La expresión corporal es una destreza básica en Educación Física. No obstante, el cuerpo es un vehículo de lenguaje y, además de entrenar para ser fuertes, ágiles y rápidos, también lo podemos educar para bailar, sentir y comunicar. Por eso, tanto en adolescentes como en niños, las actividades de expresión corporal sirven para:
Tomar conciencia del cuerpo.
Controlar los propios movimientos.
Mejorar el equilibrio.
Establecer conexión entre mente y cuerpo.
Valorar el cuerpo y aceptar la propia imagen.
Aceptar todas las posibilidades corporales, también las discapacidades.
Aprender a cuidar del cuerpo y de la salud.
Estimular la creatividad, la imaginación y la espontaneidad.
Conectar asignaturas como lengua, matemáticas y música.
Vencer la timidez.
Favorecer el desarrollo personal y la educación emocional.