INFO- DEPRESION

Dentro de este apartado podrás encontrar diversa información sobre la depresión y sus tipos. Puedes clicar encima de las imágenes para leer en formato revista su contenido, o después de las imágenes puedes leer DIRECTAMENTE su contenido en esta misma página.

TIPOS DE DEPRESIÓN:

Estado de ánimo y depresión

Existen diferentes categorías dentro de las alteraciones del estado del ánimo, y por tanto dependiendo de sus características, duración, intensidad de los síntomas y curso adquirirán diferentes etiquetas diagnósticas.

La persona a lo largo de su vida va afrontando diversas situaciones o momentos vitales. La vida aporta momentos que generan ciertos sentimientos de tristeza más o menos intensos. Ante los fracasos, la no consecución de metas u objetivos planteados, ante las contrariedades de la vida, ante las limitaciones físicas, de capacidades, temporales, materiales… Ante las experiencias negativas del día a día las personas van construyendo su tolerancia a la frustración y van tomando conciencia de quienes son, de dónde vienen, y a dónde van.

Las formas, estrategias y habilidades de cada uno para afrontar esos momentos difíciles de la vida marcaran el nivel, la capacidad y el grado de protección ante las experiencias no deseadas o traumáticas.

El vivir genera nuevas formas de relación con uno mismo, con los demás y con las expectativas de nuestros proyectos. Así pues existen diferentes momentos vitales en los que somos más vulnerables para poder padecer una depresión o trastorno del ánimo.

TIPOS de ALTERACIONES DEL ESTADO DE ÁNIMO:

Síndrome depresivo

El síndrome depresivo-reactivo es una respuesta emocional intensa a aquellas situaciones en las cuales nos vemos desbordados y que nos reducen considerablemente la capacidad de sentir placer aparecen sentimientos de tristeza, sentimientos de culpa, pensamientos recurrentes, y sintomatología depresiva. Es preocupante cuando se cronifica.

Después de la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo, la ruptura con la novia, o una discusión con un amigo automáticamente nos generará un sentimiento de tristeza, malestar, decaimiento. En este momento sentirse mal y triste son emociones lógicas bajo esas circunstancias. Sin embargo, si los síntomas están interfiriendo con la vida diaria o uno se siente que no puede deshacerse de ellos, entonces es necesario buscar ayuda.

En los síndromes depresivos- reactivos siempre existe un motivo o una razón más o menos explícita sobre lo que genera esos síntomas depresivos, aunque a menudo la falta de habilidades y estrategias de cómo manejarse con esas situaciones o sentimientos incapacita al individuo a superar la situación o su estado anímico. El proceso psicoterapéutico ayuda a acelerar la superación de las pérdidas y de los momentos traumáticos y que los síntomas depresivos no devengan trastornos depresivos graves.

Es común que la depresión comience después de un acontecimiento estresante, aunque a veces puede aparecer sin una causa aparente.

Si usted reconoce los síntomas que aparece en la lista de síntomas, entonces se trata de depresión. No importa cómo empezó o que lo causo, lo importante es afrontarla y aportar cambios significativos en su vida.

Disforia

Trastorno del ánimo caracterizado por un estado recurrente de insatisfacción, ansiedad, irritabilidad e inquietud. El sujeto convierte a su entorno en victimario: genera malestar y contamina el ambiente. La gente empieza a alejarse del él. La persona disfórica se termina quedando sola, porque nadie quiere contagiarse de su malhumor. Además, porque nunca se sabe cómo va a reaccionar; su temperamento se torna irascible y agresivo y genera peleas y discusiones constantes.

Duelos patológicos y pérdidas emocionales

Muy ligado al síndrome depresivo-reactivo se sitúan los duelos y el proceso de superación de las pérdidas. El proceso más conocido y aceptado socialmente es cuando se produce la muerte de un ser querido. Con la pérdida se pone de manifiesto que la persona ha perdido mucho más que un ser amado. Ha perdido una forma de relacionarse, un referente, un apoyo dónde acudir, la tranquilidad de saber que el otro estará allí dándonos apoyo, esa persona con la que compartíamos las penas y alegrías… Durante el proceso de duelo la persona ha de encontrar nuevas formas de relacionarse y de vivir. La persona ha de asimilar la pérdida y construir nuevas formas de relación y afrontar esos acontecimientos.

El Duelo se trata de una reacción normal frente a una pérdida afectiva importante. Pueden aparecer síntomas semejantes a la depresión mayor, principalmente ideas de culpa (centradas en no haber hecho lo suficiente por la persona fallecida; nunca tienen características delirantes). También ideas de muerte, más como deseo de reunirse con la persona fallecida que como deseo de quitarse la vida.

Cuando una pareja se rompe, cuando una persona pierde un trabajo, o un miembro de su cuerpo, cuando aparece una enfermedad, cuando perdemos una capacidad,… también se produce una pérdida y es necesario elaborar el duelo; es decir asimilar las pérdidas y encontrar nuevas formas de adaptación a la nueva realidad. Sólo si se prolonga un tiempo superior a seis meses o alcanza una intensidad invalidante se considera que se ha complicado con depresión y se tratará como tal.

En estos casos es necesario realizar un proceso de acompañamiento psicoterapéutico, para acelerar la toma de conciencia, el análisis del momento actual, el análisis de la propia capacidad de respuesta del individuo, así como la capacidad de búsqueda de nuevas formas de adaptación a la realidad, y para que los niveles de autoestima no se desplomen. La psicoterapia ayuda a acelerar la superación de las pérdidas y de los momentos traumáticos.

Es común que la depresión comience después de un acontecimiento estresante, aunque a veces puede aparecer sin una causa aparente.

Trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo

La reacción surge al desencadenarse por un estrés claramente identificado que ha tenido lugar en las últimas semanas. La sintomatología desaparece bien por desaparecer el suceso desencadenante o por alcanzar un nuevo nivel adaptativo en su funcionamiento.

