El cuento, el teatro y la lírica hasta el XV

El cuento medieval

Al pensar en el cuento medieval en castellano inevitablemente pensamos en la obra de Don Juan Manuel. La novedad más evidente de la obra de don Juan Manuel respecto a su tío el rey Alfonso X es que en sus libros introduce la ficción. Esto quiere decir que escribe narraciones donde cuenta hechos que no son históricos sino que tienen un carácter puramente literario. En realidad, la narración de historietas breves o cuentos empieza en el siglo XIII. En esta época se traducen o adaptan varias colecciones de cuentos de procedencia oriental. Estos cuentos o fábulas tenían un propósito didáctico; servían para ilustrar o ejemplificar una regla, un comportamiento, un rasgo del carácter, etc. Por este motivo reciben el nombre de ejemplos o, como se decía en castellano medieval, exemplos.

Las colecciones de ejemplos más conocidas son por una parte "Calila e Dimna" y por otra parte el "Sendebar", también titulado El libro del engaño de las mujeres. Ambas obras contienen un conjunto de cuentos breves incluidos dentro de otra historia, que actúa como marco. El relato principal o marco en "Calila e Dimna" está constituido por el diálogo entre el rey y un sabio que le aconseja. El objetivo de los cuentos es enseñar a vivir virtuosamente y con prudencia. También don Juan Manuel combinará el propósito didáctico con la amenidad del relato de ficción.

En el siglo XIV, los cuentos tuvieron un gran éxito en toda Europa. Debemos pensar que por los mismos años que escribe don Juan Manuel escribe el inglés Chaucer sus "Cuentos de Canterbury" y el italiano Boccaccio el "Decamerón". El éxito de este género está relacionado con el desarrollo de la burguesía, que trae consigo un cambio de mentalidad. La moral eclesiástica es sustituida por un didactismo más práctico, que pretende dar reglas para la vida cotidiana. También el contenido de los relatos se ve afectado por el cambio. Muchos cuentos de Boccaccio y de Chaucer, y algunos de don Juan Manuel, reflejan la vida en las ciudades.


DON JUAN MANUEL

Don Juan Manuel (1282-1348) es el prosista castellano más relevante del siglo XIV. Su vida y el contexto histórico en el que se educó ayudan a explicar la forma y el tema de su obra.

Sobrino del rey Alfonso X, don Juan Manuel pertenecía a la más alta nobleza y fue siempre muy consciente de su linaje.

Trató siempre de engrandecer su poderío económico y social, que eran considerables. Como él mismo decía, podía atravesar el reino de Castilla, desde Navarra a Granada, pasando cada noche en uno de sus castillos. La conciencia estamental y la preocupación por el mantenimiento de sus propiedades aparecen de forma visible en sus libros. También su fuerte individualismo dejó huella en sus escritos.

La conciencia de autor

Don Juan Manuel es el primer escritor que muestra una clarísima conciencia de autor. Es el primero que se preocupó de que sus libros fueran correctamente transmitidos. Para conseguirlo, hizo que se copiara bajo su supervisión un volumen con todas sus obras. En el prólogo al Conde Lucanor advierte que los errores han de atribuirse a los copistas, no a él.

Don Juan Manuel es también el primer escritor que tiene conciencia de los recursos estilísticos y del lenguaje. Su estilo se caracteriza por el deseo de perfección y por el intento de combinar la concisión con la claridad.

Además don Juan Manuel no duda en entrometerse en las páginas de sus obras. En muchas de ellas se incorporan datos autobiográficos y los personajes hablan de él como si lo conocieran. Y en el "Conde Lucanor", el escritor aparece de forma expresa en las páginas del libro.

La fuerte personalidad del autor se refleja también en el manejo de las fuentes. Don Juan Manuel renuncia a citar las obras o los autores de los que ha tomado sus relatos. Utiliza su autoridad para respaldar todo lo que dice. En ocasiones modifica anécdotas de otros autores y las presenta como si fueran suya so de personas de su entorno.


