Día Internacional de la Conciencia sobre ruido

Todas nuestras actividades generan ruido, pero hay algunas específicas que sobresalen de los límites considerados como normales ¿Sabes cuáles son?

Las construcciones, las fábricas, los aviones, el tráfico, el tránsito marítimo de barcos, las guerras o el lanzamiento de pirotecnia entre otros, son algunas de las actividades consideradas como mayores contaminadores acústicos. Aunque parezca difícil de creer, todas generan una cantidad de desajustes increíbles en todos los ciclos vitales de la Naturaleza.

Los desajustes ocasionados por el ruido tienen también un efecto devastador en nuestro cuerpo; el ruido es el responsable de ocasionar malestar, fatiga, depresión, estrés, pérdida de atención, trastorno del sueño, deficiencia auditiva, neurosis, hipertensión, baja productividad y reducción de rendimiento; incluso perjudica el desarrollo de procesos cognitivos.


Aunado a lo anterior, el ruido también ocasiona problemas en las demás especies; algunos animales desarrollan complicaciones para capturar a sus presas, algunas hembras rechazan a los machos y las especies marinas se muestran perdidas y desorientadas, quedándose algunas varadas o encalladas en la arena.

La OMS advierte que una de cuatro personas presentará problemas auditivos en el 2050


Más del 5% de la población mundial –esto es, 466 millones de personas– presenta pérdidas de audición discapacitantes (432 millones de adultos y 34 millones de niños) que afectan a su calidad de vida. Para el año 2050 más de 900 millones de personas -es decir, 1 de cada 10- presentarán esta deficiencia. 


La pérdida de audición provocada por el ruido es irreversible La exposición a sonidos fuertes, independientemente de su duración, provoca cansancio en las células sensoriales auditivas, lo que da lugar a una pérdida temporal de audición o sensación de zumbido en los oídos. La audición mejora a medida que las células sensoriales se recuperan, excepto cuando la exposición se produce con regularidad o de forma prolongada, las células sensoriales y otras estructuras pueden verse dañadas de forma permanente, lo que ocasiona una pérdida irreversible de audición.


Algunas personas pueden ser más propensas que otras a la pérdida de audición provocada por el ruido. Se sabe que la predisposición genética, las enfermedades crónicas como la diabetes y la exposición al humo del tabaco aumentan el riesgo de sufrir pérdida de audición provocada por el ruido. Como no podemos saber quién es más propenso, la prevención es la estrategia más eficaz para evitar este tipo de pérdida auditiva.


¿Cuáles son los decibeles permitidos por la OMS?

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Para más información consulta :                   https://www.who.int/es/news/item/02-03-2022-who-releases-new-standard-to-tackle-rising-threat-of-hearing-loss


 -27 de Abril Día Internacional de Concienciación sobre Ruido-