Trastorno Depresivo Mayor

La depresión severa -Trastorno Depresivo Mayor- (TDM) se manifiesta por una combinación de síntomas (vea la lista de síntomas) que interfieren con la capacidad para trabajar, estudiar, dormir, comer y disfrutar de actividades que antes eran placenteras. El TDM es un episodio de depresión muy incapacitante, puede ocurrir sólo una vez en la vida, pero por lo general ocurre varias veces en el curso de la vida. Los síntomas de ansiedad son muy comunes en pacientes con depresión mayor. La distimia, un tipo de depresión menos grave, incluye síntomas crónicos (a largo plazo) que no incapacitan tanto, pero sin embargo interfieren con el funcionamiento y el bienestar de la persona, tiñendo de gris toda la vida del paciente depresivo Muchas personas con distimia también pueden padecer de episodios depresivos severos en algún momento de su vida, esto es lo que se conoce como Depresión Doble. (Trastorno Depresivo Mayor + Distimia).

En la Depresión mayor (endógena), aparecen al menos cuatro de los siguientes síntomas y durante más de dos semanas: alteración del apetito, del sueño, de la actividad psicomotora, del funcionamiento cognitivo, de la energía física, pérdida de la sensación de placer, sentimientos de culpa e ideación suicida. Pueden aparecer también síntomas sicóticos congruentes o no congruentes con el estado de ánimo. Son frecuentes los antecedentes personales de episodios depresivos similares (50%) o de otras características, así como de ansiedad o angustia. Igualmente es frecuente encontrar antecedentes familiares de depresiones mayores, trastornos bipolares o alcoholismo; y antecedentes biográficos de ambientes familiares caóticos o pérdidas parentales tempranas.

Distimia

Las personas con distimia están en capacidad de trabajar y por lo general de conducir sus vidas, pero suelen ser irritables y sentirse crónicamente descontentos con ellos mismos y los demás. Este tipo de pacientes muestran cierta dificultad para disfrutar de los acontecimientos, de las cosas y piensan que la vida no tiene mucho sentido.

Los síntomas pueden ser similares a los del trastorno de depresión mayor, pero más leves, es decir, menores en número y gravedad. El diagnóstico suele hacerse cuando los síntomas han durado por lo menos dos años.

Este tipo de depresión también tiene tratamiento. Es necesario incidir en las falsas creencias de vida y estilo de filosofía vital del paciente. Siendo necesario flexibilizar los elementos de análisis de los acontecimientos de la vida diaria

Trastorno Distímico

Trastorno distímico coincide aproximadamente con los diagnósticos clásicos de neurosis o personalidad depresiva. Los síntomas son menos intensos pero más crónicos y responden peor a las terapeúticas farmacológicas. Pocas veces están asintomáticos desde el inicio del trastorno aunque pueden sufrir exacerbaciones relacionadas con sucesos externos. En sus antecedentes destacan síntomas neuróticos desde la infancia, así como problemas desadaptativos y de relaciones interpersonales mantenidos crónicamente. También refieren ambientes familiares conflictivos en su desarrollo biográfico. No está demostrada una mayor incidencia familiar.

El trastorno distímico se caracteriza por la presencia o ausencia de los siguientes criterios:

Estado de ánimo crónicamente depresivo la mayor parte del día de la mayoría de los días, manifestado por el sujeto y observado por los demás, durante al menos 2 años. Nota: En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable y la duración deber ser de al menos 1 año.

Presencia, mientras está deprimido de dos (o más) de los siguientes síntomas:

  • Pérdida o aumento de apetito.

  • Insomnio o hipersomnia.

  • Falta de energía o fatiga.

  • Baja autoestima.

  • Dificultades para concentrarse o para tomar decisiones.

  • Sentimientos de desesperanza.

  • Durante un período de dos años (1 año en niños y adolescentes) de la alteración, el sujeto no ha estado sin síntomas de los criterios A y B durante más de dos meses seguidos.

  • No ha habido ningún episodio depresivo mayor durante los 2 primeros años de la alteración.

  • Nunca ha habido un episodio maníaco.

  • La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico crónico, como son la esquizofrenia o el trastorno delirante.

  • Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (Ej.: una droga, un medicamento) o a una enfermedad médica (Ver depresión asociada a otras enfermedades).

  • Los síntomas causan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Trastornos bipolares

El trastorno bipolar, (TB) es una alteración de los mecanismos que regulan el estado de ánimo. Quienes la sufren pasan alternativamente de la euforia o "manía" a la depresión, llegando a necesitar, en ocasiones, la hospitalización. Comienza usualmente en la vida adulta. Aunque es menos común, puede ocurrir en la adolescencia y raras veces en la niñez. Esta enfermedad puede afectar a cualquiera. Sin embargo, si uno o ambos padres tienen un Desorden Bipolar, hay mayor probabilidad de que los hijos desarrollen el desorden. La historia familiar de abuso de drogas o de alcohol puede también estar asociada con el Desorden Bipolar en los adolescentes.

El TB no es tan frecuente como los otros trastornos depresivos. Se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo: fases de ánimo elevado o eufórico (manía) y fases de ánimo bajo (depresión). Los cambios de estado de ánimo pueden ser dramáticos y rápidos, pero más a menudo son graduales.

Cuando una persona está en la fase depresiva del ciclo, puede padecer de uno, de varios o de todos los síntomas del trastorno depresivo. Cuando está en la fase maníaca, la persona puede estar hiperactiva, hablar excesivamente y tener una gran cantidad de energía. La manía a menudo afecta la manera de pensar, el juicio y la manera de comportarse con relación a los otros.

El TB puede llevar a que el paciente se meta en graves problemas y situaciones embarazosas. Por ejemplo, en la fase maníaca la persona puede sentirse feliz o eufórica, tener proyectos grandiosos, tomar decisiones de negocios descabelladas, e involucrarse en aventuras o fantasías románticas. Si la manía se deja sin tratar puede empeorar y convertirse en un estado psicótico que es cuando el paciente pierde temporalmente la razón.

Los adolescentes con un Desorden Bipolar pueden sufrir cambios de humor continuos que fluctúan entre extremadamente altos (maníacos) y bajos (deprimidos). Los altos pueden alternar con los bajos, o la persona puede sentir los dos extremos al mismo tiempo. (mixtos).

