Los olvidados a "la merendola" y los invitados a la próxima.

 

Así terminó la merendona en Consuegra,

Por  marcharse tan deprisa

el autor que la hiciera.

Se olvido de unos cuantos,

por llegar tarde a ella,

uno por estar COJILLO,

con defectos en sus piernas;

otro con la ABARCA ARRASTRA,

que le piso una TORERA(aficionada)

que corriendo iba, a los toros

con otros, a ARGAMASILLA, a la feria,

a invitar a unos amigos,

que a la merienda asistieran.

— ¡Valla MORRA que tú tienes!—

­le dijo uno a ella.

El viaje pensaron hacerlo,

en una CARRETA, o galera vieja,

que un GUACHO,  había cargado

paja, de PITlTOS (titos o pitos),

pero lo importante era,

MULILLAS, enganchar dos,

y la tercera ponerla,

con un par de COBANILLOS,

donde un LORlTO, y una MONITA fueran,

y en caso de mareo, CAGAILLA no les diera.

Otro dijo a un SEGUNDIN:—Sube,

y APLASTA PAJA en la galera—

echa una FANEGA de grano —para las mulas—

­y una ZACAS, o un zaque

para coger agua en la vega,

donde uno dicen que ESPANTA PAJAROS

aunque su BOCA SIN DIENTES sea,

pero en tiempos según cantaba

como un CUBANO en fiesta.

Para llegar a la vega,

pasaron por unos, CARRILES llenos,

de CANTORRALES , CALICHES y PEDRERAS,

de donde veían los CANALES .

bordeados, de carrizo y anea,

que un hombre segaba,

para hacer alguna ESTERA,

si es que no tenía MACA,

y la cosecha era buena.

Al pasar por una VILLA; uno los vé,

— ¡Grita, CHILLA, y se enervia! —

los llama —TONTOS, TONTURROS, BOLITOS .

MOCHUELOS, y CABEZON— los de Consuegra,

pero es que no estaba bien,

el pobre de la cabeza.

Antes de llegar al pueblo

en un cruce de carretera

había un molino moliendo,

y el MOLINERO a la puerta,

con un picor en su cuerpo

y RASCANA en su cabeza,

a consecuencia de la harina,

que BULLE en su cabellera,

y lo mismo su mujer, la ROPA SANTA que lleva,

que si no es santa, es blanca —por la harina—

que brilla como el candeal,

de nuestras tierras manchegas.

Por fin llegaron al pueblo,

Que en plena furia de feria estaban,

tuvieron una decepción

—no había toros—en el programa.

Solo un consuelo tuvieron

que en las fiestas se encontraba

un torero famoso: "EL LITRI", así llamaban.

Al entrar ya en el centro,

uno, con la ROPA SUELTA andaba,

le preguntaron si conocía,

a las personas que ellos buscaban.

— ¡No! —, respondió con mal genio,

tirando de una MEDIA BURRA —por pequeña—

que enganchada llevaba en un carro

dijeron, que de un CARBONERO,

por lo negro y sucio que estaba.

Vendiendo no se que tonterías... creo que,

PAJARITAS, PELELES, BOLLITOS, CHUPA LIGAS y...

—¡Decían, que hasta GACHAS! —.

Dos en un puesto, MANCHAOS,

llenos de sangre y grasa,

en sus manos un cuchillo, ALICATE o tenazas.

Uno, MATA POLLOS, y el otro los CHUSCARRA

lo mismo si es GALLO TUERTO, GUACHARO,

CONEJO, PAJARO, con OJANCOS que espantan.

Otros participaban a una carrera,

el NONO, despacio iba, con cara POCHA y DE TATO.

El último aparecío lento, con mala cara,

quizá, no se había drogado, pero algo le faltaba

—a lo mejor un cohete o POLVORILLA—

para ver, si al sprint ganaba.

Seguro tenía, los VENENOS en su cuerpo,

y en su estómago de MOYUELA O molleja

sentía una cosa rara,

que sin poder avanzar, le hacía GAGA, gaga.

En la plaza de España, al lado

de la estatua —de Sancho Panza— 

unos chicos jugaban al YOYO, otros con una LANZA

Unos en los caballitos, MONTA PERRAS,

 o BORRlQUILLAS blancas,

todos ellos MONENES y MORUNOS,

se divertían a sus anchas.

Había otros que bailaban,

PERICONAS o manchegas,

acompañadas a la guitarra,

por el hermano BOCA RANA,

según llamaban así,

por las ancas, que comía asadas.

—Una mujer, había al dado de una MORAGA,

vendiendo, y asando pescado fresco,

de las lagunas y del Guadiana.

Por fin llegaron, a la calle,

y al numero de la casa,

preguntaron si allí vivía,

las personas que buscaban.

El que los recibió les dijo:

—Aquí, no vive el PAVA— si no, el que la espanta.

Resulta que esta persona, llamaban ESPANTA PAVAS.

Así de esta forma fué, como encontraron la casa,

y a la merendona de Consuegra,

estas personas fueron, casi todas invitadas.

Pero encontraron a uno,

que CACHO PUTO llamaban,

que sin vergüenza y descaro,

a las gentes preguntaba:

— ¿La mujer de CACHO PUTO, que será...?

Dictinio V