EL CONDE LUCANOR

La producción literaria de don Juan Manuel se inscribe dentro de la tradición didáctica que combina la enseñanza con el entretenimiento. Con sus obras pretende instruir a un público amplio y para ello se sirve de elementos amenos, como la narración de hechos ficticios. Su obra más destacada es "el Conde Lucanor".

El conde Lucanor está dividido en cinco libros, que se pueden agrupar en tres partes:

- Una colección de 51 ejemplos. Es la parte más extensa y central del libro.

- Un conjunto de 100 proverbios. Son frases breves, escritas en un estilo oscuro y difícil, que tienen un contenido moral o filosófico.

- Un tratado sobre la salvación del alma.

Los dos personajes principales, el conde Lucanor y su consejero, aparecen en las tres partes, dotándolo de unidad. El tema constante de la obra es cómo conseguir salvar el alma dentro del estamento al que pertenece cada uno.

La parte central de la obra es la más conocida. Un conde, Lucanor, expone a su tutor, Patronio, diversas dudas relacionadas con problemas de tipo práctico. Patronio responde contándole un ejemplo o cuento que contiene una enseñanza.

Los asuntos de los cuentos son muy variados y el tipo de personajes también. Se tratan cuestiones tales como la forma en que se puede distinguir a los falsos amigos de los verdaderos, la elección de los consejeros y de la mujer, la forma de acrecentar las posesiones o vencer a los enemigos, los efectos de la avaricia, el orgullo o la hipocresía, etc. En el fondo, todos ellos hacen referencia a un tema común: cómo mantener y acrecentar la honra (el prestigio), la fazienda (las posesiones) y el estado (la posición social).

El argumento de los cuentos no es original, dos Juan Manuel los toma de fuentes conocidas. La originalidad deriva de cómo se elabora. Don Juan Manuel da nueva vida a los personajes, esbozando su psicología e incorporando multitud de detalles que les dan mayor verosimilitud.

Todos los ejemplos tienen una estructura fija que se repite. En cada ejemplo se pueden distinguir cuatro partes:

- Diálogo inicial en el que Lucanor expone a Patronio su problema. Es el marco en el que se engloba el ejemplo.

- Ejemplo o relato que cuenta Patronio como respuesta a las dudas del conde Lucanor.

- Aplicación que hace Patronio de la enseñanza general que se desprende del relato al problema concreto que le había planteado el conde.

- Intervención de don Juan Manuel, que incluye una moraleja:

Et porque entendió Don Johán que este enxiemplos era muy bueno, hízolo escribir en este libro et fizo estos versos.

El estilo de cada una de las partes que componen el Conde Lucanor es diferente. En los ejemplos utiliza un estilo claro y sencillo, mientras que en los proverbios predomina la concisión; cuando el proverbio combina la brevedad con los juegos de palabras, entonces el contenido queda algo oscuro:

En la tercera parte, el estilo vuelve a ser claro, aunque el contenido, de tipo doctrinal, dificulta su comprensión.

El Conde Lucanor es la obra más lograda de don Juan Manuel, pero en su producción también destacan otros libros:

- El libro del caballero y del escudero. Como en el Conde Lucanor, la estructura consiste en un diálogo entre un hombre mayor y otro más joven que le va haciendo preguntas. El método de la pregunta y respuesta sirve para dar una amplia información sobre la caballería.

- El libro de los estados. Cuenta cómo la educación de un príncipe, Johás, es encomendada al maestro Turín, quien ha de evitar que descubra el dolor y la muerte para que su felicidad sea completa. La parte final de la obra es la respuesta a la pregunta de Johás de qué estado es el mejor para salvar el alma. Como en el Conde Lucanor, se argumenta que cada cual ha de cumplir con las obligaciones del estamento al que pertenece.

El teatro medieval. La Celestina

ÉPOCA DE APARICIÓN DE LA CELESTINA.

Circunstancias históricas.


En el año 1499 se publica por primera vez una obra que constituye uno de los hitos de nuestra historia literaria, se trata de la “Tragicomedia de Calixto y Melibea” comúnmente conocida como “La Celestina”.