En el trastorno bipolar y en su fase depresiva han existido en la evolución previa de la enfermedad uno o varios episodios de características maníacas. En sus antecedentes familiares aparecen con muy alta frecuencia trastornos bipolares o unipolares.

Depresión secundaria a problemas somáticos y medicamentosos:

Los síntomas pueden ser indistinguibles de una depresión mayor. La rapidez de su desarrollo depende de la causa que es habitualmente rápida si el origen es un fármaco y lenta si se trata de una enfermedad somática.

Otros trastornos depresivos

  • Depresión Inhibida y la depresión Ansiosa en relación al nivel de actividad.

  • Depresión del período vital:

    • Depresión de los 40.

    • Depresión de los 50.

    • Depresión de los 60

  • Trastornos Afectivos Estacionales (TAE)

  • Depresión y mujer.

  • Depresión post-parto.

  • Depresión y período.

  • Depresión y ruptura emocional – de pareja.

  • Alexitimia.

  • Depresión oculta: un diagnóstico difícil.

Si a veces siente, pena, tristeza, desasosiego, inseguridad, ansiedad, ¿no será porque se está dando cuenta que su vida necesita un cambio pero no tiene el valor suficiente para afrontarlo?

¿Hacemos todo lo necesario para estar mejor? ¿Estamos dispuestos a luchar para que nuestra vida sea más satisfactoria y agradable?

Las personas que acuden a terapia, y gracias al Método GLOBAL WORDS, pronto son conscientes que necesitan cambiar pautas de relación, comunicación y acción; y adaptan sus patrones de funcionamiento a las nuevas dimensiones de su realidad, para poder restituir el equilibrio necesario para una forma de vida más saludable a su personalidad y así recuperar el estado de bienestar personal.

Con el Método GLOBAL WORDS, los cambios son rápidos y duraderos si la persona se implica en el proceso. El Método GLOBAL WORDS, es un método sistematizado de búsqueda del sentido de la vida y que ayuda a las personas a confrontar sus pensamientos, emociones y estado físico; en relación a su estado personal, y aporta formas adaptadas a cada necesidad para establecer una nueva atribución de significado de lo que está pasando en su vida.

SALUD, DEPRESIÓN Y ANSIEDAD

La ansiedad es una de las formas que utiliza nuestro organismo para expresarse. Si queremos silenciar aquello que nos preocupa, aquellas cosas que nos molestan e incluso aquello que vemos que es mejor que nos resignemos, el organismo se encarga de buscar sus propias formas de expresión, ya que nuestro sistema de creencias entra en conflicto y los sistemas de congruencia interna se desestabilizan, para hacernos ver que no vamos bien.

A menudo nos sentimos desgraciados, preocupados en exceso y hasta inútiles de cambiar aquellas cosas de nuestra vida que no nos gustan. No les queremos darles importancia. Quizás si les damos importancia tendríamos de cambiar demasiadas cosas y en estos momentos no lo vemos con buenos ojos o vemos que no toca.

A veces pensamos que si no le damos importancia desaparecerá, y no hay nada más lejos. El estado depresivo empieza cuando las ansias de cambio se desvanecen y además notamos que la ansiedad nos acecha sin saber porqué.

Acudir a un psicólogo te ayuda a abordar y entender tus mecanismos de ansiedad y depresión que se activan en ti.

La psicoterapia es un proceso de búsqueda de soluciones, y de aproximación a su estado ideal de bienestar. ¿Cada día es igual para ti? ¿Te da miedo cambiar? De ti depende.

Las fobias y los miedos

El miedo es una señal de alerta de que algún acontecimiento próximo puede amenazar nuestra tranquilidad, seguridad e integridad física, psicológica, moral o espiritual. Se trata de un mecanismo natural y necesario para el óptimo aprendizaje y la asimilación de las experiencias de la vida. El miedo nos puede ayudar a ser más precavidos, cuidadosos, e incluso a extremar las medidas de seguridad ante situaciones reales de peligro o que nos suponen un reto. Este tipo de miedo es un miedo óptimo y deseable ya que su función se corresponde a su fin. En cambio existen otros tipos de miedos que son más sobredimensionados a la realidad y que prácticamente paralizan la actividad cotidiana al ser miedos completamente irracionales y compulsivos, es decir que nos activan, nos obligan a hacer sosas que no queremos. Estos miedos desmesurados y paralizantes son los que llamamos “fobias”. A menudo el cuerpo los proyecta en forma de: taquicardias, miedo irracional a morirse, ansiedad, sudoración, sequedad de boca, es decir se somatizan y buscan una válvula de escape para poder ser expresados.

Muchas personas padecen fobias sin saberlo. Existen tantas fobias como animales, lugares, situaciones y cosas que nos podamos imaginar. Algunas de las fobias más conocidas son: “claustrofobia” pánico a los lugares cerrados; “cinofobia” a los perros; “brontofobia” a los truenos; “hemotafobia” a la sangre; a los lugares altos “acrofobia”; “gefirofobia” miedo a cruzar puentes… Pero las más paralizantes y que invalidan la vida cotidiana por distorsionarla de una forma desmesurada son la agorafobia y la fobia social. La agorafobia es el miedo a permanecer solo en espacios abiertos, y experimentan mucha ansiedad ante la posibilidad de poder sufrir crisis de pánico, o por percibir que no puede pedir ayuda o escapar; y en cambio, los afectados de fobia social sienten un miedo intenso a hablar en público, a participar en una comida con otras personas e incluso a sentirse humillados en público. Estas últimas son las que más pueden afectar la vida laboral y social.

La fobia social muchas veces empieza en la adolescencia en forma de timidez, y después tanto la familia como el entorno cree que la persona es así y no se da más importancia. Pero cuando se ha de afrontar la vida laboral es cuando aparece el fracaso y el sentimiento de impotencia para poder superar esta fobia.

