La trayectoria evangelizadora de la ESCUELA CRISTIANA EVANGÉLICA ARGENTINA, iniciada en el año 1961 y con ininterrumpido progreso, revela una acción que puede ser repetida en todo lugar y con las mismas posibilidades si se observa fielmente el mandato de Nuestro Señor de predicar el evangelio a toda criatura.
Los resultados que el Señor nos ha mostrado en la conversión de cientos de jóvenes, de decenas de hogares, con su posterior integración a la vida de las iglesias, muestra el aspecto más visible de esta acción evangelizadora.
Nuestra escuela es un brazo de evangelización de la Iglesia en Villa Real. Se estableció para dar el mensaje de Cristo a los alumnos y por medio de ellos a los hogares, y mantiene este propósito como objetivo supremo.
Los hermanos responsables de la iglesia son a la vez los directivos de la Escuela y dirigen la tarea espiritual. Es condición indispensable para pertenecer al personal de la escuela, haber experimentado la conversión.
Edificio ECEA
La plenitud del esfuerzo y desarrollo evangelístico se concreta en la tarea educacional, que se inició muy humildemente, pero a la que Dios hizo progresar hasta límites insospechados.
En la convicción que el mensaje del evangelio debía anunciarse a toda criatura, según el mandato del Señor Jesucristo, recordando que ya al pueblo de Israel Dios demandaba que su palabra se anunciara a los niños de manera intensiva, y ante la realidad innegable que mostraban los niños y jóvenes de recibir en las escuelas estatales sólo instrucción intelectual, dejando vacío su ser espiritual, se resolvió comenzar con la obra de la Escuela Cristiana Evangélica Argentina. Su finalidad fue y continúa siendo educar cristianamente atendiendo las demandas del ser integral de cada niño y joven estudiante.
En 1960 toma forma la idea. Se reúnen los padres de las iglesias evangélicas de la zona con los ancianos de la iglesia en Villa Real y en una reunión realizada el 31 de Octubre se echan sus bases institucionales. Esa noche, después de comentarse proyectos y estimarse costos, un hermano, Don Rubén Andrés, propone que en lugar de una escuela pequeña, reducida a grados primarios elementales, se edificara una más amplia que incluyera todos los grados.
La respuesta de la Iglesia en Villa Real fue que las restricciones a su construcción eran solamente financieras, y que toda la obra dependería del dinero que se obtuviera; y que de lograrlo, se podría concretar en la terraza del edificio del templo.
A la mañana siguiente, 1 de noviembre de 1960, Rubén Andrés llama para ofrecer 500.000 pesos en préstamo a reintegrar sin intereses, importe que se acercaba al total del costo de la edificación. La oferta fue aceptada por la iglesia y se comenzó a trabajar inmediatamente, de tal manera que se levantó una planta de 3 metros de altura utilizables sobre 6 metros ya edificados, con cabreadas de madera, techos de zinc y paredes de aglomerado; se terminó para el 13 de marzo de 1961. en sólo 4 meses se había concretado la Escuela Cristiana Evangélica Argentina, la escuela de la Iglesia en Villa Real.
Desde entonces la historia de la Iglesia en Villa Real quedó firmemente adherida a la Escuela.
Primeros Pasos
Durante muchos años debieron efectuarse intensas campañas de promoción para cubrir las vacantes de la escuela.
La definición de “Cristiana Evangélica” que explicitaba el nombre permitía suponer la existencia de una entidad confesional que sólo recibiría alumnos provenientes de familias evangélicas. No todos los niveles se completaron al mismo tiempo. Es así que el último aviso para jardín de infantes y primaria se coloca en la edición de diciembre de 1967 de “Campo Misionero”, para secundario en “Clarín” al comenzar sus cursos en 1969.
Al difundirse la noticia de que iniciaría sus actividades una escuela evangélica, varios miembros de distintas iglesias, con títulos que los habilitaban para ejercer la docencia se ofrecieron para actuar, corriendo los riesgos de la falta de fondos y de las inseguridades que ofrecía el comienzo de la aventura.
