El Laboratorio editorial de arquitectura trabaja con un primer grupo de cuatro líneas de investigación que se ubican en el siglo XX. Estas líneas de investigación se han definido y escogido por su utilidad para analizar las ideas sobre la arquitectura mexicana del periodo, su relación con otras disciplinas y sus “conversaciones” con las culturas arquitectónicas de otros países. También se han escogido por su utilidad para el aprendizaje, es decir, para que las y los estudiantes del laboratorio adquieran habilidades y conocimientos básicos de investigación.
Estas líneas permiten trabajar con archivos institucionales o privados que van de la gran a la pequeña escala. Algunos de estos archivos están catalogados profesionalmente –los más grandes– y, otros, dado su carácter privado, carecen de una organización sistematizada.
Esta diversidad permite a las y los estudiantes ser capaces y estar preparadas para realizar investigación en múltiples condiciones, es decir, de la forma en que se practica la investigación en la realidad profesional nacional e internacional. Las líneas permiten trabajar con bibliotecas, hemerotecas, fonotecas y filmotecas que también presentan escalas y condiciones diversas: desde las de grandes instituciones públicas hasta pequeñas colecciones privadas o semi privadas. Otra característica de las líneas de investigación es que sus archivos son razonablemente accesibles: algunos son completamente abiertos y otros pueden ser consultados por medio de autorizaciones más o menos sencillas. Las y los alumnos aprenden las dinámicas para acceder a muchas de las fuentes en que deben basar sus investigaciones.
El concepto e imagen de la arquitectura olímpica mexicana fueron diseñados, en gran medida, para los medios. Mucho antes de que los edificios para los espectáculos deportivos estuvieran terminados y pudieran ser habitados en octubre de 1968, los y las ciudadanas del Distrito Federal estaban preparados –gracias a ese concepto e imagen– para utilizar y comportarse adecuadamente en esa arquitectura. Medio siglo después de ser construidos, muchos mexicanos siguen percibiendo las edificaciones olímpicas –y la ciudad transformada a su alrededor– a través del velo de la imagen diseñada desde 1964 por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, su jefa de publicaciones Beatrice Trueblood y su equipo. Esta imagen –e ideas de ciudad, arquitectura y sociedad que la soportaban– estaba claramente expresada y explicada en las numerosas publicaciones –libros, revistas, folletos, postales, carteles, timbres postales, etcétera– impresas para las XIX Olimpiadas. Esta línea de investigación pretende contribuir a la comprensión del desarrollo de la cultura mediática en la que vivimos hoy y los cambios en las formas en que experimentamos y usamos la arquitectura.
La forma en que la arquitectura y el urbanismo olímpicos ha transformado ciudades enteras –y sus culturas–, sigue siendo un tema muy poco estudiado. En la historia reciente de la disciplina han sido incluidos algunos edificios aislados diseñados por arquitectos reconocidos, pero en conjunto, estos enormes eventos urbano-arquitectónicos se han estudiado solo excepcionalmente. Como en otras ocasiones, la transformación de la Ciudad de México en una megalópolis fue originada en gran medida por la celebración de los Juegos Olímpicos. Obras monumentales, infraestructura y programas artísticos y culturales expandieron sus límites físicos e imaginarios, y produjeron nuevas y más complejas maneras de experimentar y entender su condición urbana. Esta investigación pretende mostrar cómo el diseño del programa olímpico –concebido por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y ejecutado por su numeroso equipo de arquitectos, diseñadores gráficos y artistas– construyó una compleja imagen para locales y extranjeros de cómo debía vivirse la experiencia de la nueva arquitectura y la ciudad olímpicas. Mediante la interacción con una selección de libros, carteles, panfletos y revistas –de millones publicadas– intentaremos comparar la arquitectura construida, su imagen en los medios y su contribución a la cultura.