Las fobias generalmente se superan y la mayoría sólo necesitan unos meses de tratamiento psicoterapéutico, pero cuando aparece el miedo a tener miedo como es el caso de la agorafobia suele ser necesario más de un año de psicoterapia para que la persona pueda vencer su miedo irracional.

El sufrimiento psicológico

Cualquier desajuste entre nuestra manera de ser y de actuar, de pensar y sentir, de hacer y evitar, de vivir y existir nos puede provocar sufrimiento. El sufrimiento psicológico es provocado por un desajuste entre la idea que tenemos de nosotros mismos y cómo nos gustaría ser. Este desajuste se puede producir en cualquier ámbito, sea el personal, el laboral, el familiar, el de las amistades, el espiritual… El sufrimiento si aparece en un ámbito u otro tendrá características diferenciadas pero afectará inevitablemente a la paz interior, a la capacidad de autonomía personal, a la salud física y a la capacidad de disfrutar. El sufrimiento en estos términos es nocivo para la salud.

Siempre que el sufrimiento interfiera en el estado anímico y en la capacidad de actuar y decidir del individuo es necesario acudir a un especialista.

El sufrimiento activa las funciones de huida: aceleración del ritmo cardíaco, combustión de oxígeno… pero difícilmente tenemos que realizar la huida de verdad. El sufrimiento nos produce un desgaste enorme. Nos produce cansancio, embotados, apáticos, decaídos, tristes.

Cuando sufrimos inútilmente bajamos al mínimo nuestro rendimiento intelectual. El sufrimiento distorsiona y entorpece nuestro rendimiento, de la misma manera que la crisis de ansiedad que provoca pueden originarnos estados pre-depresivos.

Una de las formas más eficaces para dejar de sufrir inútilmente es evitar cometer los errores que cometemos habitualmente, pero para ello hemos de poder identificarlos. La creatividad es un don que posee todo el mundo, en mayor o menor medida, pero que no todos utilizan, ya que se dejan llevar por la monotonía i la cotidianidad. La creatividad nos ayuda a buscar nuevas formas de paz interior y cambiar por las que no nos funcionan.

Nos consta que muchas personas lo pasan mal, supuestamente por culpa de los “otros” en esos casos con ayuda de un profesional podemos aprender estrategias para dejar de sufrir y prepararnos para una saludable y sana forma de vivir. Lo importante en nuestra vida son los pensamientos, no los acontecimientos. Los pensamientos son responsables de nuestras emociones.

En resumen, sólo hay un sufrimiento positivo: el que te hace reaccionar pronto y facilita que, sin hundirte, aprendas de la situación vivida, e incorpores un nuevo recurso al repertorio de tus conductas. Los otros tipos de sufrimiento si persisten es muy aconsejable acudir a un especialista para evitar que se cronifiquen.

Trastorno Obsesivo-compulsivo

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es uno de los trastornos de ansiedad más complejos. El individuo que padece de TOC se ve atrapado en un esquema de pensamientos y conductas repetitivas que carecen de sentido y que son muy angustiosas, y a su vez son difíciles de vencer. El TOC se presenta en una gama que va de leve a severo. Si es leve y no se trata, puede descontrolarse hasta convertirse en severo y destruir la capacidad de una persona para funcionar en el trabajo, la escuela, o hasta en la casa.

No se debe confundir las personas con TOC con los que a veces son llamados "compulsivos" porque éstos tienen un nivel alto de desempeño, son perfeccionistas y muy organizados en su trabajo e incluso en sus actividades de ocio. Este tipo de "compulsividad" puede servir para contribuir al crecimiento de la autoestima de la persona y su éxito en el trabajo.

Las características claras de este trastorno son las obsesiones. Estas son ideas o impulsos no deseados que surgen repetidamente en la mente de la persona. Falla el control de esas ideas. Parece que no se puedan controlar. A menudo existen temores persistentes de que pueda ocurrirle algo malo a uno o a un ser querido, una preocupación sin razón de contaminarse, o una necesidad excesiva de hacer cosas correctamente o perfectamente. Una y otra vez el individuo siente un pensamiento inquietante, tal como "Mis manos deben estar contaminadas -- me las debo lavar" ; "Puedo haber dejado el gas prendido" ; o "Voy a causarle daño a mi hijo". Estos pensamientos son intrusivos y desagradables y producen un alto nivel de ansiedad. A veces las obsesiones son de naturaleza violenta o sexual o están relacionadas a enfermedad.

Otra característica clara son las compulsiones. Las compulsiones son las conductas repetitivas que acompañan a las obsesiones.

A veces las personas que padecen este trastorno no lo perciben como tal. Les cuesta reconocer sus obsesiones y compulsiones, y por tanto la familia es un componente indispensable para su detección y posterior tratamiento. Muchas personas pueden mantener sus síntomas obsesivos-compulsivos bajo control durante las horas de trabajo y escuela. Pero la resistencia puede debilitarse con el tiempo y, cuando esto ocurre, el TOC puede volverse tan severo que los rituales que llevan tiempo pueden tomar posesión de la vida de los enfermos. Los que padecen de TOC muchas veces tratan de ocultar su trastorno en vez de conseguir ayuda. Muchas veces logran ocultar sus síntomas obsesivos-compulsivos a sus amigos o colegas. Una consecuencia desafortunada de este secreto es que personas con TOC por lo general no reciben ayuda profesional hasta años después del comienzo de su enfermedad y el sufrimiento ha deteriorado a la persona.

Claves para el estrés y la ansiedad.

El estrés es una respuesta del cuerpo a los desafíos y peligros que se conoce como una reacción de lucha y huida. Es una compleja reacción en cadena de cambios, fisiológicos y bioquímicos. El estrés es necesario pero en exceso puede ser peligroso.

Existen diferentes tipos de estresores: a) Estresores agudos: Están limitados en el tiempo. En esta categoría podemos incluir situaciones como la espera de las calificaciones de un examen. b) Secuencias estresantes: Son periodos de tiempo más largos. Las secuencias pueden ser un proceso de divorcio, el desarrollo de un juicio…c) Estresores intermitentes: Ejemplo paradigmático es un examen. Tenemos estrés al anticipar las fechas, al estudiar y al esperar las notas. d) Estresores crónicos y continuos: Las enfermedades y los trabajos estresantes, ya sea por el peligro que comportan, ya por la tensión que exigen, son los más comunes.

