Zanón (1990:22) caracteriza la tarea indicando que se trata de una actividad:
representativa de procesos de comunicación de la vida real;
identificable como unidad de actividad en el aula;
dirigida intencionalmente hacia el aprendizaje del lenguaje;
diseñada con un objetivo, estructura y secuencia de trabajo.
Se trata de tareas comunicativas, en la medida en que representan procesos de comunicación, y por tanto estimulan en el alumno la activación de esos procesos y, mediante ellos, el desarrollo de su competencia en la nueva lengua. Al llevarlas a cabo, los alumnos realizan un uso funcional de la lengua que están aprendiendo; mediante la lectura y la audición entienden el contenido de los textos (obteniendo información, disfrutando con ellos, si se trata de textos poéticos, etc.), mediante la escritura se expresan a sí mismos y transmiten contenidos y mediante la interacción oral se relacionan con sus colegas.