Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Luis Cernuda, “Si el hombre pudiera decir”,
Los placeres prohibidos (1931)
Quevedo, Cerrar podrá mis ojos (libro de texto 1Bach, p. 243): https://youtu.be/px6VEui_7DA?si=TFlNYWekLmMsH8IG