Cuando empieza a cronificarse el estrés y ya se nos va un poco de las manos es cuando podemos decir que aparece la ansiedad. La ansiedad la podemos definir como la existencia en el individuo de un sentimiento de amenaza, de tensa incertidumbre y expectación ante lo que el futuro puede depararle, de intensa preocupación y de un miedo desproporcionado en relación al estímulo que recibe, lo que termina ocasionando un desequilibrio psicosomático. La ansiedad patológica inhibe la acción: no nos permite responder adecuadamente a los estímulos.

Podemos diferenciar cuatro niveles de ansiedad que son progresivos si no se afrontan. Primer nivel: cuando el individuo se encuentra alerta y tiene capacidad de reaccionar ante la aparición de problemas determinados. Segundo nivel: el campo de percepción se halla restringido, por lo que se ve incapaz de percibir todos aquellos detalles de su entorno que le rodean. Pero no obstante en este segundo nivel, su capacidad de reacción y solución de problemas no se ve dañada. Tercer nivel: se reduce aún más el campo de percepción, que puede finalmente quedar reducido a un solo detalle. El individuo puede centrar todos sus esfuerzos en obtener un alivio inmediato, olvidándose de las causas que han promovido su estado y de la solución del mismo. En el cuarto nivel se alcanza el estadio del pánico, donde existe ya una importante desorganización emocional. El individuo en este nivel, sólo es capaz de concentrarse en motivos sin importancia que ya nada tienen que ver con la verdadera causa del problema.

Identificar el nivel de ansiedad es un primer paso para afrontarla. Cuanto antes cambie su “modus vivendi” (la manera de vivir), antes desaparecerá la sintomatología ansiosa. Lo importante es ser consciente de las causas de la ansiedad y no tanto de los síntomas. Su psicólogo le puede ayudar.

Cómo vencer la timidez.

Para los adolescentes la timidez obstaculiza el poder establecer relaciones satisfactorias con las personas del sexo contrario o representa una dificultad para pertenecer a un determinado grupo de amigos. Para los adultos la timidez incide de una forma más directa sobre las relaciones laborales y la relación de pareja y/o amistades sobre todo.

Una persona que acude a consulta aporta sus miedos y temores que le generan una evitación a determinadas situaciones sociales y que por tanto interfiere en la vida cotidiana del individuo. Esos miedos son subjetivos pero producen un malestar clínicamente significativo a la persona que los padece.

En terapia esos miedos se identifican. Se resignifican dándoles nuevos significados. Se valora a qué nivel dificultan e inciden en la vida cotidiana del sujeto. Se identifican los pensamientos y las creencias. Se ayuda a identificar, discriminar y verbalizar los sentimientos unidos a la timidez y en qué medida paraliza o genera las conductas de evitación a la exposición a los otros. La complejidad emocional puede incidir en las estrategias de afrontación de la timidez. Se rediseñan nuevas estrategias de afrontación y se anima a la persona que las ponga en práctica identificando los pensamientos y los sentimientos que estas nuevas estrategias le aportan. En esta última fase el grupo de apoyo es fundamental para ayudar a encontrar la fuerza necesaria para dar el paso, ya que es el elemento de apoyo y valoración necesario para desbloquearse. Los pequeños logros son muy importantes.

En la medida que las relaciones sociales son satisfactorias y positivas las vivencias que interiorizará la persona será en términos de positividad y de “es bueno para mí” y por tanto la persona establecerá unos patrones ajustados a la realidad y llegará a disfrutar de las relaciones interpersonales y asumir los riesgos inherentes a la comunicación y relación interpersonal.

Paralelamente se aborda en psicoterapia el tema de la autoestima, buscando los elementos que le aporten seguridad personal y convirtiendo los límites rígidos de actuación y/o relación en límites más flexibles.

El contacto con la gente es un valor descúbrelo.

El poder de los pensamientos:

A las personas, sin ser del todo conscientes, nos pasan por la cabeza una infinidad de ideas y pensamientos. Algunos son creativos, otros negativos, algunos nos animan y son positivos y otros nos limitan aquello que tenemos o debemos hacer.

A medida que vamos viviendo vamos adquiriendo vivencias y éstas se acumulan en nuestro interior configurando nuestra manera de hacer de pensar y de ser.

Cuando los pensamientos son negativos, paralizantes y autolimitantes es necesario revisar nuestro estilo de pensamiento y/o acudir a un profesional. El exceso de pensamientos negativos nos marcará un estilo de vida negativa y sin sentido, donde la ilusión y la esperanza no existirán. Si tienes apatía, malestar generalizado y/o pocas ganas de vivir, es que has tocado fondo y necesitas cambiar el estilo de tus pensamientos.

Los sistemas de creencias irracionales generan mucho sufrimiento psicológico a las personas. Los pensamientos tienen gran influencia en los sistemas de creencias, pero a veces los pensamientos pueden ayudarnos a malinterpretar nuestra realidad. El regocijo en los pensamientos distorsionados nos aportan un sufrimiento innecesario ya que esa realidad es fruto de un mundo imaginario inexistente.

Tu vida puede cambiar si tus pensamientos cambian. Cree en los cambios que tú te puedes generar. Las ganas de cambiar te ayudan a cambiar y a que las cosas sean más fáciles. Tu cambio de pensamientos y de actitud va a generar situaciones óptimas y buenas para ti. Si tu estilo de pensamiento roza la negatividad el psicólogo te puede ayudar.

¿Tu discurso es psicológicamente correcto?

Cada persona piensa, siente, actúa y vive de una forma coherente a su discurso interno. Si piensas mal vives peorl y si piensas positivamente vives de forma optimista.

