ORACIÓN DE LA MAÑANA

¡Buenos días a todos! Tómate tu tiempo y relájate.

Empezamos nuestra mañana, una vez más, en compañía de Jesús. Eso afortunadamente no ha cambiado; ni durante el confinamiento, ni ahora que volvemos a salir a la calle. Volvemos sobre la pregunta que te planteamos últimamente: ¿cómo te estás encontrando el mundo en tu vuelta? ¿Qué espera de ti? Como en otras ocasiones dejamos que nos interpele alguna de las lecturas del día. En la de los Hechos de los Apóstoles se describe el juicio a San Pablo. Lee el relato con calma.

El Papa Francisco dijo una vez: "Pablo da molestias: es un hombre que, con sus predicaciones, con su trabajo, con su actitud, es fastidioso porque anuncia a Jesucristo y el anuncio de Jesucristo molesta a nuestras comodidades, muchas veces a nuestras estructuras cómodas - incluso las cristianas, ¿no? -. El Señor siempre quiere que vayamos más lejos, más lejos, más lejos... Que no nos refugiemos en una vida tranquila o en estructuras anquilosadas. Tenía el fervor apostólico. No era un hombre de componendas. ¡No! La verdad: ¡adelante! La proclamación de Jesucristo: ¡adelante! Por eso pidamos al Espíritu Santo esta gracia del celo apostólico, cristianos con celo apostólico. Y si damos molestias, ¡Bendito sea el Señor. Adelante!, como el Señor le dice a Pablo: '¡Coraje'!" (Santa Marta, 16 de mayo de 2013)

¿Qué "+" puedes dar tú? ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar? ¿En qué?, ¿en dónde? puedes ayudar.

Termina con un Padrenuestro y despídete de Jesús.

Buenos días a todos, y bienvenidos a una nueva semana. Estrenamos "fase". El tiempo va pasando y poco a poco vamos recuperando nuestra vida, aunque evidentemente no será igual... Están siendo semanas para pensar y poner muchas cosas en su sitio. Pero no podemos olvidarnos que empezamos la quinta semana de Pascua. Volver a la calle, visitar a nuestras familias, quedar en una terraza... Piensa un momento ¿cómo lo vas a hacer? ¿Qué es lo más importante? Que no parezca que todo este tiempo no ha servido de mucho... Dependerá de ti.

Buenos días. Para la oración de hoy, esta canción puede servirte de ambientación. Te animamos a que leas tranquilamente estas poesías y lecturas.

Soy yo, Señor: aquel a quien hiciste

de arcilla frágil e insaciable anhelo,

confusa vocación de altura y suelo,

que plácida hermandad, tenaz, resiste.

Captura fácil de la muerte triste,

ávido afán de vida sin recelo,

torpe y sublime envuelto en leve velo:

nuncio de gozo eterno me quisiste.

Rebose hasta los labios la vasija,

oh dulce y sosegado manantial;

sin turbia ambigüedad, segura, fija;

de tus aljibes, nítido canal,

reconforte las selvas y los prados

y mitigue la sed de tus ganados.

Lectura bíblica (Romanos 8,10-11)

Si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.

Peticiones:

• Por todos los que hoy acudirán al trabajo: haz que realicen con amor la tarea encomendada.

• Por nuestros padres y madres: para que acierten en la educación de sus hijos.

• Por los maestros y educadores: que infundan el amor a la verdad y a la belleza.

• Por los enfermos y los que están tristes: haz que encuentren el consuelo de tu mirada.

• Por todos los que hoy morirán: para que, por tu misericordia, gocen de la vida eterna.

Buenos días a todos. En el evangelio de hoy Jesús nos recuerda que Él y Dios son uno. A veces, desde nuestra fe insegura o inmadura preferimos "quedarnos" solo con la figura de Jesús. Nos parece más "humano". más "cercano". Pero no nos damos cuenta de que nuestra relación con ÉL debe llevarnos al Padre. Que lo que hacemos en nombre de uno lo hacemos en el nombre, también, del otro. Jesús es el hijo de Dios y eso es lo que le hace ser inspiración y fuente de esperanza. ¿Cómo está tu relación con Dios? ¿Qué papel ocupa realmente en tu vida? Te invitamos a que te relajes, escuches esta música y converses con Dios; cuéntale quién es para ti, en qué lo necesitas, pregúntale qué espera de ti en esta situación. Y sobre todo agradece.