Esta obra surge en una época de gran esplendor nacional, la de los Reyes Católicos. Conquistado ya el reino moro de Granada, se sientan las bases para conseguir la plena unificación nacional, a la vez que se inicia la gran expansión geográfica fuera de nuestras fronteras.

Es también una época de gran auge cultural: el cardenal Cisneros funda la Universidad de Alcalá, Nebrija escribe su “Gramática de la lengua castellana”, se introduce la imprenta en España.


Circunstancias literarias.

La Celestina aparece en un período en el que ya se aprecia el sentir del humanismo renacentista. Por ello no es de extrañar que esta obra se presente como una síntesis entre el tradicionalismo medieval y el renacimiento.

Por todas estas causas, La Celestina es un claro precedente de nuestro Siglo de Oro siendo el puente de unión entre el medievalismo y el Renacimiento.

PROBLEMAS BIBLIOGRÁFICOS.

Principales ediciones.

La primera edición conocida que ha llegado hasta nuestros días fue publicada en Burgos en el año 1499; comprende un único ejemplar con 16 actos. Este ejemplar carece de título y comienza con el argumento del Acto I.

La segunda y tercera edición conocidas actualmente fueron impresas en Toledo en 1500 y en Sevilla en 1501,de las cuales se conservan un ejemplar único de cada una de ellas, y ambas presentan la novedad de incluir una carta de “el autor a un su amigo”, junto a once octavas acrósticas de arte mayor, el argumento general de la obra, los 16 actos junto con sus argumentos y finalmente unas coplas del corrector Alonso de Proaza, en las que se expresa cómo deben leerse los versos acrósticos que van al comienzo de la obra, y señala el lugar y la fecha de impresión.

En 1502 aparecen otras cinco ediciones, una en Salamanca, otra en Toledo y las tres restantes en Sevilla, que adoptan ya el nombre definitivo de “Tragicomedia de Calixto y Melibea”. La novedad más importante de estas ediciones es la inclusión de cinco nuevos actos, conocidos con el nombre de Tratado de Centurio.

La edición de Toledo de 1526 aparece con un acto más llamado acto de Traso, pero esta innovación no tuvo gran trascendencia.

Como hemos visto tenemos tres versiones distintas de La Celestina; la primera de 16 actos; la segunda de 21 actos, que quedó fijada de modo definitivo; y la tercera de 22 actos, versión que no llegó a consolidarse posteriormente.


Títulos de La Celestina.

En la edición más antigua falta el título y en las de 1500 y 1501 denominan la obra “Comedia de Calixto y Melibea” mientras que las ediciones de 1502 se cambia el título por el de “Tragicomedia de Calixto y Melibea”.

Pero a partir de la edición de Alcalá de 1569 se impone el título de La Celestina.

Dos son las razones para este cambio: por un lado, la tendencia natural a la simplificación en los títulos, por otra parte, la fuerte personalidad de la vieja tercera que llena toda a obra y ante la cual palidecen todos los demás personajes.


Problemas de autoría.

Paternidad de Fernando de Rojas.

Además de lo expresado en los versos acrósticos en la “Comedia de Calixto y Melibea”, aparecen otras pruebas que atestiguan que Fernando de Rojas fue el autor de la obra. En un proceso de 1525 instruido por la inquisición contra Alvaro de Montalbán, éste afirma bajo juramento que su hija Leonor Alvárez es la mujer del bachiller Fernando de Rojas, que compuso a Melibea y es vecino de Talavera . Además de éste son varios los documentos en los que se identifica a Rojas como autor de la obra.

Según se desprende de diversos documentos, Fernando de Rojas nació en la Puebla de Montalbán, fue bachiller en leyes y poseía una importante biblioteca y en el año 1517 se estableció en Talavera de la Reina, llegando a ejercer el cargo de alcalde mayor de esta villa. De ascendencia judaica, era de origen converso, pero al mismo tiempo alegaba su condición de “hidalgo”. Debió morir en abril de 1541 en Talavera, poco después de otorgar testamento.