Podemos definir el discurso interno cómo la conversación que uno tiene consigo mismo. Unos le llaman la voz del pensamiento, mientras que otros lo llaman la voz de la conciencia. Todo es discurso, ya que se articulan frases, ideas, conceptos y todo adquiere un mundo de significado.

De un tiempo hacia aquí está de moda que los políticos hagan un discurso políticamente correcto. Es decir existen ideas y conceptos que no se pueden exponer públicamente ya que podría ir en contra del partido político o de uno mismo si se hace público el contenido real del discurso.

A nivel psicológico pasa en cierta medida algo parecido, las personas piensan, sienten y actúan de una forma sesgada, ya que se autolimitan a expresar lo que realmente les pasa por su cabeza y la autocensura les lleva a contradecirse convirtiendo su propio discurso en psicológicamente incorrecto y fuente de sufrimiento. El discurso para que sea psicológicamente correcto y aporte bienestar a la persona ha de ser coherente, sincero, solidario y se ha de poder exponer públicamente. De esta forma la autenticidad de la persona puede aflorar. Cuanto más permiso se dé la persona para ser auténtica, más grado de bienestar alcanzará. A diferencia del discurso político, el discurso psicológico necesita únicamente de ti para ser feliz, ya que en esas elecciones sólo te presentas TÚ.

En psicoterapia la persona aprende a tomar conciencia de uno mismo y es un camino de coherencia entre las emociones, los pensamientos, las acciones y el estado físico. La psicoterapia es un proceso de perfeccionamiento del propio discurso interno para que sea psicológicamente correcto y la persona se aproxime a su estadio de felicidad. ¿Cada día es igual para ti? ¿Te da miedo cambiar? De ti depende. ¡VIVE!

Dependencia emocional: una gran limitación

Las personas necesitan sentirse libres y autónomas. A menudo las obligaciones que nos imponemos y el miedo a no quedar a la altura nos mueven a sobrecargarnos de tareas y responsabilidades. El que va opinar el otro nos puede influenciar de tal manera que nos puede alterar por completo nuestra vida

Es muy importante saber decir NO. Pero claro, cuando nuestra autoestima no está en niveles óptimos, como que el esfuerzo necesario para decir NO parece sobrehumano.

La salud psicológica se mide por parámetros de autonomía y grado de satisfacción entre lo que hacemos, sentimos y pensamos respecto a nuestras propias expectativas. De lo contrario estaremos ante una persona dependiente emocionalmente y con graves dificultades para decir que NO y autoafirmarse. Como consecuencia sus niveles de satisfacción personal serán mínimos y muy alejados de sus expectativas, en definitiva desequilibrados.

Muchas veces nos encontramos mal y no sabemos por qué. Empezamos a preguntarnos qué nos pasa y no sabemos encontrar una respuesta que nos tranquilice y nos motive a cambiar. Pero sabemos que no podemos seguir así.

Es necesario reivindicar nuestro propio espacio personal. La persona necesita sentirse libre y autónoma. Ha de decir de una vez por todas BASTA!. Basta de ese estilo de vida rutinario. Necesitamos darnos permiso para cambiar nuestra vida.

De momento el 100% de las personas que han acudido a nuestra consulta han conseguido ese equilibrio entre sus deseos y sus realidades. A todos ellos les felicitamos.

Acudir a un psicólogo puede ayudar a abordar los temas que inciden en el bienestar de una forma negativa y resaltar las potencialidades de cada uno.

La psicoterapia es un proceso de búsqueda de soluciones, y de aproximación a su estado ideal de bienestar. ¿Cada día es igual para ti? ¿Te da miedo cambiar? De ti depende.

Autoestima: la clave del éxito personal.

¿Te quieres a ti mismo?, ¿Estás satisfecho con tu vida?, ¿Te gusta el concepto que tienes de ti mismo?, ¿Te sientes seguro al exponer a los demás tus decisiones o puntos de vista?

Si la respuesta es SÍ. Enhorabuena tu autoestima es alta y te aporta las estrategias y herramientas necesarias para vivir y relacionarte de una forma saludable y feliz.

Si la respuesta es NO, es necesario que hagas algo para paliar ese nivel de autoestima.

Existen muchas estrategias para potenciar la autoestima, pero antes es necesario percatarnos de los malos hábitos de relación que se han instaurado en nosotros. Descubrir lo qué no nos gusta de nosotros y cuáles son nuestras potencialidades nos va ayudar a establecer unos cimientos fuertes para empezar a construir nuestra autoestima a prueba de bombas.

Cualquier desajuste entre nuestra manera de ser y de actuar, de pensar y sentir, de hacer y evitar, de vivir y existir nos puede provocar sufrimiento y denota que nuestra autoestima es baja. El sufrimiento psicológico es el resultado de una autoestima deficiente y provoca un desajuste entre la idea que tenemos de nosotros mismos y cómo nos gustaría ser. Este desajuste se puede producir en cualquier ámbito, sea el personal, el laboral, el familiar, el de las amistades, el espiritual… El sufrimiento si aparece en un ámbito u otro tendrá características diferenciadas pero afectará inevitablemente a la autoestima, la paz interior, a la capacidad de autonomía personal, a la salud física y a la capacidad de disfrutar. El sufrimiento que produce una baja autoestima es nocivo para la salud.

Siempre que el sufrimiento interfiera en el estado anímico y en la capacidad de actuar y decidir del individuo es necesario acudir a un especialista para recuperar esa autoestima tan necesaria para vivir.

Pensamientos y obsesión.

Mientras hacemos actividades fácilmente nos pasan por la cabeza ideas o pensamientos mágicos, como matar al marido que está sentado leyendo el periódico mientras la mujer hace la comida.

Si de verdad fuéramos sinceros y observáramos con distancia el escándalo que nos produce, admitiríamos que con frecuencia tenemos ideas inconfesables que nos pasan volando por la mente y que no tienen nada que ver con nuestros valores y decisiones racionales.

Estas ideas son tan temidas que a veces juegan en nosotros mostrándonos un Yo perverso que no cuadra con el Yo coherente de nuestras creencias y nuestro sentido de lo que está bien y lo que está mal.