Así surgió el primer plantel de maestros, cuya idoneidad para la enseñanza y su celo por impartir los principios cristianos evangélicos han quedado plenamente grabados en nuestra historia.
Durante la primer época de funcionamiento, la escuela era dirigida por un Consejo de Administración, al que reportaban las restantes autoridades. El primer Consejo se integró con Don Augusto Todó, Ricardo Zanino y José Bongarrá.
El Consejo de Administración mantenía informada a la Iglesia de las alternativas de su funcionamiento, y ejercía la representación ante padres, instituciones no oficiales laicas y otras iglesias.
La Escuela Evangélica se formaba con comprensión y firmeza. Algunas cosas habían quedado incompletas y se fueron terminando en el transcurso del año. Se inscribieron 188 alumnos.
Para el proyecto complementario de escuela secundaria se solicitó en préstamo en 1962, dos salas de la Iglesia Bautista de la calle Boyacá 67 y hasta allí se extendió la escuela. Iniciaron los cursos 58 estudiantes. Ese año, cuando sólo mencionar el tema producía resquemores, la escuela presenta una conferencia para padres, realizada el 2 de setiembre sobre “Etapas del Crecimiento – Educación Sexual del Niño”, dictadas por el Dr. Plinio Zandrino.
Nuevo Edificio ECEA
La capacidad de la escuela en Tinogasta 5270 resultaba insuficiente. Se pensó en construir un edificio que se destinara solamente a la escuela. Por el año 1965, el Señor mostró como respuesta a las oraciones, que el terreno actual sería el destinado para esa obra. José Bongarrá cruzaba diariamente por ellos al recorrer el camino desde su casa, en Tinogasta 6066, hasta la escuela.
Durante la campaña con Felipe Saint de 1964, Gregorio Breitman que estaba presente prometió vincular a José Bongarrá, que había sido su jefe años antes en una fábrica de pinceles, con las autoridades públicas.
Se entrevistó también al Dr. Humberto Perette, Vicepresidente de la Nación, quien entusiasmado con el proyecto apoyó la idea. El último día de sesiones ordinarias de ese año de la Cámara de Diputados, se produce el milagro y se aprueba la ley de donación del predio. El día 2 de diciembre de 1965 se promulga la ley, y el día 4 se coloca la piedra fundamental del futuro edificio de la Escuela Cristiana Evangélica Argentina.
Cuando aquella tarde se colocaba la piedra fundamental en el amplio terreno de 12.000m2, la maqueta de un edificio de más de 10.000 que presidía la ceremonia representaba un proyecto cuya concreción se estimaba lejana. Era prudente pensar así por su alto costo y la falta de recursos.
Una vez concluido el acto, el autor del proyecto edilicio, arquitecto Antonio Murillo Luque, ante la insistencia mostrada para comenzar la obra preguntó a José Bongarrá cuáles eran los recursos con que se contaba, la respuesta fue “2.500.000 pesos moneda nacional, pero si Dios nos dio la señal del milagro al darnos el terreno, creo que nos va a proveer el dinero necesario; tenemos que confiar porque todo depende de Dios”.
Naturalmente contábamos con el apoyo de la congregación, el remanente de las cuotas mensuales que abonaban los alumnos y se esperaban ofrendas especiales. La casa de José Bongarrá en Tinogasta 6066 fue hipotecada, y lo obtenido junto con el valor de la prenda de su automóvil fue invertido en la construcción. Se obtuvo dinero en préstamo, de carácter no bancario, ya que por la naturaleza de la obra y su propietario, los bancos no aceptaban las eventuales garantías. Se pagó un interés del 3% mensual, tasa que para la época era muy alta.
Para abaratar el costo de la construcción, el cemento y la piedra partida se traían directamente de Olavarría. Mientras se avanzaba en la obra de la escuela, Don José Bongarrá se relaciona con la Central Evangélica de Ayuda al Desarrollo de Alemania Federal, en Bonn; cuyo director Ernst Mordhost visita el 19 de octubre de 1967 la construcción. Esta entidad, subsidiaria del Gobierno Alemán, ofrendaba dinero a iglesias evangélicas para sus trabajos. En la visita a Argentina para verificar el proyecto, y al visualizar el estado de la edificación que ya alcanzaba a mostrar terminada la estructura frente a la calle Irigoyen, decidió el aporte de D.M. 1.000.000.- Esta suma representaba alrededor de m$n 85.000.000, importe que alcanzó para cubrir el resto de la construcción, el mobiliario de la escuela y pagar deudas. En mayo de 1968 al inaugurar la escuela, toda la obra estaba pagada. El milagro se había cumplido.
