Ajuar de bebé tejido en la técnica "Frivolité" con hilo fino
Escarpines tejidos en Encaje Frivolité con hilo algodón perle Anchor #8 en color blanco.
La técnica, tan bella como antigua, es de origen desconocido aunque algunos afirman que viene de Oriente. Se dice que cuando Marco Polo volvió a Europa después de su viaje a Oriente, en el siglo XIII, llevaba una cantidad de alfombras y tapices que llamaron la atención por la suntuosidad y trabajo que mostraban. Entre estos objetos, algunos tenían un adorno de pasamanería, llamado MAKUK, admirado por su belleza.
Este trabajo se reducía a simples nudos, hechos en hilos gruesos de distintos y vistosos colores. Con el tiempo estos trabajos se hicieron en Europa; se trabajaron en hilo fino, brillantes, de un solo color y se usaron para adornar vestidos, ropa blanca, etc. Con esta modificación, MAKUK, pasó a convertirse en encaje y se llamó "frivolité".
El nombre "frivolité" es netamente francés. Aunque en la mayoría de los países se ha adoptado este nombre, en Italia se llamó "occhi" (probablemente por su aspecto de ojos u ojales que presenta) y también "chiachierino".
Trabajos de Claudia Meza y su página "ClóArtes" Encajes Frivolité
Marta Volpi (Brandsen, Buenos Aires)
El frivolité es una variedad muy curiosa de encaje o pasamanería. También se le llama encaje a la lanzadera (España), tatting (Gran Bretaña), occhi (Italia) e incluso makuk(Oriente). Consiste en montar una sucesión de nudos y baguillas sobre un único hilo con ayuda de una o dos lanzaderas.
Una lanzadera (también llamada naveta en los países hispanoamericanos) es la herramienta con que se realiza esta preciada labor. Consiste en una especie de aguja alargada que guarda y suelta hilo gracias a sus extremos apuntados.
Se mencionan tres grandes tipos de lanzaderas:
Sencillas. Son las lanzaderas más frecuentes que se encuentran en el mercado actualmente. Están fabriacadas en pasta plástica o madera, lo que las hace muy económicas.
Clover. Deben su nombre a la casa comercial que las creó y son una deformación de las anteriores: una de sus puntas es más pronunciada, lo que permite trabajar las baguillas o picots con mayor precisión.
Victorianas. Datan de la Inglaterra de finales del siglo XIX, de ahí su nombre. Éstas constan de una canilla, muy parecida a las de las máquinas de coser, pero más estrecha; y de una cubierta con una especie de ganchillo que es la lanzadera propiamente dicha.
Con todo, hay que mencionar una variedad atípica de frivolité que se hace a aguja de coser, ahora en desuso.
Se recomienda vivamente el uso de hilos resistentes, ya que la tensión que llega a soportar el hilo de la lanzadera es enorme. Generalmente, no se suele sobre pasar el límite de los números 5 al 40.
Lanzaderas Victorianas cargadas de hilo.
En la mayoría de los dibujos, se deben llevar a cabo una serie de uniones entre baguillas. Para ello, es necesario sacar de ellas una hebra. A la hora de llevar a cabo esta operación, es preferible utilizar un ganchillo apropiado y no un alfiler, ya que este último "pica" el hilo, es decir, le quita su rizo habitual y pierde calidad.
(Información extraída de Wikipedia)