La presencia de pensamientos no voluntarios o invasores en la mente es un fenómeno bastante universal. Lo cierto es que los rasgos obsesivos se presentan en un gran número de personas consideradas normales.

Por esta razón, no habría que preocuparnos por tener ideas escandalosas de vez en cuando, sino por creer que estas pueden hacerse realidad aunque uno no lo quiera. Sólo por pensarlas. Si éste fuera el caso, estaríamos traspasando los límites de la normalidad mediante el pensamiento mágico propio de la enfermedad obsesiva.

Si los pensamientos se convierten en repetitivos y dificultan la vida cotidiana, generan sentimientos de impotencia y tristeza, e impiden vivir de una forma gozosa es conveniente acudir a un profesional.

La irritabilidad.

Desde que nacemos los humanos perseguimos, por encima de todo, dos objetivos: sobrevivir y ser felices. Durante nuestra vida luchamos con todas nuestras fuerzas para conseguir aquello que nos complace y eludir o evitar aquello que nos desagrada.

Cuando nuestro nivel de flexibilidad y complejidad se ven afectados por nuestra manera de vivir surge la irritabilidad. Podríamos definir al irritable como aquella persona con un bajo control de impulsos y una baja tolerancia a la fustración. El irritable responde ante los inconvenientes o las contrariedades con el enfado. Suelen necesitar que les den la razón y que las cosas les salgan bien. Les cuesta recibir críticas, justifican continuamente sus propias maneras de comportarse, pero machacan de una forma exagerada a los demás. Suelen ser rígidos en sus opiniones y con una cierta tendencia al perfeccionismo. Su pensamiento suele estar sesgado y ven sólo el lado negativo de los otros.

Cuando esta irritabilidad se convierte en un obstáculo para relacionarnos, trabajar o estar a gusto con nosotros mismos, debemos poner freno. Es entonces cuando es necesario acudir a un profesional para superar las barreras emocionales que nosotros mismos nos ponemos.

Cuando nuestra actitud nos pierde es imposible construir alternativas saludables y conseguir materializar nuestros objetivos. Para ellos en un proceso psicoterapéutico el paciente modifica su estilo de pensamientos, busca el origen de sus enfados y aprende a controlar las situaciones aprendiendo sobre aquello que les sucede. El ejercicio de la flexibilidad es clave para superar de una forma satisfactoria la irritabilidad

La irritabilidad es ansiedad; afecta a la salud y la vida cotidiana. Negar la importancia de un problema te aleja de un estado de bienestar.

Los cambios sociales y las dificultades para ser feliz.

Cada vez parece más difícil ser feliz, aunque paradójicamente todos los avances tecnológicos nos quieren facilitar la labor.

En esta sociedad cambiante es fácil perder de vista ese faro que de tanto en tanto nos marca el objetivo de vivir y nos guía hacia nuestros ideales e ilusiones sin perder el rumbo. Pero lo que hace cinco años nos podía servir, hoy parece obsoleto. La sociedad de consumo nos centra más en las novedades tecnológicas que en la calidad de nuestras relaciones interpersonales y con nosotros mismo.

En estos días es más cómodo centrar nuestra propia autoestima a partir de lo que tenemos más de lo que somos. Parece ser que lo que importa es consumir; de ahí que las familias han dejado de ser referente social para ser unidades de consumo.

Tal como van los tiempos es necesario aprender a enfrentarse a la vida. Favorecer la fuerza interior de los adolescentes y adultos, significa proporcionar recursos válidos para enfrentarse a la vida. La clave del éxito para estos tiempos que corren son: encontrar un ambiente acogedor y cariñoso, pero también saberse mover con las normas y especificar límites claros.

Asumir retos y responsabilidades es la clave para evitar la frustración de aquellas personas que les cuesta afrontar los nuevos retos sociales. La sobreprotección es la clave del fracaso.

Mediante el proceso psicoterapéutico se descubre de lo que realmente es capaz uno de hacer y se cambia la forma de pensar a fin que sea de una forma más eficaz y adecuada para potenciar la autoestima y despertar la fuerza interior.

Es necesario potenciar el espíritu crítico. La persona consentida se convierte en un eterno insatisfecho que no soportará las frustraciones. Las negativas que socialmente se nos van presentando son una posibilidad para ayudarnos a fortalecer nuestro mundo interior.

El cambio de pensamiento nos facilita encontrarnos con nosotros mismos y desarrollar nuestro potencial.

NECESIDAD DE CAMBIO.

Necesito cambiar y me da miedo.

La persona necesita adaptarse a las nuevas situaciones y realidades que en cada etapa nos va ofreciendo la vida, pero a veces nos es más fácil seguir haciendo igual como si no pasase nada.

Cuando algo en nosotros nos hace sentir que no vamos bien o que nuestra vida le falta algo hemos de escuchar esa parte de nosotros que nos está hablando. Esa parte es el corazón y necesita ser escuchado para poder llegar a la plenitud personal emocional y espiritual.

El cambio es una necesidad que el ser humano necesita para crecer y enriquecerse. El cambio es bueno. El cambio nos prepara y nos acomoda a la nueva realidad y rumbo que va tomando nuestra vida.

Hay personas que se resisten a cambiar. Pero en el fondo le es más fácil seguir haciendo y viviendo de la forma como lo han hecho siempre ya que así no es necesario asumir nuevos riesgos y su vida parece más controlada. Pero sólo parece más controlada la realidad es que son esclavos de sus autolimitaciones y se niegan a vivir otra realidad. No se dan permiso para ser otro forma.

Si el problema tiene solución se ha de afrontar lo más rápido posible, ya que de lo contrario se corre el riesgo a que éste crezca demasiado y nos desborde. El hecho de negarlo únicamente nos crea malestar y perturba nuestra manera de afrontar las situaciones. No afrontar una nueva realidad o situación y negar la necesidad de cambio nos repercute negativamente en nuestro estado psicológico, ya que nuestro inconsciente tienen constancia de ello y se manifiesta de una forma coherente al problema.

