que me ha vencido

pues mis adversarios se alegrarían al verme caer

No sea que mi enemigo pueda decir que me ha vencido

pues mis adversarios exultarían con mi fracaso.


En tu misericordia esta puesta mi esperanza, en tu amor, Señor, hoy descansa mi confianza

que mi corazón exulte y se alegre y se regocije en Ti que eres Salvación

REVESTÍOS DEL AMOR (2 Col 3)

(Una exhortación de San Pablo a los Colosenses que explica cómo debe ser una comunidad cristiana)

Revestíos, pues, como elegidos del Señor, santos y amados, por su gran misericordia.

Con bondad y humildad, mansedumbre y paciencia,, soportando a los otros y perdonándoos.

Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros.

Y por encima de todo revestíos del amor, que es el único vínculo de la perfección.

Que la paz de Cristo habite en vuestros corazones, pues a ella sois llamados como un solo Cuerpo.

Sed agradecidos y que sea su palabra la que habite en cada uno en toda su riqueza;

Instruíos y amonestaos con toda sabiduría.

Y por encima de todo revestíos del amor, que es el único vínculo de la perfección.


Y todo cuanto hagáis, de palabra y de boca,

hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,

Salmo 90: A LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE

(Precioso canto de David que proclama a Dios como su protector)


Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente

dile al Señor: Refugio mio, alcázar mio. Tú eres mi Dios y en ti confío

Con tan solo dirigir una mirada podrás ver la recompensa del malvado,

porque hiciste del Señor tu único refugio y el Altísimo fue tu defensa


No temerás el terror de la noche ni las flechas de tus enemigos

miles caerán a izquierda y derecha pero a ti no te alcanzarán


Él te librará de la red del cazador, Él te cubrirá con sus plumas,

bajo sus alas hallarás refugio su brazo es escudo y armadura.


Nunca más se acercará a ti la desgracia, porque a sus ángeles El mismo ha dado orden

para que te guarden siempre en tus caminos y tu pie no tropiece en la piedra

Pisotearás serpientes y leones, te defenderá y de dará gloria,

te saciará los días de tu vida y te hará ver su salvación



EN LA NOCHE DE PASCUA

(versión del pregón Pascual que la Iglesia proclama en la Vigilia de la Pascua de Resurrección)


En la noche de Pascua el cielo se alegra, se oyen a los coros de ángeles que exultan,

la victoria del Rey anuncian las trompetas y goza la tierra con la luz que la inunda.

En la noche de Pascua la Iglesia se alegra, nuestra madre revestida con tal claridad

y en cada templo las ovaciones resuenan y el pueblo al fin se ve libre de las tinieblas.


PORQUE EL SEÑOR ESTÁ CON TODOS NOSOTROS,

LEVANTEMOS HACIA ÉL NUESTRO CORAZÓN

PORQUE ES JUSTO Y NECESARIO DARLE GRACIAS

EN LA NOCHE DE PASCUA, EN CADA HORA Y LUGAR


En la noche de Pascua él pagó por nosotros con su sangre a su Padre la deuda de Adán

como el verdadero Cordero inmolado canceló la deuda del antiguo pecado.

En la noche de Pascua Israel en Egipto fue liberado atravesando el mar Rojo,

y todos los que confiesan su fe en Cristo por la gracia son contados con los santos.


Qué admirable el amor de Dios por nosotros, qué incomparable su ternura y su caridad

Para salvar al esclavo entregó al Hijo,

Necesario fue así el pecado de Adán, que fue borrado por la muerte de Cristo.

Feliz culpa que mereció tal Redentor

¿QUÉ SOY YO PARA TI?

(Jesucristo dijo a los apóstoles “¿quién decís que soy yo?” y esa misma pregunta nos la sigue haciendo cada día)

¿qué soy yo para ti? ¿una idea, un ideal? ¿un código de moral, un mandato que cumplir?

¿qué soy yo para ti, una peli de ficción? ¿un mito, una novela, una historia sin concluir?

Entonces es que aún no me has encontrado.

¿qué soy yo para ti, un sueño fracasado? ¿excusa para el necio, o el pretexto de una lid?

¿qué soy yo para ti, la estatua de un museo? ¿el motivo de un cuadro, el título de un concierto?

Entonces es que aún no me has encontrado.


Pero si descubres que soy Camino, verdad y vida, sin miedo díselo a todos mis hermanos

Contigo yo estaré hasta el fin del mundo, tu salario será dicha y vida eterna.

Entonces podrás decir que me has encontrado.


En medio del camino

(Vocación de Pablo)


Hubo un tiempo en el que yo no creía en ti y a los que lo hacían perseguí.

Que Tú fueras el Mesías o el Dios de mi vida era algo que no podía admitir.

Me enseñaron a creer que Dios no era así, solo un ser distante a quien servir

Pero un Dios cercano como pan hecho de amor superaba en todo mi razón.


Te encontré, te encontré en medio del camino te encontré

Y te vi, y te vi yo estaba ciego y te vi.

Y ahora ya no puedo más que anunciar tu amor,

tu palabra, tu perdón serán mi salvación


Con temor y con temblor a todo el mundo iré a anunciar la palabra de Dios

Como un jarrón de barro, débil, frágil, sin valor, llevando el tesoro de su amor.



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