Los beneficios de nuestra propuesta se basan en que cuando los conductores lleguen a un semáforo en rojo puedan apagar el motor haciendo así que reduzcan las emisiones de gases y la gente pueda disfrutar de un aire un poco más limpio. De esta manera, los conductores ahorrarían combustible y contribuirían en el descenso del volumen de gases de efecto invernadero en puntos localizados.
Cuando el coche está parado con el motor encendido, se encuentra funcionando al ralentí, con un consumo de 0,4 a 0,7 litros/hora y por cada litro de carburante consumido se estima que se emiten unos 123 gramos de gases de efecto invernadero. Si estamos parados en un semáforo durante 20 segundos, en el mejor de los casos habremos consumido 0.04 litros, por lo que emitimos 0.54 gramos de estos gases. Estas cifras, aunque no sean altas, representan un consumo considerable si se computan de forma acumulada en todos los tiempos de parada realizados.
Sustainable America informa de que cada conductor en Estados Unidos pasa al día unos 16 minutos al ralentí, por lo que, si apagaran el motor, ahorrarían unos 180 litros de combustible al año, por lo que emitirían 22,14 kg menos de gases de efecto invernadero anuales.
Hay mucha gente que piensa que el combustible que se usa para arrancar después de haber estado en ralentí supera el combustible ahorrado al estar parado, pero esto no es del todo verdad. Cuando el motor está frío sí que inyecta algo más de combustible para compensar la condensación, pero en cuanto se calienta, lo cual ocurre enseguida, inyecta la cantidad justa. Por este motivo, siempre que el coche esté parado va a consumir menos y, cuanto más tiempo esté así, mayor será el ahorro.
Es importante resaltar que la práctica frecuente de paradas intermedias no perjudica al motor de arranque. En los motores de arranque modernos no se produce el desgaste del motor de arranque que se registraba en los más antiguos y que obligaba a su prematuro cambio. Los motores de arranque modernos tienen una duración media de 200.000 arranques, es decir, que con una media de un arranque por kilómetro pueden recorrerse 200.000 kilómetros.
En Almería hay un total de 143 cruces regulados por semáforos, lo que hace que en estas zonas se concentren una gran cantidad de partículas. Además, hay 1368 semáforos repartidos por la ciudad y, al pararse la gente en estos y no apagar los motores, están emitiendo una gran cantidad de gases de efecto invernadero, perjudicando su salud y malgastando combustible.
Como podemos ver en la gráfica, el número de partículas concentradas (PNC) aumenta drásticamente en lugares donde se concentran muchos coches parados, como ocurre en las intersecciones de tráfico. Aquí se producen altas concentraciones de contaminantes. A estos puntos se les denominan “puntos calientes”.
Para que no pase esto, hemos creado un aparato al que hemos llamado “cronogasómetro vial”, que se pondría en los semáforos. Sería un cronómetro en la parte de la luz roja que haría una cuenta atrás sobre el tiempo que falta para que cambie a verde. Cuando falten más de 20 segundos para que esto ocurra, los conductores podrán apagar el motor de sus coches y reducir así sus emisiones.
También pondremos un mensaje sobre el semáforo para motivar a los conductores a apagar el motor y contribuir a reducir la emisión de gases.
Los beneficios que se obtendrían al hacer que los conductores apaguen el motor al llegar a un semáforo en rojo serían poco significativos en zonas con poco movimiento de vehículos o con pocos semáforos, pero en zonas con muchos semáforos o cruces regulados por estos se obtendría una reducción de gases emitidos muy significativa, haciendo que no se concentren tantas partículas en estas zonas y reduciendo así la contaminación por emisión de gases de efecto invernadero por parte de los coches.
Las políticas tanto europeas como españolas van por esta dirección, pero de momento es muy difícil hacer decrecer, por parte de los vehículos, la emisión de gases de efecto invernadero.
Nosotros queremos aportar un granito de arena en la resolución de este problema mientras se produce la electrificación del parque de automóviles. Con nuestra propuesta, reduciremos de forma somera el problema global, pero los datos avalan que se reduciría notablemente el volumen de gases en puntos localizados.