El poder utilizar correctamente “estrategias de afrontamiento” nos facilita y ayuda a la adaptación a aquellas situaciones y realidades que se van dando en nuestra vida. Pero para ello es necesario querer reflexionar sobre nuestras pautas de comportamiento, nuestros sentimientos y nuestra vida. El hacer un alto en nuestra vida nos ayuda a redefinir, corregir y darnos cuenta de aquellos errores que nos alejan de la felicidad personal y espiritual. La vida es cambio y el cambio es vida. ¿Cada día es igual parta ti? De ti depende. Vive!

Nuevos propósitos. Necesito cambiar.

Cada año antes de las 12 campanadas por nuestra mente pasan un sinfín de propósitos, objetivos y nuevas ilusiones para el año que está a punto de empezar. Dejamos atrás los momentos negativos y nos preparamos para empezar con ganas el próximo año.

Al tomar las uvas el día de fin de año, seguro que ha despertado en ti, alguna vez, esa necesidad de cambiar algunas cosas. Nosotros te podemos ayudar y hacerte el camino más fácil.

La persona necesita ver cómo se van desvaneciendo aquellas cosas que no le gustan y se van trasformando en situaciones más agradables y satisfactorias sus deseos y anhelos. El hecho de que los logros vayan apareciendo en tu vida fortalecen la autoestima y la seguridad personal.

Cuando aparece en la persona el sentimiento de necesidad de cambio es un signo evidente de que su vida necesita cambiar lo antes posible, para que se pueda restablecer la armonía, el equilibrio interno y los sentimientos de satisfacción personal.

Los cambios, o proyectos de cambio, mayoritariamente están focalizados sobre la forma de relacionarnos con los demás, sobre nosotros mismos y las fuentes de obtención de placer.

La salud mental y la satisfacción personal reside en la forma de vivir y la magnitud existente del nivel de congruencia interna entre aquello que creemos que hemos de hacer y aquello que desearíamos estar haciendo.

Cuanto más aproximemos los polos del ser real que nos encontramos ahora con el ser ideal que queremos llegar a ser, mejor nos encontraremos con nosotros mismos y el grado de satisfacción personal será proporcionalmente superior a los intentos de cambio que hagamos.

Trabajar para que los sentimientos más profundos e íntimos se hagan realidad ayuda a limar asperezas y darse cuenta de cómo es realmente tu vida y de que manera puedes luchar y/o estás luchando para que se construya esa nueva realidad.

Cuando vemos que necesitamos cambiar. En ese instante. El pensamiento mágico nos ilusiona y nos prepara para esperar esos cambios que constatamos que son necesarios en nuestra vida para ser más felices, pero en el fondo esperamos que los Reyes Magos nos los traigan.

Pasados los Reyes la persona empieza a ser consciente que es más duro de lo que se esperaba y desiste en sus ansias de cambiar y luchar para ser más feliz.

La persona tiende a repetir los mismos patrones y hasta que un nuevo hábito de conducta no esté instaurado no podrá incorporar repertorios nuevos a los ya existentes. Es decir hasta que no sea consciente que necesita cambiar no empezará a cambiar en el proceso de adquisición de hábitos y por tanto habrá momentos buenos y otros malos, y en el proceso de cambio es cuando un buen profesional de la psicología puede hacer que se instauren con naturalidad y de una forma más rápida que no haciéndolo uno mismo.

La práctica nos demuestra que muchas personas intentan cambiar su vida y ser más felices. Un 85% de personas fracasan al intentarlo solos, ya que los patrones que se desean cambiar están demasiado asimilados y se resisten al cambio debido a los mecanismos inconscientes de placer y por tanto aunque la persona desee cambiar esos mecanismos inconscientes de satisfacción, el mismo inconsciente le hace fracasar en sus intentos.

En los procesos psicoterapéuticos la zona inconsciente se hacen consciente y se amplían los repertorios de conductas aportando mecanismos de gestión emocional en nuestras vidas produciendo una aproximación a los estadios superiores de felicidad, ya que se aproximan el ideal de la persona con la realidad manifiesta.

La psicoterapia es un proceso de perfeccionamiento personal, y de aproximación a su estado ideal de felicidad. ¿Cada día es igual para ti? ¿Te da miedo cambiar? De ti depende. ¡VIVE libremente!

Mi vida necesita cambiar. No puedo esperar más.

¿Cuántas veces nos hemos dicho esta frase? Si han sido muchas es que realmente tenemos una cierta resistencia al cambio. Pero la verdad es que de una forma inconsciente notamos que necesitamos un gran cambio en nuestra vida y nos percatamos, aunque nos cueste reconocerlo.

El romper con la rutina es difícil, pero a la vez desgasta muchísimo las relaciones interpersonales. Puede ser que a veces nos sintamos vacíos, por tal como va nuestra vida, pero la verdad es que entre la pena que sentimos y el vacío que nos da esa vida que llevamos, que nos quedamos con la pena y nos resistimos a luchar para cambiar nuestro mundo.

Si a veces siente, pena, tristeza, desasosiego, inseguridad, ansiedad, ¿no será porque se está dando cuenta que su vida necesita un cambio pero no tiene el valor suficiente para afrontarlo?

¿Hacemos todo lo necesario para estar mejor? ¿Estamos dispuestos a luchar para que nuestra vida sea más satisfactoria y agradable?

Las personas que acuden a terapia, y gracias al Método GLOBAL WORDS, pronto son conscientes que necesitan cambiar pautas de relación, comunicación y acción; y adaptan sus patrones de funcionamiento a las nuevas dimensiones de su realidad, para poder restituir el equilibrio necesario para una forma de vida más saludable a su personalidad y así recuperar el estado de bienestar personal.

Con el Método GLOBAL WORDS, los cambios son rápidos y duraderos si la persona se implica en el proceso. El Método GLOBAL WORDS, es un método sistematizado de búsqueda del sentido de la vida y que ayuda a las personas a confrontar sus pensamientos, emociones y estado físico; en relación a su estado personal, y aporta formas adaptadas a cada necesidad

para establecer una nueva atribución de significado de lo que está pasando en su vida.