La falla de Alhama de Murcia tiene más riesgo sísmico de lo que se pensaba
Un grupo internacional de investigadores ha identificado en la historia más reciente de la falla de Alhama de Murcia seis grandes terremotos de magnitud superior a 7. Esta falla es un plano de fractura del terreno que atraviesa toda la corteza terrestre, por lo que, para identificar los terremotos prehistóricos en sus paredes, los científicos hicieron excavaciones superficiales perpendiculares a la falla –unas trincheras de entre 20 y 30 metros de largo y cuatro metros de profundidad– que han permitido obtener un registro paleosísmico excepcionalmente largo.
“Los grandes terremotos al superar la magnitud 6 suelen romper en superficie y, por ello, hemos podido identificar en sus paredes esas roturas”, ha explicado a la agencia SINC José J. Martínez Díaz, investigador de la Universidad Complutense de Madrid y coautor del estudio que publica la revista Geological Society of America Bulletin. La datación de esas deformaciones tectónicas se llevó a cabo por medio de carbono-14 y técnicas de luminiscencia estimulada por infrarrojos.
Para entender la pauta de comportamiento de la falla de Alhama de Murcia, los investigadores se tienen que remontar en el tiempo cientos de miles de años “mucho más que americanos o japonenses, que a partir de datos de 10.000 años ya pueden identificarlos”, añade Martínez Díaz. Esto se debe a que en España las fallas son más lentas y, por lo tanto, el tiempo de recurrencia entre grandes terremotos es mucho mayor–del orden de miles de años– que el que tienen fallas mucho más rápidas como la de San Andrés (California). Según sus estimaciones, la falla de Alhama se habría generado hace más de 9 millones de años y provocaría terremotos desde su inicio controlando de ese modo el paisaje de la región.
Estudiando la actividad símica del Cuaternario (aquellos terremotos que tienen menos de 1,8 millones de años) los científicos han identificado un mínimo de seis seísmos de gran magnitud durante el periodo estudiado (más de 300.000 años), pero sospechan que el número real de grandes eventos ha debido ser mayor. occidentales, desde Góñar (Almería) hasta Totana (Murcia), lo que implicaría un terremoto de magnitud superior a 7”, explica Martínez Díaz, que añade que es fundamental que se tenga en cuenta en los cálculos de peligrosidad y normas de construcción en la zona. Hasta ahora su peligrosidad estaba minusvalorada porque, hasta ahora, las estimaciones se basaban en el catálogo de sismicidad histórica con los eventos ocurridos en los últimos 2000 años.
En cuanto a la posibilidad de predecir el siguiente movimiento sísmico de gran magnitud, los autores recalcan que es posible decir su magnitud máxima y dónde pueden producirse, pero hoy por hoy no hay manera de pronosticar el momento exacto del terremoto, que es un fenómeno geológico complejo gobernado por procesos físicos no lineales. “Lo que sí podemos saber, porque se ha modelizado y lo hemos publicado en estudios previos, es que terremotos como el de Lorca y otros anteriores provocan cambios de esfuerzos en la falla, con aumentos en ciertas partes de la misma. En estas zonas es más probable que ocurra el siguiente. Ahora bien, estimar cuándo es imposible”, concluye Martínez Díaz.
Otra novedad es que, según el artículo, en la zona se podría producir un terremoto mayor de lo que se pensaba. “Las fallas no rompen en toda su longitud a la vez durante los terremotos, sino que están segmentadas. Hemos comprobado que esta falla puede romper de una sola vez sus dos segmentos
El terremoto que sacudió Murcia ayer miércoles tiene su origen en la interacción de dos placas tectónicas, la ibérica y la africana. El movimiento continuo de estas placas de la corteza terrestre es lo que convierte el sureste de la Península en una zona sísmicamente activa, según los expertos.
De acuerdo con el Instituto Geográfico Nacional, al terremoto de magnitud 4.5 en la escala Ritcher que hacía temblar poco después de las 17,05 horas la ciudad de Lorca (Murcia), y que tuvo como epicentro el noroeste lorquino, le siguió una réplica de 5.1 que fue más destructiva. A lo largo de la tarde y la noche de ayer hubo varias decenas de réplicas, entre ellas una de 3,9 grados.
Según fuentes de la Red Sísmica del Instituto Geográfico Nacional, los terremotos de mayor intensidad registrados en el sureste español desde "hace al menos 500 años" han estado en torno al "cinco o cinco y pico". Los expertos han señalado que el segundo terremoto "seguramente" es el sismo principal, mientras que el primero, el ocurrido a las 17:05 horas, podría calificarse como "premonitorio", según la terminología científica. Ambos terremotos se han dejado sentir además en Murcia, Albacete y en las provincias andaluzas de Almería, Jaén, Granada, Málaga y Sevilla. La técnico en riesgos naturales de la Delegación del Gobierno de Murcia, Sofía González, explicó a Europa Press que el terremoto, que de momento ha dejado una decena de fallecidos y centenares de heridos, liberó una energía similar a la que producen 2 millones de kilos de explosivos.
Por su parte, el geólogo de la Universidad de Jaén Juan Jiménez ha señalado que los terremotos que han ocurrido el miércoles “están relacionados con la actividad de la falla de Alhama de Murcia”. Esta fractura pertenece a un gran sistema de fallas con orientación Noreste-Suroeste, que se extiende desde Almería hasta Alicante, conocido como la zona de cizalla de Trans-Alborán. Su sistema de movimiento global es similar al que desarrolla la falla de San Andrés en California, aunque de magnitud mucho menor, produciendo que el segmento Sur Este de la Península Ibérica se desplace progresivamente hacia el Noreste.
La longitud y continuidad de este sistema de fallas es la mayor de la Cordillera Bética y, por tanto, hace que sea el sistema más propicio para generar terremotos de gran magnitud. Aunque según Jiménez, la sismicidad se caracteriza fundamentalmente por eventos de magnitud moderada-baja, en esta región han tenido lugar terremotos de gran capacidad destructiva como los ocurridos en Vera (1518, magnitud 9), Almería (1522, magnitud 9) o Torrevieja (1829, magnitud 10), "que confirman que en las costas del sur de España y del norte de África el riesgo de terremotos es alto". Según el experto, el elevado efecto destructivo que tuvieron los terremotos de ayer "se debe al hecho de que el hipocentro(profundidad a la que se sitúa el terremoto) se encuentra a menos de 1 kilómetro, según indican los primeros datos sísmicos".