De sonrisa amable y calidez indiscutida, Carlitos es de los que te alegra el día... un buen apretón de manos, el saludo habitual y el privilegio de ver cómo recibe a nuestros niños con cariño día a día.
Este observador del paso de los años en el colegio, nos cuenta que la unión de las familias encarna el espíritu del MTN y que extraña ver nuevamente a los papás dentro del colegio en las mañanas, después de que la pandemia nos lo impidiera por un buen tiempo. ¿No lo has notado?
Casado hace 41 años con Margarita, tiene 2 hijos, un hombre y una mujer, y 2 nietos. Amante de compartir con con los suyos, especialmente con los 10 hermanos que tiene, juntándose a los fines de semana a jugar naipes y rayuela. Como nos cuenta, "con la Margarita nos gusta mucho recibir a nuestra familia en nuestra casa."
¿Cuánto tiempo lleva trabajando en el Monte Tabor?
Llevo 25 años, desde el año 1997. Entré junto con el rector don Pancho Vergara en Campanario.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
Me gusta mucho el puesto que desempeño y creo que es algo que heredé de mi papá, que fue portero de colegio por 30 años y también de mi hermano José, que fue portero del MTN por muchos años. Me gusta el contacto con los niños y siento que tengo un don para recibirlos y acogerlos. Me preocupo de estar siempre con buena cara y no traspasar mis problemas a los demás.
¿Qué es lo más valioso del colegio a su gusto?
El contacto con las familias, que creo que se ha perdido con esta pandemia. Ojalá pudiéramos ver de nuevo a los papás dentro del colegio, que se vuelvan a juntar a hacer familia. La unión de las familias es el Espíritu del Monte Tabor y Nazaret.