Un satélite artificial es un objeto construido por el ser humano y puesto en órbita alrededor de la Tierra u otro cuerpo celeste, con el fin de llevar a cabo una variedad de tareas. Los satélites artificiales pueden ser utilizados para la comunicación, la observación de la Tierra, la investigación científica, la navegación y la vigilancia. Los satélites pueden ser lanzados al espacio a través de cohetes, y son diseñados para operar durante un período de tiempo determinado antes de que su órbita se degrade y se quemen en la atmósfera.
Los satélites artificiales pueden ser clasificados en diferentes categorías en función de su órbita, su uso y su tamaño. Los podemos clasificar principalmente en tres tipos.
Permanecen en la misma posición sobre la Tierra y son utilizados para la comunicación y la observación meteorológica.
Son un medio para emitir señales de radio y televisión desde unas zonas de la Tierra hasta otras.
Pueden proporcionar imágenes detalladas de la Tierra para su uso en aplicaciones de cartografía y monitoreo ambiental.