Tarea 1

EL ENIGMA DE LOS HUEVOS QUE NO SE COCÍAN BIEN


Leoncio Neuronas era un joven investigador y un gran aficionado al montañismo. Un día, en la cima de una alta montaña, observó un hecho extraño que excitó su insaciable curiosidad. Había comprado una docena de huevos en una granja del camino y, ya en lo alto, cansado por la dureza del ascenso, se dispuso a cocerlos en el agua pura, cristalina, de una fuente próxima. Encendió el fuego y coció algunos de ellos en agua hirviendo.

Cuando abrió el primero observó que no estaba bien cocido. “Habrá que dejarlos más tiempo”, pensó. Prolongó la cocción durante un tiempo más largo, pero todo fue inútil: los huevos seguían sin adquirir la dureza típica de los que preparaba en la cocina de su casa.

Como buen científico se preguntó enseguida la razón de aquel extraño suceso. Y pensó que:


  • A. Puede que estos huevos de granja sean algo diferentes de los que compró en el supermercado de la ciudad.

  • B. Es posible que el agua de la fuente tenga alguna propiedad desconocida por la cual los huevos no se cuecen bien.

Reservó algunos huevos de sus provisiones y llenó su cantimplora con agua de la fuente. Cuando regresó a su laboratorio comprobó inmediatamente sus hipótesis y obtuvo los siguientes resultados.


MIRA LA PRIMERA TABLA

  • a.- ¿Es cierta la hipótesis A de Leoncio Neuronas? ¿Por qué?

  • b.- ¿Y la hipótesis B? ¿Por qué?

MIRA LA SEGUNDA TABLA

Quedó sorprendido Leoncio por sus averiguaciones, pero no se dio por vencido. Regresó a lo alto de la montaña y repitió allí sus experiencias. Estos fueron los resultados:

“¡Cáspita!” dijo Leoncio, que era muy mal hablado. “Esto explica que los huevos no se cuezan bien, pero… ¡qué hallazgo más interesante!”.


  • c.- ¿Qué conclusiones obtienes de los datos anteriores? ¿Por qué los huevos no se cuecen bien en lo alto de la montaña, por mucho tiempo que se mantenga la cocción?

  • d.- ¿Qué es lo que había sorprendido tanto a nuestro investigador?


“Así que el agua hierve a 85ºC en lo alto de la montaña. Vaya, vaya. “¿Por qué será?”. Y pensó:


  • C.- El termómetro que he utilizado está viejo. A lo mejor se ha estropeado en el camino.

  • D.- Los dos días que he subido a la montaña estaba lloviendo y había mucha humedad en el ambiente. Quizá esto ha podido influir.

Pero algo decía a nuestro amigo que por allí no estaba la solución. Cuando regresó a su laboratorio hizo algunas medidas que le confirmaron sus sospechas: ni el termómetro ni la lluvia tenían nada que ver con el punto de ebullición del agua en la cima de la montaña. Sin embargo, algo rondaba ya por la mente del investigador. Algo que sí podía explicar definitivamente el misterio.

  • e.- ¿Qué experiencias haría Leoncio para comprobar la falsedad de las hipótesis C y D? descríbelas brevemente.

  • f.- ¿Se te ocurre a ti otra hipótesis para explicar por qué el agua hierve a temperatura más baja en lo alto de la montaña?