LA HIDROSFERA
Gestión recursos hídricos
Usos del agua
Los usos que hace la población humana del agua se clasifican en usos consuntivos y usos no consuntivos.
Los usos consuntivos son aquellos en los que el agua se consume. Son usos consuntivos:
El consumo urbano o el doméstico destinado a cubrir las necesidades del hogar (beber, lavar, cocinar, etc.)
El consumo agrícola y ganadero destinado al riego y al ganado.
El consumo industrial destinado a la fabricación, limpieza o refrigeración de procesos industriales y en la minería.
Los usos no consuntivos son aquellos que NO suponen un gasto de agua, ya que, tras ser empleada en una actividad, puede ser utilizada de nuevo. Son usos consuntivos:
El uso energético destinado a la producción de energía hidroeléctrica.
El uso en la navegación destinada al transporte.
El uso recreativo destinado al ocio como la natación y otros deportes.
El ser humano, como todos los seres vivos necesita agua para poder desarrollar sus funciones vitales, pero además necesita mucha mas agua para mantener sus hábitos saludables de higiene (aseo personal, limpieza de ropa, vivienda, calles, centros de trabajo, etc.), para fabricar los alimentos, materiales y herramientas que utilizamos.
El total de consumo de agua que acumulamos a lo largo de nuestra vida es nuestra huella hídrica.
Un recurso muy limitado
A pesar de que el agua se renueva constamente gracias al ciclo hidrológico, es un recurso limitado, porque el ser humano solo puede utilizar las aguas dulces. Además, la cantidad disponible de agua depende de factores como:
Una distribución irregular en el planeta, tanto en el espacio como en el tiempo debido a las condiciones climáticas. Esto origina que el agua sea un recurso realmente escaso en algunas zonas del planeta como en algunas áreas de África central o el sur de Europa.
El aumento en su consumo y su contaminación. El agua se extrae, se consume y se contamina a un ritmo mayor de lo que la naturaleza pueda depurar y reciclar.
La contaminación del agua
La contaminación del agua es la alteración de sus propiedades físicas, químicas o biológicas, de manera que resulta inútil para su posterior uso.
Según la naturaleza de los contaminantes presentes en el agua, se pueden diferenciar tres tipos de contaminación:
Contaminación física: se debe a la existencia en el agua de materiales flotantes, partículas en suspensión, elevación de la temperatura, radiactividad, pláticos y microplásticos, etc.
Contaminación química: está causada por la presencia de sustancias disueltas como pesticidas, fertilizantes, metales pesados, detergentes, aceites, orines, excrementos, combustibles, etc.
Contaminación biológica: se debe a la presencia de determinados organismos como virus, bacterias, algas, protozoos y gusanos parásitos.
El ciclo integral del agua
Comprende las siguientes etapas:
CAPTACIÓN: obtenemos agua del medio natural (ríos, embalses, acuíferos, plantas desaladoras) para el consumo humano.
POTABILIZACIÓN DEL AGUA: una vez captada, el agua se traslada a una ETAP (Estación de Tratamiento de Agua Potable) donde pasa por una serie de procesos fisico-químicos para transformarla en agua potable apta para el consumo humano.
RED DE ABASTECIMIENTO: el agua potabilizada se almacena en depósitos y se distribuye a los puntos de consumo.
RED DE SANEAMIENTO: tras ser utilizada, el agua se contamina y se convierte en agua residual que viaja por la red de alcantarillado/saneamiento hasta las depuradoras de agua residual.
DEPURACIÓN DEL AGUA: Las aguas residuales se limpian para eliminar los contaminantes y que tenga la misma calidad que tiene el agua en el medio natural. Esto se lleva a cabo en las EDAR (Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales). Allí se eliminan las partículas, materia orgánica, microorganismos y nutrientes como el nitrógeno y el fósforo.
Finalmente, el agua depurada se puede reutilizar (riego de parques y jardines) o bien se devuelve al medio natural (ríos, mares), cerrando el ciclo natural del agua.
Funcionamiento de una ETAP
Funcionamiento de una EDAR