Pange lingua
Pange Lingua: pronunciación y traducción
Es uno de los himnos eucarísticos medievales que todavía sigue usándose con cierta frecuencia en la liturgia católica actual.
Su autor es el famoso teólogo Tomás de Aquino (1225-1274), quien la escribió el año 1264 por encargo del papa Urbano IV. Ese año había ocurrido un milagro en Bolsena (ciudad italiana en la región del Lazio): durante la misa, en el momento de la fracción de la hostia, ésta había sangrado abundantemente empapando el caliz y los corporales. Ese milagro y las revelaciones de la monja belga Juliana de Cornillon movieron al Papa a instaurar la fiesta del Corpus Christi, encargándose a Tomás de Aquino la elaboración de los textos litúrgicos de la nueva festividad.
Tomás de Aquino se inspiró para la elaboración del Pange Lingua en un texto de Claudio Mamertino (muerto hacia el 473), autor de escritos teológicos e himnos litúrgicos, entre los cuales estaba uno dedicado a la pasión de Cristo, que comienza así: Pange lingua gloriosi proelium certaminis.(PL 53, Hymnus de passione Domini), aunque erróneamente muchos por mucho tiempo lo atribuían a Venancio Honorio, un poeta de la Italia merovingia del s. VI.
También los versos genitori genitoque procedenti ab utroque, son tomados prestados de un himno para Pentecostés de Adam de San Víctor (finales del s. XII).
"Retable de l'agneau mystique" (1432) de Hubert y Jan Van Eyck. En la Catedral de san Babón, Gantes.
En la liturgia suele cantarse con una melodía gregoriana, aunque también existen composiciones polifónicas de músicos renacentistas como Josquin des Prez, y del Romanticismo como Anton Bruckner.
A continuación presento el texto latino, resaltando en negrita la sílaba que lleva el acento (sólo en las frases de tres o más sílabas) y colocando en la columna central la pronunciación de las palabras problemáticas:
Pange, lingua, gloriosi
Corporis mysterium
Sanguinisque pretiosi,
quem in mundi pretium,
fructus ventris generosi,
rex effudit gentium. Pan-ye
.....
san-güi-nís-que; pred-sio-si
cuem; pred-sium
ye-ne-ró-si
yen-tium Canta, oh lengua,
el misterio del cuerpo glorioso
y de la sangre preciosa,
que para rescate del mundo
el fruto de un noble vientre,
el rey de las naciones, derramó.
Nobis datus, nobis natus
ex intacta Virgine,
et in mundo conversatus,
sparso verbi semine,
sui moras incolatus
miro clausit ordine. . . . .
vír-yi-ne
. . .
. . .
. . .
. . . Dado a nosotros, nacido para nosotros
de una virgen intacta,
vivió en el mundo
esparciendo la semilla de la palabra,
y el tiempo de su residencia
lo concluyó de modo admirable.
In supremæ nocte cenæ,
recumbens cum fratribus,
observata lege plene,
cibis in legalibus,
cibum turbæ duodenæ
se dat suis manibus. su-pre-me; che-ne
...
le-ye
chi-bis
chi-bum, tur-be; duo-de-ne
. . . En la noche de la última cena,
reclinado con sus hermanos,
observada plenamente la ley
en la comida de la Ley,
como alimento del grupo de los doce
se entrega con sus manos.
Verbum caro, panem verum
Verbo carnem efficit,
fitque sanguis Christi merum,
et si sensus deficit,
ad firmandum cor sincerum
sola fides sufficit.
. . .
ef-fi-chit
fit-cue; san-güis
de-fi-chit
sin-che-rum
suf-fi-chit
El Verbo hecho carne, un pan verdadero
convierte con su palabra en su carne,
y el vino se vuelve sangre de Cristo;
y si los sentidos fallan,
para reafirmar el corazón sincero
la sola fe basta.
Tantum ergo sacramentum
veneremur cernui;
et antiquum documentum
novo cedat ritui;
præstet fides supplementum
sensuum defectui.
. . .
chér-nu-i
an-ti-cum
che-dat; rí-tu-i
. . .
sén-su-um; de-féc-tu-i
Así pues tan gran sacramento
veneremos inclinados;
y el Antiguo Testamento
ceda paso al nuevo rito;
la fe preste auxilio
a la debilidad de los sentidos.
Genitori Genitoque
laus et iubilatio,
salus, honor, virtus quoque
sit et benedictio;
procedenti ab utroque
compar sit laudatio.
ye-ni-to-ri; ye-ni-to-cue
la-us; iu-bi-lad-sio
cuo-cue
be-ne-dic-sio
pro-che-den-ti; u-tro-cue
lau-dad-sio
Al Progenitor y al Primogénito
loas y cantos de júbilo,
también salud, honor, fuerza
y bendición,
y Aquél que procede de ambos
tenga la misma alabanza.
Amen.
Amén.
Aunque mucho podría escribirse para explicar este himno lleno de referencias teológicas (no en vano fue escrito por el teólogo más célebre de la Iglesia católica), sin embargo sólo aclararemos las dudas que más patentes se pueden presentar al lector moderno.
Al final de la segunda estrofa se hace referencia al "modo admirable" en que concluyó la vida terrena de Jesús y con ello se refiere a la institución de la Eucaristía (en la última cena) y su pasión, lo cual en teología son vistos como un todo unitario.
En la tercera estrofa se refiere a la ley del antiguo testamento que ordenaba la celebración de la Pascua (como celebración de la salida de Egipto): en los evangelios se pone énfasis en el hecho que Jesús cumplió esa norma y luego instituyó la eucaristía, y por lo tanto que se trata de dos ritos diferentes, reemplazando el nuevo al antiguo (tal como se dice en la quinta estrofa).
En la cuarta y quinta estrofa hay referencia a la "debilidad de los sentidos" pues se supone que aunque vemos pan y vino se debe creer que es el cuerpo y sangre de Cristo.
Finalmente en la última estrofa se hace referencia, sin nombrarlo, al Espíritu Santo, que según el Credo es quien "procede del Padre y del Hijo", con lo cual se cierra todo el himno con una invocación a la Trinidad.