Hoy queda fuera de toda duda que Rojas fue el autor total o parcial de la obra. En principio, se admite que Rojas compuso al menos 15 actos de la primera versión, exceptuando el acto I, que él mismo afirma que lo halló en un manuscrito. Lo que ya es más difícil de admitir es que esos 15 actos los hubiera escrito sólo en quince días de vacaciones, como así lo expresa la susodicha carta.

Autoría del acto I.

Si se hace caso a la mencionada carta, ha de admitirse que el acto I no es obra de Rojas. El problema del autor de dicho acto es ciertamente difícil de solucionar ya que no dan nombre alguno. Pero en las ediciones de 1502,en las que la obra recibe la denominación de Tragicomedia, se expone la posibilidad de que dicho acto fuera obra de Juan de Mena, suposición que hoy está totalmente descartada.

Argumento.

El protagonista de la obra, Calixto, joven de noble familia penetra un día en el jardín de Melibea, persiguiendo a su halcón, la halla en el jardín y se enamora perdida/ de ella. Al solicitar su amor es rechazado por la joven, por lo cual acude a su criado Sempronio en busca de consuelo, y éste le propone que solicite los servicios de la vieja Celestina, “mala y astuta mujer”, sumamente experta en el arte de componer amores. Celestina se entrevista con Melibea y la convence para que acceda a los requerimientos del joven Calixto. Los criados de Calixto intentan explotar la pasión amorosa de su amo y viendo que Celestina no le entrega una parte que les correspondía, riñen con ella y la asesinan; son prendidos por la justicia y condenados a muerte y ejecutados. Una noche, estando Calixto en el jardín de Melibea, oye ruidos en la calle y al escalar la tapia precipitada/, cae y muere en el acto. Melibea, desesperada, se suicida arrojándose desde lo alto de la torre de su casa, terminando la obra con el llanto de Pleberio y Alisa ,los padres de Melibea.


Personajes.

Los personajes de la obra son ante todo seres “humanos” dotados con una gran profundidad psicológica.

Los caracteres de la obra poseen todos un denominador común y es su profundo individualismo.

Destaca el personaje de la vieja alcahueta , que se mueve por codicia, impuesta por necesidad y no duda en hacer cualquier cosa con tal de obtener un beneficio de ello. También es reflejo de una religiosidad vulgar y muere pidiendo confesión, no obstante, también es docta en embrujos y filtros mágicos, conducta que compagina con su devoción religiosa.

Maestra en el arte de la seducción y hábil conocedora del mundo masculino, sabe ser compungida y descarada, inocente y cínica. Se muestra orgullosa de su oficio y lo desempeña con verdadera conciencia profesional. Otros rasgos de ella son su amor al vino, su afición por los afeites y su tendencia erótica, a pesar de su vejez.

Calixto es egoísta por naturaleza, sólo piensa en él mismo y en el goce que le reporta su amor por Melibea. Vive fuera de la moral y de la sociedad y no escatima en recursos para conseguir sus fines. Por otra parte, es ingenuo y crédulo y cual Fausto que vende su alma al diablo no duda en entregar su voluntad a Celestina.

Melibea es un personaje inmerso en las convicciones sociales. Su negativa iniciales una manifestación del honor, pues ella es consciente del lugar que ocupan en la sociedad. Su actitud es enérgica y decidida, llevando sus decisiones hasta las últimas consecuencias. Arrogante hasta en los momentos piadosos, siente un desmedido afán por imponer su voluntad, incluso a su propio padre. Es ardorosa e imaginativa y actúa de modo práctico y preciso. En su trato con los criados y con celestina y en su capacidad para mentir a sus propios padres demuestra que no es una muchacha ingenua.

El resto de los personajes están a la altura de los protagonistas. Sempronio es calculador, egoísta y cobarde como pone de manifiesto Celestina. Pármeno es el adolescente fiel dotado con una apremiante sensualidad que es explotada con éxito por Celestina.

Elicia es una vulgar meretriz que vive al amparo de Celestina y a la muerte de ésta no toma partido ni por la vieja asesinada ni por su criminal amante. Areusa, en cambio, estalla con violencia para vengar la muerte de Pármeno mostrándose fiel a un solo hombre y siendo más recatada y cortés que su compañera.

