Los tres protagonistas que intervenían en una situación de acoso son:
La victima.
Los espectadores.
El acosador.
Este vídeo trata de este último para saber que también tenemos que ser empáticos y asertivos con él, ya que detrás de esa actitud, se esconde seguramente alguien con otros problemas en los que necesita ser ayudado.
La convivencia es la capacidad que tenemos las personas de vivir y desarrollar nuestras vidas junto a otras de la manera más positiva posible (de ahí la palabra con-vivir) en un ambiente de respeto y ayuda.
Esto no es muchas veces fácil y por ello tenemos que aprender otras cualidades como el respeto, la tolerancia, la asertividad, la empatía, etc...
Ya que una mala convivencia puede generar conflictos, que no terminan siendo buenos para nadie. Sino que se lo pregunten a nuestros "musicales" protagonistas.
La EMPATÍA es la capacidad para ponerse en el lugar de otro y comprender lo que siente o piensa sin que sea necesario que lo exprese, haciendo que la comunicación sea respetuosa, entendiendo las vivencias, emociones y opiniones de los demás.
Esto es muy importante ya que nos ayuda a escuchar, comprender y poder ayudar y que nos ayuden, ya que vivimos en sociedad y siempre tenemos contacto con otras personas (compañeros, familia, profes, etc.)
Y no solo es una cualidad que tengamos los seres humanos, como veremos a continuación en el cortometraje animado "Take me home", también lo poseen muchos animales.
Al estar siempre cerca de los demás y poder hablar con ellos, se nos olvida de la importancia de la COMUNICACIÓN NO VERBAL, con ella, nos comunicamos sin palabras (que ahora nos viene muy bien) o reforzamos el mensaje que estamos comunicando con palabras (un guiño y una sonrisa mientras le contamos algo a alguien transmite confianza y cercanía).
Así que tras ver a nuestro amable jugador de ajedrez en el corto de hoy, os ánimo a que juguéis en casa a juegos con mímica (adivinar películas, emociones o canciones) ¡La diversión está garantizada!
Corto para reflexionar y darnos cuenta de cómo en muchas ocasiones nos bastamos de una mirada superficial para juzgar a los demás. Lo hacemos sin percatarnos de que, en muchas ocasiones, bien es cierto eso de que las apariencias engañan.