El clima se define como el conjunto de condiciones atmosféricas (temperatura, precipitación, vientos, etc.) que caracterizan una región de la Tierra durante un periodo de tiempo prolongado (generalmente 30 años o más). Es importante diferenciarlo del "tiempo atmosférico", que se refiere a las condiciones en un momento y lugar específico. El clima es el patrón de comportamiento de la atmósfera en una zona.
Para entender el clima, es fundamental conocer sus elementos:
Temperatura: Es la cantidad de energía calórica presente en el aire. Se mide en grados Celsius (°C) o Fahrenheit (°F). Está influenciada por la latitud (cerca del Ecuador más calor), la altitud (a mayor altura, menor temperatura) y la distancia al mar (océanos moderan temperaturas).
Precipitación: Se refiere a cualquier forma de agua que cae de la atmósfera a la superficie terrestre, como lluvia, nieve, granizo o rocío. Se mide en milímetros (mm) o litros por metro cuadrado (l/m2). Es crucial para el ciclo del agua y para la vida en la Tierra.
Presión Atmosférica: Es el peso de la columna de aire sobre un punto de la superficie terrestre. Se mide en milibares (mb) o hectopascales (hPa). Las áreas de alta presión suelen asociarse con buen tiempo y cielos despejados, mientras que las de baja presión indican inestabilidad y posibles precipitaciones. Las diferencias de presión generan los vientos.
Vientos: Son el movimiento horizontal del aire en la atmósfera, causado por las diferencias de presión atmosférica (el aire se mueve de zonas de alta presión a zonas de baja presión). Se miden por su velocidad (ej. km/h) y dirección (ej. Norte, Suroeste). Tienen un gran impacto en el transporte de humedad, el cambio de temperatura y la erosión.
Humedad: Es la cantidad de vapor de agua presente en el aire. Se mide en porcentaje (humedad relativa). La humedad influye en la sensación térmica, la formación de nubes y la posibilidad de precipitaciones. Un aire más húmedo retiene más calor.
La combinación de estos elementos crea una diversidad de climas en el planeta, que se agrupan en grandes zonas:
Climas Cálidos (o Tropicales):
Ecuatorial: Altas temperaturas y abundantes lluvias todo el año. Propio de las zonas cercanas al Ecuador (ej. Selva Amazónica, Congo).
Tropical Húmedo y Seco (Sabana): Altas temperaturas todo el año, pero con una estación seca y una lluviosa bien definidas (ej. Sabanas africanas, Orinoquía colombiana).
Desértico Cálido: Temperaturas muy altas durante el día, grandes oscilaciones térmicas diarias y muy pocas precipitaciones (ej. Sahara, Atacama).
Climas Templados:
Mediterráneo: Veranos calurosos y secos, inviernos suaves y lluviosos (ej. Cuenca del Mediterráneo, California).
Oceánico (o Atlántico): Temperaturas suaves todo el año y lluvias abundantes y distribuidas (ej. Norte de España, Reino Unido).
Continental: Grandes diferencias de temperatura entre invierno (muy frío) y verano (cálido), con lluvias moderadas, generalmente en verano. Lejos de la influencia del mar (ej. Rusia, centro de Norteamérica).
Climas Fríos (o Polares):
Polar: Temperaturas extremadamente bajas durante todo el año, con presencia de hielo y nieve permanentes (ej. Polos Ártico y Antártico).
Alta Montaña: Temperaturas bajas que disminuyen con la altitud, y precipitaciones variables (en forma de nieve en las cumbres). Se encuentra en las grandes cordilleras (ej. Himalaya, Andes).
Estos tipos de climas influyen directamente en la vegetación, la fauna, los suelos y las actividades humanas que se desarrollan en cada región.