La lectura a escena

Si resumir las ventajas de la lectura en cualquier unidad didáctica o actividad es una tarea inabarcable, adquiere un cariz titánico si intentamos sumarles las de la representación teatral. No obstante, esta es la naturaleza de este proyecto en el que nos embarcamos… con el extraordinario ingrediente de que en esta ocasión la iniciativa partió de los alumnos.

Su tarea inicial no era sino la clásica lectura obligatoria de 1º de Bachillerato (Romeo y Julieta). Tras las consabidas pruebas escritas y experimentar con los booktráiler, los estudiantes plantearon la posibilidad de escenificar alguna escena como producto final sobre el que realizar la evaluación. Inconscientemente, pues, propusieron un aprendizaje basado en proyecto (ABP), una metodología colaborativa y cooperativa, gamificación (pues para ellos se trataba de una tarea divertida, un juego), aprendizaje basado en competencias (han trabajado todas) y de aula invertida (el material manejado por los estudiantes en casa –lectura- se trabajó posteriormente en el aula, lugar donde desarrollaron el proyecto). La grabación del producto final y la realización de un making of (así se hizo) (un vídeo documental que muestra el proceso de producción de la representación) agregaron el ingrediente TIC.

El grupo que ha llevado adelante este proyecto está formado por doce alumnos, uno de ellos de altas capacidades, otro con dificultades de aprendizaje y otro nuevo en el centro, además de otros dos con dificultades en la dicción, lo que subraya la importantísima labor de integración e inclusividad que los estudiantes promueven por sí mismos.

Otro factor a destacar es la asunción de una mayor carga de trabajo y de mucha mayor envergadura. Aun suponiendo que los escolares se leyeran la lectura obligatoria al completo, el hecho de que decidieran representarla desde el inicio al final -obviamente resumida- les ha requerido una labor de comprensión, interpretación, síntesis y organización que con una tarea más cotidiana se hubieran evitado.

Resumimos, así, como principales ventajas de esta actuación su capacidad para fomentar la capacidad para pensar, razonar, criticar y tener iniciativa; desarrollar otras competencias relacionadas con la comunicación: leer e interpretar lo leído, hablar con corrección, vocalizar y expresarse con fluidez; adquirir habilidades de carácter social, por ejemplo, trabajar en grupos, desenvolverse en las relaciones interpersonales, organizar y planificar el trabajo colectivo y el individual; desarrollar capacidades personales, como la imaginación, la observación, la creatividad y la expresión corporal y pronunciar y entonar con claridad las expresiones utilizadas en obras teatrales; desarrollar la imaginación en la escritura de textos breves y en las adaptaciones para dramatizarlos; describir lo acontecido en una obra teatral, e identificar sus elementos y los recursos utilizados; ser capaz de interpretar un personaje de una obra teatral, cooperando con el resto de personajes; conocer y comprender la materia impartida; valorar el teatro, el trabajo y la importancia de todas las personas involucradas en él; mantener una actitud positiva, de interés y curiosidad hacia la lectura; actitud de escucha y respeto mientras otros compañeros leen un texto o expresan su opinión; trabajar en equipo, de forma cooperativa; confianza en las propias posibilidades, y las posibilidades de los compañeros, a la hora de interpretar; elevar la autoestima y autoconfianza; crear un marco de convivencia agradable entre los compañeros y entre éstos y el profesor; fomentar hábitos de conducta que potencien la socialización, tolerancia y cooperación entre compañeros; hacer sentir a los alumnos la necesidad de someterse a una disciplina necesaria en todo grupo; y participación activa en el desarrollo de las clases.

La realización del proyecto implicó que los estudiantes solicitaran permiso a la dirección para ocupar un aula una decena de tardes voluntariamente (ensayos) y que fomentaran la colaboración con otras áreas, pues los profesores de Educación Física o Jardinería, entre otros, pueden verse en las cuerdas de las que pendía el telón o en la planta que contextualizaba las dos mesas (una sobre otra) que hacían de balcón.