Los principios metodológicos básicos para el desarrollo del CIL son fundamentalmente tres:
Enfoque comunicativo
Aprendizaje basado en tareas y proyectos
Aprendizaje colaborativo
El enfoque comunicativo implica el fomento de la fluidez y de la corrección en el uso de la lengua en distintos ámbitos y situaciones. Esto supone, a su vez, centrar la atención en el desarrollo de todas las destrezas comunicativas utilizando técnicas similares en todas las lenguas:
Comprensión oral mediante:
Exposición a un input amplio, variado y suficiente para facilitar la posterior producción oral.
Presentación de textos en formato de audio en distintas situaciones de habla.
Práctica de toma de notas, pautada a distintos niveles.
Exposición a variantes de una misma lengua según la zona geográfica donde se utiliza.
Comprensión escrita mediante:
Estrategias de comprensión: apoyo icónico, deducción por el contexto, referentes textuales, etc.
Materiales variados y apropiados: textos breves en formatos reales (cartas, e-mail, carteles, folletos, canciones, poemas…) y productos literarios de géneros diferentes para la lectura extensiva adaptados al nivel de competencia de los estudiantes.
Expresión oral mediante:
El desarrollo de estrategias que faciliten la comunicación.
La concienciación de la importancia de conocer y tener en cuenta las convenciones sociales, de utilizar un registro apropiado.
La atención y repetición de modelos de entonación y pronunciación.
La práctica habitual de representaciones de diálogos, juegos de rol, mini debates, cuestionarios, entrevistas, sondeos, canciones y otros recursos que fomenten la comunicación en situaciones similares a las de la vida cotidiana.
Expresión escrita mediante:
Potenciación de la creatividad y la imaginación.
Reutilización y consolidación de conocimientos.
Producción guiada de textos diversos tales como diálogos cortos, cartas, cuestionarios y sondeos, anuncios, descripciones, toma de notas etc.
Concienciación de la importancia del registro.
El aprendizaje basado en tareas y proyectos es un principio metodológico directamente derivado del enfoque comunicativo. El fin último es capacitar al alumnado para comunicarse adecuadamente en tareas de la vida real, tanto en el ámbito personal y coloquial como académico. Se trata de una metodología en la que el estudiante construye su propio aprendizaje con la orientación y los recursos proporcionados por el profesorado. El ABT y ABP conllevan la creación de productos tangibles que ponen de manifiesto el nivel de aprendizaje alcanzado y, en muchos casos, pueden servir para el desarrollo de la competencia digital. Además, la realización de tareas y proyectos plurilingües facilita el desarrollo de contenidos socioculturales referentes a los países donde se hablan cada una de las lenguas.
Por su parte, el aprendizaje colaborativo permite la interacción del alumnado de manera frecuente en diversos registros y contextos de comunicación. Para su correcta aplicación y poder alcanzar resultados satisfactorios, se tienen en cuenta tres factores principales: técnicas, agrupamientos y la asignación de roles.