En la obra hay dos ambientes claramente diferenciados: por un lado, el realismo grosero y, por otro, la nobleza no exenta de grandes pasiones. Cuando estos dos mundos se cruzan, estalla la tragedia.

Poesía popular siglo XV


El principal problema con el que nos encontramos para conocer la literatura anterior al siglo XV es la escasez de textos.

Esto es debido a que la inmensa mayoría de la población era analfabeta (os recuerdo que en un primer momento sólo monjes y clérigos se dedicaban a leer y escribir),

Además, la mayoría de las producciones literarias, sobre todo hasta el siglo XIV tienen un carácter oral (se dicen o se cantan, y se conservan en la memoria) y tradicional (van pasando de generación en generación, y modificándose, como parte del folclore o cultura popular), y por lo tanto se han perdido.

Sólo nos han llegado textos cuando hubo autores cultos (que siempre eran nobles) que por un motivo o por otro se decidieron a ponerlos por escrito.

Y esto en la Península sucedió en tres momentos distintos en tres zonas también distintas:

  • Primero, en Al-Ándalus, durante los siglos XI-XII, en los que poetas árabes y hebreos incluyeron al final de unos poemas en árabe o hebreo denominados moaxaxas unos versos en mozárabe (tres, cuatro o cinco) que recogían las cancioncillas que cantaban los mozárabes, es decir, los cristianos que habían quedado viviendo bajo dominio árabe; las jarchas Son los textos literarios en lengua romance más antiguos de los que disponemos y no se descubrieron (o descifraron) hasta mediados del siglo XX.

  • En segundo lugar, en el siglo XII y en el Noroeste peninsular (la zona de la actual Galicia y Norte de Portugal), surgió toda una corriente de trovadores (poetas cultos, que hacen poesía para nobles que viven en castillos y cortes) que aparte de poemas cultos inspirados en el amor cortés provenzal recogieron y escribieron poemas que imitaban el estilo de las canciones populares de la zona: las Cantigas de Amigo.

  • Y en tercer y último lugar, en la zona de Castilla no surgirá una corriente de poetas nobles y cultos hasta el siglo XV, y será entonces cuando se recojan por escrito lo que seguramente llevaba siglos circulando oralmente: los villancicos, las canciones populares y cotidianas castellanas que también se conocen como lírica tradicional.

principales características de cada tipo de poesía.

SIGLOS XI-XII

Las jarchas mozárabes son breves poemas amorosos en los que una voz femenina expresa sus sentimientos de amor por un amado al que muchas veces denomina habib ("amigo, amante" en árabe) Frecuentemente habla con su madre o sus hermanas y lamenta la ausencia de su amor. Aquí podéis leer unos cuantos ejemplos, transcritos en mozárabe y traducidos al castellano.

SIGLOS XII-XIII

Las cantigas de amigo galego-portuguesas tienen rasgos comunes con las jarchas: son también canciones de amor femeninas, dirigidas a un "amigo" (de ahí el nombre del género), en las que la voz poética también habla con su madre, sus hermanas, sus amigas o elementos de la naturaleza (el mar, las olas, los árboles, la fuente) que suelen ser además un elemento importantísimo en el poema. Es muy característica la estructura paralelística: las estrofas presentan versos con la misma estructura sintáctica en la que varían sólo algunas palabras. Una famosísima, del trovador Martín Códax, titulada "Ondas do mar de Vigo"


SIGLO XV:

Los villancicos castellanos son composiciones castellanas muy sencillas y breves, con una gran variedad de temas que comprenden todos los aspectos de la vida cotidiana: hay canciones de siega, de viaje, de vela, de boda... y por supuesto de amor, en la que se repiten algunos tipos, como la malcasada (poema en que una muchacha lamenta el matrimonio, que solía ser concertado y no por amor), o el alba o albada (en la que los amantes lamentan la llegada del amanecer y por tanto, la separación). La métrica suele ser muy sencilla (versos cortos, rima asonante) y es característica la presencia de un estribillo: versos que se repiten literalmente entre estrofa y estrofa.