Académicos como Beatriz Colomina, Mario Carpo o Juan José Lahuerta han estudiado la relación que existe entre los medios impresos y la arquitectura moderna, explicando cómo muchos de los arquitectos más importantes del siglo XX han escondido bajo un discurso de respeto por los materiales, y de sinceridad estructural (y muchos otros principios morales), un profundo interés en una existencia mediada de la arquitectura. Pero a diferencia de la arquitectura del movimiento moderno, los edificios olímpicos mexicanos estuvieron diseñados más para ser transmitidos vía satélite para una audiencia en televisión en vivo y no tanto para las masas en sitio, como declaraba cínicamente Ramírez Vázquez cuando se cuestionaba la poca capacidad de algunos de los recintos olímpicos. En solo dos años, el programa de publicaciones del Comité olímpico mexicano produjo una serie de publicaciones que expresaban las formas en las que el gobierno quería ser percibido local e internacionalmente mediante el diseño y la arquitectura. Las publicaciones difundidas masivamente explicaban cómo vivir e interpretar los edificios –nuevos y reciclados–, las vías rápidas y la ciudad: una nueva cultura urbana y nacional compleja que situaba a México en un contexto internacional más amplio, creando una imagen falsa de un país neutro y pacífico durante la Guerra Fría.
1968 es la cúspide del proceso de transformación en las sociedades occidentales respecto a nuevos valores como la libertad y diversidad sexual, un consenso antiracista –frágil–, pacifista y antiautoritario y una conciencia ecológica, entre otros. Estas ideas y valores estuvieron presentes en las manifestaciones y demandas sociales y políticas. A lo largo de esta investigación los múltiples y contradictorios discursos elaborados y diseñados por el Comité Olímpico de México antes, durante y después de la celebración de los juegos, serán confrontados con la arquitectura, urbanismo y la realidad artística de hoy. En el contexto político y cultural actual es de una particular importancia meditar sobre la fuerza –o fragilidad– del consenso humanístico alcanzado 50 años atrás. Creemos que a través de estos estudios contribuiremos al debate de las formas en que la arquitectura y el diseño han moldeado la cultura y los valores urbanos contemporáneos.
La gran expansión urbana producida por la arquitectura olímpica mexicana ha sido poco estudiada a profundidad. El estudio de las relaciones, negociaciones y contradicciones entre los recintos deportivos y culturales y los cambios sociales y artísticos representados por los levantamientos de 1968, podrá iluminar los mecanismos –hasta ahora poco estudiados– por los cuales la arquitectura olímpica soporta –o se resiste– precisamente, a estos cambios.
MX 1968 Arquitectura olímpica y medios impresos.
Exposición montada con el apoyo de la Graham Foundation.*
Clara Porset, una de las diseñadoras industriales más importantes en México, tuvo una presencia aparentemente breve en los medios, sin embargo, vivió estrechamente vinculada a varios de los personajes más importantes de la cultura mediática mexicana, cubana, estadounidense y de otros países. Su postura política la situó en algunos de los eventos más importantes de la historia del siglo XX, como el cardenismo y la Revolución cubana. Sin embargo, hasta el día de hoy y salvo algunas excepciones, el conocimiento que se ha producido a partir de Clara Porset y sus proyectos se reduce a un conjunto de poderosas imágenes de muebles con características formales y materiales extraordinariamente seductoras. Este proyecto buscará analizar las relaciones y contradicciones entre el archivo y la biblioteca de Clara Porset del Centro de Investigaciones en Diseño Industrial de la UNAM y las expresiones mediáticas de la obra y pensamiento de la diseñadora. Con esta investigación, se analizarán las relaciones entre el pensamiento del diseño y la cultura material en un momento histórico determinado, pero, además, en este caso, se experimentará con el material de archivo –textos, fotografías, gráficos, maquetas– y las formas en que este puede manifestarse en los medios contemporáneos. La conciencia y observación cuidadosa de la gestación de discursos en el presente y la vigilancia de su comportamiento a lo largo del tiempo conformarán un horizonte epistemológico de construcción del conocimiento.
¿qué significaron las exposiciones de diseño en México?
Las propuestas más extremas e influyentes en la historia de la arquitectura moderna fueron construidas en el contexto de exposiciones temporales.
Beatriz Colomina
En las importantes exposiciones que desarrolló Clara Porset en México podemos observar muchas de las estrategias mediáticas y museísticas comunes de la modernidad, pero, además, podrían encontrarse estrategias de conciliación más complejas entre los discursos de un nacionalismo cubano, otro mexicano, las ideas sobre la identidad californiana y el diseño industrial en países con una industria poco –o casi nada– desarrollada. Las exposiciones realizadas por una diseñadora industrial educada en Estados Unidos y Europa ¿cómo se insertan en el universo de exposiciones modernas –mexicanas y de otros países–? ¿Cómo aprovechó los conocimientos adquiridos durante su participación en exposiciones como Organic Design y en las que ella misma realizó? Clara Porset realizó y participó en exposiciones cuya importancia histórica está aún por determinarse.