El 18 de mayo de 1968 se inaugura oficialmente el edificio de E.C.E.A. Junto a altas autoridades nacionales, presencia el acto el encargado de negocios del gobierno de Alemania Dr. Hans Christian Halter. Al llegar los invitados y las autoridades a la entrada del edificio, Don Augusto Todó descubre la inscripción del frente, primer texto bíblico que se lee al conocer la escuela:
“El principio de la sabiduría es el temor reverente a Dios y el apartarse del mal, la inteligencia”.
Aquel proyecto de madera balsa, cartón y papel celofán, sueño de unos pocos, concebido en la imaginación de Murillo Luque, llegaba a constituirse en uno de los mejores edificios educacionales del país.
Nuevo Edificio de la Iglesia
Mientras tanto las reuniones de la iglesia comenzaron a realizarse en lo que hoy es el subsuelo del edificio, como consecuencia de la necesidad de vender el viejo edificio de Tinogasta 5270. La venta permitió obtener casi 65.000.000 m$n, importe que se destinó totalmente a la construcción final del templo.
En 1970 se terminó el templo, cuyas características, lo hicieron conocido como La Iglesia Transparente, agregando sus ventanales de acrílico el sentido cristiano que lo interior debe traslucirse exteriormente. Su inauguración motivó una hermosa ceremonia pública con más de 1500 personas presentes.
Para 1982, y acorde con el hecho reiterado que nuestra institución era el escenario natural de las manifestaciones que congregaba a las asambleas, se resuelve techar el patio de la sección secundaria de la escuela. La remodelación se inaugura para la conferencia anual, esta vez conmemorativa del Centenario de la Obra Evangélica de las Asambleas en el país.
Al referirse a esta circunstancia, la revista Christian Mission in Many Lands, de febrero de 1983, dedicó parcialmente sus páginas 8 y 9 a nuestra iglesia y sus actividades en un artículo con abundante material fotográfico.Cada año al finalizar el período escolar, en las distintas secciones, la Iglesia hace entrega de un ejemplar de la Biblia a los alumnos que finalizan sus estudios. Resume en este acto la reiteración del ferviente deseo de que el mensaje redentor integre la vida de cada egresado. En general son ejemplares de edición económica, para que El Libro pueda ser apreciado por su contenido y no por su construcción. En los años de desarrollo de nuestra obra misionera hemos visto ejemplares de la Biblia con cubiertas de pedrería valiosa, pero nosotros aprendimos que su mejor encuadernación es nuestra vida.
Las enseñanzas del Libro de los Libros deben ser creídas, obedecidas y vividas, porque ellas dan testimonio de Jesucristo. Este acto lo hemos titulado con la palabra “ceremonia”. Podría haberse denominado “reunión”, pero esta modificación desea resaltar la importancia que se ha conferido al acto. Entregamos lo mejor, lo fundamental para la vida del individuo, su familia y la sociedad.
En 1972 se crea la Fundación Educacional Comunitaria Evangélica Argentina con el objeto de propender a la difusión de los principios evangélicos y el mejoramiento social, por medio de la educación, basando el contenido de su acción únicamente con los principios bíblicos.
Hablar de las bendiciones que el Señor, en su Gracia, dio en los mas de 50 años vividos, deberá insumir por sí solo todo un trabajo. Millares de niños y jóvenes pasaron por las aulas de E.C.E.A., recibiendo diariamente el “Pan del Cielo”, usando Dios a centenas de hermanos y hermanas que sembraron con fidelidad al Señor su Eterna Palabra. Un gran porcentaje de los miembros de la Iglesia en Villa Real son resultado del ministerio de E.C.E.A.
¡SÓLO AL SEÑOR LA GLORIA!