Los alumnos de 1º FP Básica de Información y Comunicación hemos tenido la oportunidad de charlar un rato con Rafael Fernández, coordinador del Proyecto Aldea y profesor de Ciencias Naturales del IES Marques de Comares, para conocer de primera mano todo sobre nuestro Ecohuerto y el programa del que forma parte.
IES MARQÚES DE COMARES - 5 DE MAYO DE 2022
¿En qué consiste exactamente el Programa Aldea?
Se trata de un proyecto medioambiental que iniciamos en 2014 y tiene varias líneas de trabajo. Al principio nos centramos en la creación de un jardín botánico con especies de nuestra zona, es decir, del bajo monte mediterráneo, y en el estudio de las aves autóctonas. Con el tiempo lo hemos ido ampliando al reciclaje de residuos y ya este año, después del parón de tres años en los que no hemos podido llevar a cabo el programa, hemos vuelto a retomarlo incorporando una nueva línea de trabajo, la del Ecohuerto.
¿Y cómo surgió la idea de poner un huerto en una escuela?
Año atrás hubo una primera experiencia de huerto en el instituto porque donde está el nuevo edificio de Eficiencia Energética estaba la antigua casa del conserje y ahí había un pequeño arriate y los alumnos del aula específica allí tenían su huertecillo. Como dentro del proyecto Aldea una de las líneas era hacer un huerto, aprovechando la obra de construcción de este edificio y que se iban a poner una jardineras, vimos la oportunidad de poner en marca el Ecohuerto. Decidimos montar un primer bancal para plantar algunas cosillas y ver más o menos cómo funciona el huerto.
¿Y quién lo montó y cómo se mantiene?
Todo se ha montado entre Salvador Algar, el secretario del centro, Antonio Jurado, nuestro profesional de mantenimiento y yo. Usamos tablones de madera para el armazón de los bancales y la tierra nos la echaron con una pala mecánica. El sistema de riego por goteo lo hizo también Antonio Jurado y también ha sido él quien nos dio las primeras plantas porque tiene un huerto.
¿Qué plantas hay sembradas y qué fue lo primero que se plantó?
El huerto tiene tres espacios: uno de árboles, otro para plantas autóctonas, con semillas que no son híbridas y que germinamos en nuestro invernadero del jardín botánico, y un tercero de especies aromáticas. De árboles frutales tenemos un limonero y a continuación una espiral de plantas aromáticas con una doble intención: por un lado atraer insectos polinizadores y que ayuden a mantener el huerto y también espantar insectos que puedan producir plagas. En el Ecohuerto lo primero que pusimos fueron plantas de fresa y después lechugas. Lo que pasa es que algunas lechugas no salieron y las hemos cambiado posteriormente por guisantes. También hay cebollas y espinacas. Las espinacas, por ejemplo, las hemos dejado para que formen flor y tener semilla para el año que viene. Hemos sembrado también ajos y habas. Con las habas tuvimos el problema de una plaga de pulgón negro, pero con las propias plantas del huerto, un extracto de ajo y cola de caballo, hemos conseguido erradicarla. Y hay sembradas patatas también.
¿Qué coste tiene su montaje y mantenimiento?
Pues el coste no ha sido mucho: lo único que se ha comprado han sido las piedras y el suelo... La tierra era la que sobraba de la jardinera y el sistema de riego por goteo lo ha puesto Antonio Jurado, nuestro encargado de Mantenimiento. El coste ha sido realmente muy bajo, mucho menos de lo que puede costar, por ejemplo, el mantenimiento de una aula de FP Básica.
¿Por qué es ecológico este huerto?
Se llama ecológico porque no se utiliza ningún producto químico fuera de lo que se pueda encontrar en la propia naturaleza: no se le echa fertilizante ni herbicida ni nada que sea externo... Como ejemplo nos puede valer lo que os he dicho antes sobre la erradicación del pulgón de las habas. El propio huerto hace de botiquín. O esta paja que veis sobre la tierra para mantener una misma temperatura en invierno y evitar la deshidratación de la tierra en verano. Son recursos que no se ven en un huerto normal.
¿Qué se va a hacer con lo que dé el huerto?
Lo disfrutaremos en el propio instituto, claro... En esta primera cosecha no hemos tenido muy buenos resultados ¿Por qué? Porque hemos tenido varios problemas que os cuento: uno ha sido que la tierra no es rica en nutrientes; el segundo, que en invierno los edificios próximos le han quitado bastantes horas de sol y eso ha hecho que algunas plantas no hayan crecido lo suficiente. Eso, unido a un problema que tuvimos al principio con el riego por goteo, que no funcionaba bien, ha provocado, por ejemplo, que las lechugas no crezcan lo suficiente. Ahora las vamos a recoger con los alumnos del Aula Específica, ya que con ellos también estamos llevando el proyecto .
¿Qué ideas o proyectos de futuro hay para el huerto?
Pues a mí lo que me gustaría es hacerlo funcionar todo el año y que tengamos huerto de otoño-invierno y huerto de primavera-verano, rotando las especies. Y seleccionar unos cursos, probablemente, los primeros de la ESO y el Aula Específica, para que hagan el seguimiento y se encarguen de su mantenimiento. Los otros niveles serían los responsables de llevar a cabo otras partes del proyecto, como la dedicada al reciclaje de residuos y al jardín botánico. Pero eso depende de la participación del profesorado, del alumnado, del equipo directivo...
¿Qué otras iniciativas relacionadas con la educación medioambiental se quieren poner en marcha dentro del centro?
Rafael Fernández: Hemos realizado en este curso encuestas sobre nuestros hábitos de consumo, generación de residuos, capacidad de reciclaje... El alumnado tiene la percepción de que el centro está muy sucio y tras cada jornada se queda muy lleno de basura : papeles, tetrabriks o bolsas de plástico, a pesar de haber suficientes papeleras y contenedores. Entre las medidas que proponen los alumnos para este problema, muchos apuestan por las sanciones. Vosotros mismos proponéis sancionar, pero ninguno piensa en reducir los residuos sin traerse bebidas en tetrabriks que, entre otros muchos inconvenientes, tienen demasiado azúcar. Ahí tenemos que hacer mucho trabajo de educación para mejorar nuestros hábitos y minimizar estos problemas. Y esto el año que viene será un problema si abren la cafetería porque se comprarán chucherías y otros alimentos envueltos o envasados en papeles y plásticos que acabarán por los patios.
También hemos dado los primeros pasos para construir un estanque en el jardín botánico que nos permita atraer a diferentes especies de aves y a las ardillas que ya andan por aquí y, así, contribuir a un entorno biodiverso y equilibrado en el que no se formen plagas o sobreabundancia de una sola especie, como puede pasar con los gatos.
Y, para terminar, ¿cómo podemos contribuir o participar los alumnos en todo esto?
Es lo más difícil, la verdad... Sois muchos alumnos de muchas edades y, por eso, lo mejor es organizar el trabajo por niveles, como se estaba haciendo antes de la pandemia. Ahora nos está costando reiniciarlo todo, pero la participación por niveles asegura conocer y vivir todas las dimensiones y temáticas de la educación medioambiental: el ecohuerto, la eliminación de residuos, el conocimiento de nuestro entorno natural, etc.
Os dejamos con un testimonio gráfico de nuestra entrevista a Rafa Fernández junto al Ecohuerto (5-5-2022)