¿quiénes diseñaron los objetos de este país?
Al revisar las publicaciones periódicas del periodo en que Porset fue más activa, se puede observar un contexto en que la producción masiva de objetos –o el diseño industrial mexicano– era mucho más grande de lo que la historia de la disciplina –salvo raras excepciones– ha mostrado hasta hoy. En algunos de los artículos de las revistas de arquitectura del siglo XX podemos observar que no solo Porset se encargaba del diseño de muebles para las compañías y arquitectos más importantes de la época: existen muchas compañías de diseño de muebles y objetos que aún se deben analizar. Pero, si Porset y el resto de los diseñadores que sí podemos identificar en la actualidad –como Michael van Beuren y Arturo Pani– se encargaron de diseñar y producir los objetos que requerían los más importantes y poderosos ¿quién se encargó de diseñar y fabricar masivamente los muebles anónimos –hasta ahora– para los miles de hospitales, escuelas, edificios de gobierno, etcétera, que utilizaron las mayorías? ¿Cómo ingresaron los objetos industriales (y artesanales, de los que no conocemos a sus autores) a los medios y cómo su representación modificó su producción y la forma de utilizarlos y mirarlos?
Clara Porset ¿arquitecta?
En el archivo Clara Porset se encuentran manuscritos inéditos que muestran a una diseñadora industrial con una extraordinaria y profunda visión de la arquitectura. En algunos de estos documentos, como las conferencias de La Habana de finales de los cuarenta, Porset desarrolla una teoría de la arquitectura sólidamente estructurada, que evidencia el pensamiento de una arquitecta madura basado en un denso conocimiento de la historia de la arquitectura ¿Cómo se relacionaba este sofisticado pensamiento arquitectónico con el diseño industrial desarrollado por Clara Porset, y con su teoría? ¿Por qué sus conocimientos arquitectónicos –iguales y, en ocasiones, superiores a los de la mayoría de los arquitectos de su época– no se han discutido jamás? ¿Cómo llegó a desarrollar este amplio y complejo conocimiento arquitectónico? Los límites entre disciplinas que asumimos como definidos con precisión, se muestran flexibles y difusos en el material de archivo de esta diseñadora. Su pensamiento le permitía modelar y hacer interactuar campos de conocimiento limitados de acuerdo con la forma en que creía que debía resolver los problemas –de diseño o de pensamiento– que se le presentaban o que decidía crear.
Las ideas más importantes de la arquitectura mexicana del siglo XX no fueron definidas exclusivamente por los arquitectos y las publicaciones de nuestro país. Desde el inicio del siglo XX hasta la actualidad, el conjunto de libros y revistas extranjeras sobre arquitectura mexicana han definido la imagen y la estructura de nuestra disciplina de forma notable. Este papel de las publicaciones extranjeras –las estadunidenses en particular– ha sido investigado solo de forma superficial.
La arquitectura moderna no fue ajena a este proceso, no fue hasta que Esther Born, arquitecta y fotógrafa estadounidense, publicara el libro The New Architecture in Mexico (1937) con la casa editorial The Architectural Record, que los objetivos, las metas, la identidad y la imagen de la arquitectura moderna de nuestro país –ante el exterior y ante nosotros mismos– fueron más o menos definidos con claridad por primera vez. La importancia de este libro y de sus discursos visuales y culturales trasciende nuestras fronteras y la relación con Estados Unidos. En el contexto histórico en que fue publicado, México pretendía mostrarse al mundo como una nación moderna que había tomado la ruta del progreso y que había dejado atrás los años convulsos de su revolución. Por otro lado, Estados Unidos había arrancado su proceso de consolidación como primera potencia mundial y de dominación cultural de sus aliados, particularmente de los países latinoamericanos. En este sentido, The New Architecture in México, es mucho más que un catálogo de fotografías que define a los que serían los “héroes” de nuestra arquitectura moderna (José Villagrán, Juan O’Gorman, Luis Barragán o Enrique Yáñez, hábiles maestros ya de los medios impresos) y sus discursos arquitectónicos supuestamente emanados de la Revolución y de nuestra historia ancestral.