Los tres tipos de poesía, a pesar de sus diferencias, tienen en común la sencillez y el simbolismo de muchos de sus elementos, sobre todo los tomados de la naturaleza (la fuente, el mar, los ciervos, los pájaros) que adquieren a veces valores amorosos o eróticos.

Durante el siglo XV, al lado de esa eclosión de la literatura cortesana , encontramos por fin testimonios escritos de esa otra corriente paralela que sabemos que existió a lo largo de toda la Edad Media: la literatura popular, creada por y para el pueblo y que formaba parte de su vida cotidiana: tanto en el gusto por contar y escuchar historias, como por tener canciones que acompañaran distintos momentos y situaciones (el trabajo, la fiesta, los viajes, las bodas, las despedidas... y por supuesto, los amorosos, ya sea de amor feliz o desgraciado).

Esta es una literatura anónima, colectiva, llena de variantes, sencilla y espontánea, prácticamente en el polo opuesto de la artificiosidad y convencionalidad de la poesía que los nobles hacían circular en sus cortes.Y de ella forman parte dos grandes ramas:

  • Por una parte, el Romancero Viejo, un conjunto de poemas en su mayor parte narrativos en los que encontramos, aunque bastante cambiados, a los héroes de los Cantares de Gesta, y también de otras épicas europeas, o sucesos históricos, o la situación de guerra en la frontera entre musulmanes y cristianos, u otros argumentos inventados que a veces sirven de excusa para simbolizar y expresar sentimientos en los que todavía podemos reconocernos.

  • Y por otra parte, la lírica tradicional (los denominados "villancicos") que eran en realidad las letras de las canciones que formaban parte de la vida de la gente corriente del último siglo de la Edad Media.

Lírica culta del Siglo XV


La lírica culta o cortesana: es la creada por escrito por y para los nobles, y recogida en grandes obras colectivas denominadas Cancioneros (por eso se llama también lírica de cancionero).

Serán también los nobles de esta segunda corriente los que incluyan en sus Cancioneros algunos villancicos y romances (que luego circularían también en pliegos sueltos, y se vendían por ejemplo en mercadillos), que han podido así llegar hasta nosotros.

El romance es un tipo de poema caracterizado por la métrica, muy sencilla: una serie de versos octosílabos de número indeterminado que riman en asonante los pares mientras que los impares quedan sueltos.

Esta forma métrica surge en la literatura popular oral del siglo XIV para contar historias (se narraba preferiblemente en verso, aparte de por el ritmo y la "gracia", porque es más fácil de recordar, ya que estamos hablando de literatura oral, que se conserva en la memoria), y se hizo muy popular durante los siglos XV y XVI, en los que se recogieron en Cancioneros y Romanceros, pero también en pliegos sueltos. Estos son los romances que constituyen el "Romancero viejo": orales, anónimos y tradicionales, que no debemos confundir con el Romancero nuevo o artístico, formado por los romances que durante los siglos XVI y XVII crearon por escrito autores conocidos como Quevedo, Góngora o Lope de Vega.

ORIGEN

Sobre el origen del Romancero Viejo hay dos grandes teorías:

1.- La tesis tradicionalista, que dice que los romances derivan de los Cantares de Gesta, es decir, serían trocitos de Cantares de Gesta que habrían empezado a recitarse por separado, cuando ya los juglares estaban desapareciendo y aquellos largos poemas épicos apenas se interpretaban enteros. Los que defienden esta teoría se basan en tres argumentos:

  • La métrica (si convertimos el verso largo del Cantar de Gesta en dos versos, obtenemos un romance: el primer hemistiquio pasaría a ser el verso suelto; el segundo, el verso que rima en asonante),

  • Los romances aparecen justo cuando desaparecen el Mester de Juglaría y los Cantares de Gesta (a lo largo del siglo XIV)

  • Hay muchos romances cuyo argumento coincide con los Cantares de Gesta (el Cid, los siete Infantes de Lara, Sancho II y el Cerco de Zamora...)

