Abraham Valdelomar: cien años de su muerte


Abraham Valdelomar

en el centenario

de su fallecimiento


(1919 - 2019)

Por: César Coloma Porcari

Presidente del Instituto Latinoamericano de Cultura y Desarrollo


Conmemoramos el centenario del fallecimiento de uno de los grandes escritores peruanos, ocurrido en un lamentable accidente cuando tenía treinta y un años de edad.

Abraham Valdelomar nació en la ciudad de Ica el año 1888, en una fecha que aún no ha sido determinada documentalmente, y falleció en la ciudad de Huamanga el 3 de noviembre de 1919, como lo veremos más adelante.

LA CIUDAD DE ICA

La casa natal del gran escritor peruano, que fuera construida, al parecer, a mediados del siglo XIX, fue afectada por el gran sismo del 15 de agosto de 2007. Debe ésta ser íntegramente restituida y convertida en una casa-museo que recuerde a uno de los iqueños más notables.

Lamentablemente no existió en el trágico momento del sismo ninguna institución estatal que velara por el patrimonio histórico inmueble en la zona más afectada por el movimiento telúrico. Por ello se permitió la destrucción de los centros históricos de Ica y Pisco, e inclusive, de la otrora magnífica iglesia de la Compañía de Pisco y se demolió malamente lo que había sobrevivido al sismo de la iglesia matriz de esa ciudad portuaria.

Estos dos templos deben ser reconstruidos íntegramente en su forma original, empleando materiales sismorresistentes, tal como se acaba de hacer con la iglesia de Luren, que también el lumpen quiso destruir por completo, pero afortunadamente no lo logró y ahora luce magnífica, con su diseño y ornamentación como en sus mejores tiempos.

Otro caso alarmante fue el intento de algunas hordas demoniacas de destruir la magnífica iglesia de la Compañía de Jesús de Ica, que tenía las funciones de Catedral. Afortunadamente ese templo se pudo salvar y actualmente se encuentra en proceso de restauración por el Ministerio de Cultura.

ANTERIORMENTE SE SALVARON OTRAS CIUDADES HISTÓRICAS

Se debe recordar que el terremoto del 21 de mayo de 1950 afectó gravemente el centro histórico del Cuzco, y gracias a la intervención inmediata del Presidente de la República de ese entonces, don Manuel A. Odría, es que se salvó y reconstruyó todo ese patrimonio urbano, hoy admirado en el mundo entero. Odría promulgó los Decretos Ley N° 11392 (del 31 de mayo de 1950) y N° 11551 (del 31 de diciembre de 1950), para la restauración del patrimonio inmueble cuzqueño.

Asimismo, el Presidente Odría fundó la Junta de Reconstrucción y Fomento Industrial del Cuzco, creada por Decreto Supremo del 10 de enero de 1952. Esta institución llevó a cabo una importante labor en la restitución de los inmuebles afectados por el gran sismo y en otras obras públicas que permitieron el desarrollo de la ciudad.

Asimismo, los terremotos del 15 de enero de 1958 y 13 de enero de 1960, afectaron la ciudad de Arequipa, y el Presidente de ese momento, don Manuel Prado, salvó también su centro histórico, joya de la arquitectura colonial latinoamericana. Cabe destacar que el Presidente Prado fundó la Junta de Rehabilitación y Desarrollo de Arequipa, creada por ley N° 12972, del 11 de marzo de 1958, institución que, a lo largo del tiempo, realizó una destacada labor.

Lamentablemente no ocurrió lo mismo con los centros históricos afectados por el sismo del 2007, no habiéndose tomado ninguna medida para salvar los restos que habían sobrevivido a los movimientos telúricos y poder más tarde realizar las restauraciones necesarias. Inclusive manos indignas fomentaban la desaparición de todo.

RECUERDOS

Don Clemente Palma en su emotivo ensayo titulado “Abraham Valdelomar”, publicado en “Variedades”, Revista Semanal Ilustrada (año XV, N° 610, Lima, 8 de noviembre de 1919, páginas 933-934), con motivo del fallecimiento del gran escritor iqueño, afirma que “Con hondísima pena recibí la trágica noticia de la muerte de este admirable artista a quien tanto quise y al que tanto se estimaba en esta casa”. Y agrega que “Cuando la brutalidad del destino destruye así una fuerza intelectual sin que la lógica más sutil pueda descubrir entre los engranajes de la metafísica, la teología y la filosofía […], se siente uno inclinado a creer que la ironía y la insensatez son las supremas leyes que rigen la vida de universo”.

PERSONALIDAD

Este mismo autor afirma en su nota mencionada que Valdelomar “Tuvo el sincero cariño de sí mismo, que lo hacía aparecer ante los espíritus estrechos como un vulgar egotista, pero en realidad sus poses y atrevimientos de inmodestia no eran sino el anhelo de superarse y el goce humorista de burlarse de la enorme estolidez humana”.

Y agrega que “Lo animó siempre una gran curiosidad artística y un enorme anhelo de sensaciones nuevas, para con ellas formar el bagaje desbordante de su fantasía en constante elaboración”.

