Santa Rafaela María siente la responsabilidad de cuidar a los más descuidados desde el principio, (siente que quiere dar una respuesta). Con su hermana, es capaz de ver las necesidades de los pobres, de los enfermos, de las niñas en la calle, de  lo poco que se conocía a Jesús… Una mujer que supo cuidar, es decir, mirar, sentir y dar por el otro y por su entorno. 

La primera cuiDADORA ACI. 

Fue descubriendo que solo se puede CUIDAR cuando la mirada es la de Jesús, siempre hacia afuera, hacia lo que pasa, el otro, las circunstancias, el mundo… y siempre con otros, con otras.  Cuidar como los dedos de la mano, es la invitación que nos hace Santa Rafaela a ponernos los GUANTES y ponernos en marcha, pero no solos sino 

   “unidas en todo como los dedos de la mano, 

y un corazón universal”.