2.- La tesis individualista, que afirma que los romances surgen independientemente de los Cantares de Gesta. Su principal argumento es que muchos de ellos, especialmente los más antiguos, no tratan temas que tengan nada que ver con la épica.

CLASIFICACIÓN DE LOS ROMANCES

Los romances se clasifican según su tema:

1- Romances narrativos: son aquellos que pretenden ante todo contar una historia y en los que encontramos claramente todos los elementos de la narración: un argumento, unos personajes, un espacio, un tiempo y un narrador. Según su argumento, a su vez, se clasifican en:

  • Romances épicos: tratan historias tomadas de los Cantares de Gesta castellanos (el Cid, los Siete Infantes de Lara, Sancho II, Fernan González) o de la épica europea (Roldán, Carlomagno, Doña Alda, el rey Arturo, Lanzarote...)

  • Romances históricos: se basan en hechos históricos. Un grupo muy importante son los romances fronterizos, que se basan en los últimos años de enfrentamiento entre musulmanes y cristianos en la frontera del reino de Granada, bien desde la óptica cristiana, bien desde la perspectiva árabe.

  • Romances novelescos: tratan asuntos inventados, no tomados de otras obras ni de la historia.

2.- Romances líricos: aunque tienen un hilo argumental, en ellos, más que el contar una historia, se pretende sobre todo transmitir sentimientos (amor, desamor, soledad...)

Por eso los romances son un subgénero peculiar, a medio camino entre dos grandes géneros (narrativa y lírica): todos cuentan una historia, y todos, en mayor o menor medida, transmiten a partir de ella unos sentimientos.

CARACTERÍSTICAS DE LOS ROMANCES (LENGUA Y ESTILO)

  • Sencillez, agilidad narrativa,

  • Expresividad, emotividad. Son frecuentes las exclamaciones.

  • Simbolismo: muchos elementos de la historia tienen valor simbólico y representan determinadas situaciones, ideas, personajes, sentimientos...

  • Fragmentarismo: a muchos romances da la impresión de que les falta el principio o que terminan antes de contarnos el final, como si se centraran sólo en un trozo de una historia más amplia.

  • Menciones al auditorio (oid, bien oiréis, sabréis....), consecuencia de la oralidad.

  • Abundancia de diálogos en estilo directo, incluso sin verbo introductor (se cuenta con la recitación y la interpretación)

  • Repeticiones de palabras y recursos basados en la repetición (paralelismos, anáforas...): dan ritmo y destacan determinadas ideas.

Uno de los fenómenos más significativos que tiene lugar en la literatura del siglo XV castellano es el acceso masivo de los nobles a la cultura escrita, lo que hace que surja toda una corriente de literatura cortesana, hecha por y para los nobles, que se desarrollará de forma paralela a la literatura oral, popular, anónima y colectiva en manos del pueblo.

Los Reyes, conscientes del poder que tenían los nobles en su feudos, comienzan a atraerlos a las cortes para así tenerlos controlados, y cambia el modelo de noble, hasta ahora fundamentalmente guerrero, que poco a poco se irá abriendo a la cultura, la escritura y la literatura. Surge así el ideal de las armas y las letras: el noble valiente y guerrero, pero también culto, con sensibilidad literaria y, a ser posible, escritor. Vinculado a este fenómeno, tenemos la aparición, por fin, de poesía lírica culta (es decir, escrita), en Castilla: toda la lírica que teníamos hasta ahora era popular, oral y tradicional, y precisamente por ello, apenas tenemos textos.

Aunque en Castilla no hay poetas cultos hasta el siglo XV, sí los hubo en otras zonas de Europa. La primera y más importante escuela de poesía lírica culta es la lírica trovadoresca (compuesta por trovadores, poetas cultos vinculados a las cortes y los nobles, muy diferentes de los juglares, populacheros y frecuentemente analfabeto) que nace en Provenza, región del sur de Francia también conocida como Occitania, en el siglo XII. Allí surgirá toda una escuela de trovadores que componen poemas especialmente de tema amoroso, y cuyos temas, formas y estilo serán imitados en otras zonas, porque a partir de ella se irá cultivando la poesía trovadoresca por gran parte de Europa. En la Península, durante el siglo XIII, tendremos poesía culta trovadoresca en dos zonas: Galicia y Cataluña.