Por su parte, don Alberto Tauro del Pino en su “Enciclopedia ilustrada del Perú” (Lima, Peisa, Empresa Editora El Comercio S. A., 2001, tomo 17, páginas 2676-2677) señala que Valdelomar “Llamó la atención con su atildada indumentaria, sus galanterías en confiterías y salones de té como el ‘Palais Concert’, y sus públicas improvisaciones poéticas”.

ESCRITOR

Asimismo, Clemente Palma señala que a Valdelomar, “Fuerzas internas de mayor vigor lo llevaron a desenvolver sus cualidades superiores e innatas de escritor”. Y el Dr. Tauro del Pino afirma que “En toda su obra es visible la nítida personalidad del escritor, cuyo temperamento, sensibilidad y peculiar alocución en primera persona hacen del narrador un personaje literario adicional, anfitrión e interlocutor de sus lectores”.

OBRA

También, Clemente Palma recuerda que “Fue Valdelomar uno de los escritores de mayor personalidad en su generación. Tenía una gran distinción espiritual y un afán desmesurado de originalidad en su vida y en sus obras”. Y “conseguía siempre dar una nota de gracia o de frivolidad distinguida que despertaba la benevolencia de los espíritus cultos y amplios”.

Este mismo autor afirma que “uno de sus primeros ensayos valiosos fue su caprichosa novela ‘La ciudad de los tísicos’”, publicada en la revista “Variedades” el año 1909. Y agrega que “Desde entonces su marcha fue triunfal”. Asimismo “suscribió muchas páginas muy bellas y muchos arrestos distinguidos de humorismo, muchas audacias de concepción y de formas literarias innovadoras con las que llegó a formar escuela”.

CUENTOS

Recuerda ese autor, también, que Valdelomar “Deja, entre otros, dos libros admirables: su colección de cuentos ‘El Caballero Carmelo’ y su monografía ‘La Mariscala’. Algunos de los cuentos de su libro […] son insuperables y bastan ellos solos para consagrarle como uno de los más altos cultivadores del género en América”.

VIAJE A HUAMANGA

Recuerda Clemente Palma en su nota mencionada que Valdelomar era “Un hombre joven, bueno y dotado de un gran cerebro, llevado por hermosas idealidades”, fue elegido diputado por Ica ante el Congreso Regional del Centro, que se iba a reunir en la ciudad de Huamanga el año 1919. Allí se alojó en el hotel “Bolognesi”, que era el principal de la ciudad.

ACCIDENTE FATAL

Por último, Clemente Palma afirma que Valdelomar, “Venciendo las dificultades de un viaje penoso llega al lugar de su destino […] y cuando su inteligencia se dispone a florecer, pródiga y fecunda, una maldita escalera de piedra se interpone en su camino triunfal, no para que ascendiera, quien estaba llamado a ascender siempre, sino para que descendiera al abismo insondable de la muerte. ¿Puede haber algo más estúpido en la oscura urdimbre de la vida?”.

Valdelomar sufrió un grave accidente en el hotel huamanguino en donde estaba alojado, el 1 de noviembre de 1919, falleciendo dos días después.

FUNERAL EN HUAMANGA

También en la revista “Variedades” (N° 612, Lima, 22 de noviembre de 1919, s. p.), bajo el título de “Los funerales de Abraham Valdelomar”, informaban que “Los diarios han dado cuenta de la solemnidad que tuvieron los funerales de Abraham Valdelomar en la ciudad de Ayacucho [Huamanga], a donde fuera para representar a su tierra natal [Ica] ante el Congreso Regional del Centro. La admiración que la obra del artista había causado en el público y su patriotismo, fuertemente revelado en sus conferencias en toda la república y en su vida misma, dedicada por entero a su país, contribuyeron a que la inhumación de sus restos en la vieja ciudad del Centro alcanzara los relieves de una verdadera y sentida manifestación de duelo”.

TRASLADO DE LOS RESTOS A LIMA

Esta misma revista “Variedades”, en su N° 616 (Lima, 20 de diciembre de 1919, s. p.), publicó una fotografía de la ceremonia fúnebre en Huancayo y tres sobre su capilla ardiente y sepelio, en Lima. Cabe recordar que los restos del gran escritor fueron llevados por un camino de herradura, de Huamanga a Huancayo, en donde se realizó una procesión fúnebre en la calle Real, la principal de esa ciudad. De allí los trasladaron a Lima, en donde, luego de un solemne ceremonial, fueron sepultados en el Cementerio General, el 16 de diciembre de 1919.

Como lo hemos podido comprobar, la lamentable muerte de Valdelomar, a los treinta y un años de edad, fue muy sentida en todo el Perú, y lo recordamos ahora, cien años después del trágico acontecimiento.

- Conferencia ofrecida en el Ministerio de Cultura (Lima), el 20 de diciembre de 2019.

(Publicado en el diario “El Pueblo”, Arequipa, jueves 6 de febrero de 2020, página 08).