Los cambios que se producen en la sociedad obligan a una constante adaptación del sistema educativo. La educación en el siglo XXI debe hacer mucho más que transmitir conocimientos. En concreto, debe desarrollar capacidades para facilitar la integración personal, la inserción social y laboral de las nuevas generaciones en un contexto social en constante cambio.


En nuestro caso, uno de los objetivos básicos del sistema educativo es "aprender a convivir". En efecto, el objetivo principal del Sistema Educativo es proporcionar a cada ciudadano, como individuo libre y miembro de una sociedad sana y moderna, recursos personales, sociales, culturales, emocionales y profesionales que le ayuden a alcanzar una vida plena y satisfactoria, con valores y criterios éticos para el desarrollo de nuestra dignidad humana y de una sociedad en la que todos cabemos y participemos. Uno de los recursos más útiles para alcanzar estos objetivos es el desarrollo de la capacidad de convivencia y convivencia en nuestro alumnado, basada en profundos valores éticos y morales para promover la defensa de los derechos humanos.