Pero en Castilla esto no sucederá hasta el siglo XV, con el florecimiento de las cortes en torno a reyes con un poder cada vez más centralizado. Comienzan entonces a recitarse o cantarse en esas cortes poemas escritos por y para nobles que luego se recopilan en unas voluminosas obras colectivas denominadas "Cancioneros" (de ahí que a la lírica culta cortesana se la denomine también Lírica de Cancionero) en las que se recogen poemas de numerosos poetas cortesanos, de muchos de los cuales apenas tenemos el nombre y un puñado de textos. Son el Cancionero de Estuñiga, el Cancionero de Baena o el Cancionero de Palacio, cuidadosamente encuadernados e incluso ilustrados, y que a veces hasta recogen la música que acompañaba a los poemas.


Aunque tratan también otros temas ( satíricos, morales o políticos), la mayor parte de estos poemas son amorosos. Ahora bien, no recogen un amor espontáneo o sincero (como sí hará la lírica popular) sino un sentimiento convencional, artificioso y codificado (es decir, sujeto a unas normas muy rígidas) conocido como amor cortés, que había surgido en Provenza con esa lírica trovadoresca del siglo XII y que con ella se extendió a todas las zonas en que se cultivó este tipo de poesía (Galicia y Cataluña en el siglo XIII, Castilla en el XV).

El amor cortés es el que siente un caballero hacia una dama superior a él (social y moralmente), y cuya intensidad le convierte en un amor inevitable (la dama es tan bella y perfecta que es imposible no amarla), pero contradictorio, ya que casi nunca va a ser correspondido. Es decir, se trata de un amor inevitable pero imposible, y el caballero se declara "servidor" de la dama como un vasallo de su señor (de hecho, frecuentemente se empleará la palabra "servir" con el significado de amar). Como es un amor no correspondido, provoca un intenso sufrimiento en el amante, pero al ser un amor inevitable, al que no puede escapar, ese sufrimiento sólo podrá terminar con la muerte. Al mismo tiempo, es un sentimiento ennoblecedor, ya que se trata de un amor espiritual (al ser imposible, no aspira a la realización física), constante y fiel a pesar de ser imposible, y que lleva al caballero a intentar ser mejor para hacerse digno de su dama. Es tal la intensidad del sentimiento, que a veces dicen adorar a su amada tanto o más que a Dios.

Este sentimiento contradictorio (es inevitables, pero imposible; es sufrimiento, pero al mismo tiempo ennoblecedor; es lo más importante de la vida pero como hace sufrir, lleva a desear la muerte...) servirá de base para que los poetas hagan poemas rebuscados, retorcidos, abstractos, oscuros y artificiosos en los que de desplegarán todo un repertorio de metáforas, juegos de palabras, paradojas y antítesis para demostrar su habilidad como escritores cultos

Estamos por tanto, ante una poesía convencional. muy artificiosa y rebuscada, tanto por la forma como por el contenido, y cuyos poemas son todos muy parecidos. La métrica es regular, perfecta (como en toda la poesía culta, es decir, escrita), utiliza la rima consonante y predominan los versos octosílabos en diversas combinaciones o estrofas. Muchas de estas canciones, como las populares, presentan estribillo (versos que se repiten literalmente entre estrofa y estrofa).

Un ejemplo de este tipo de poesía:"Sin Dios, y sin vos y mí", un poema en el que Jorge Manrique juega con una de las paradojas derivadas de esa teoría del amor cortés, la de que desde que está enamorado está sin Dios, sin la amada y hasta sin él mismo.

A esta corriente de poetas cortesanos pertenecen nombres como el Marqués de Santillana, Juan de Mena y , sobre todo, Jorge Manrique, autor de un poema excepcional y diferente al resto de los poemas de Cancionero: las Coplas a la Muerte de su Padre, una de las obras cumbres de nuestra literatura y que más han influido en la poesía posterior prácticamente hasta nuestros días.

Siglo XV Cambalache