Al igual que los libros europeos y estadunidenses más importantes de la arquitectura moderna –que funcionaban (y funcionan) como sofisticados dispositivos tecnológicos de expresión y divulgación de una forma particular de ver y controlar el mundo a través del diseño y construcción de edificios– el libro de Esther Born inaugura una larga tradición de publicaciones estadunidenses que han ido definiendo desde el siglo pasado la identidad de América Latina en general, y la de varios de sus países en particular.
El libro The New Architecture in Mexico, es el primer gran ensayo y el detonador de la publicación de algunos de los libros más importantes de la arquitectura moderna mexicana como Mexico’s Modern Architecture (1952) de Irving Evan Myers y Arquitectura moderna en México (1961) de Max Cetto. En una escala más amplia, el libro de Born puede haber sido la base de otros importantes libros sobre arquitectura moderna latinoamericana publicados por autores y editoriales externos, como Brazil Builds (1943) de Philip Lippincot y George E. Kidder Smith, Latin American Architecture since 1945 (1955) de Henry-Russell Hitchcock, e incluso quizá (mucho más reciente), Latin America in Construction (2015) de Barry Bergdoll.
Max Cetto llegó a la Ciudad de México en 1939, y en 1961 –22 años después– publicó el libro Arquitectura moderna mexicana. Inicialmente se trataba de una edición bilingüe alemán español, después se transformó a una edición de dos versiones, una alemán e inglés y otra simultánea, inglés y español. La edición estuvo a cargo de la editorial Gerd Hatje de Stuttgart, en acuerdo con la editorial Praeger de Nueva York. En los 23 años que había vivido en la Ciudad de México el arquitecto de origen alemán se había aclimatado e incluso nacionalizado mexicano, había participado en importantes experimentos arquitectónicos y se encontraba en el círculo de los arquitectos y artistas más sobresalientes del país.
El archivo del intercambio epistolar del autor con las editoriales alemana y estadounidense lo conserva la familia Cetto. Se trata de cientos de páginas quebradizas y borrosas que dan fe de las múltiples negociaciones en las que surge un proyecto editorial de esta naturaleza. Estas negociaciones ponen en evidencia una serie de expectativas desde el punto de vista alemán y la intención de Max Cetto de destacar cierta versión de lo que consideraba una correcta arquitectura mexicana, como ejemplo al mundo, dentro del complejo contexto internacional de la segunda mitad de los años cincuenta.
El análisis de este libro y de la historia detrás de su gestación es fundamental y brindará muchas pautas para el estudio de la arquitectura mexicana del siglo XX. El libro es un testigo fotográfico del estado de la arquitectura moderna en la Ciudad de México en los años cincuenta y da continuidad a una serie de libros que van retratando el devenir de la disciplina en el siglo XX. Sin embargo, su valor no se queda sólo en su valor documental de registro de las arquitecturas. El discurso crítico del libro marca un momento muy importante de crisis del lenguaje de la arquitectura moderna que Cetto identifica claramente y en los mismos términos que los autores que se han identificado posteriormente con esta crisis. En un discurso bastante original dentro de las más clásicas y repetitivas interpretaciones de la historia de la arquitectura mexicana –hecha por mexicanos–refleja además el punto de vista de un arquitecto forjado en el corazón mismo del movimiento moderno en el CIAM y en el grupo de Das Neue Frankfurt a los cuales Cetto perteneció en su juventud
Desde la fundación de la Real Academia de San Carlos, a finales del siglo XVIII, se comenzó a formar en nuestro país una importante biblioteca para la enseñanza y el aprendizaje institucionalizados de la arquitectura y las demás artes, acción que continuó a lo largo del siglo XIX. Con la creación en 1929 de la Escuela Nacional de Arquitectura (ENA) y la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), el acervo siguió incrementándose, ampliando el camino emprendido por la Academia al adquirir publicaciones provenientes, en su mayoría, de Estados Unidos y Europa, lo que incidió necesariamente en la construcción edilicia y la transformación de la ciudad. Asimismo, a finales del siglo XIX y principios del XX se crearon las primeras publicaciones especializadas de arquitectura desde la institución (y desde fuera), en las que se plantearon algunos de los cuestionamientos de la época. A pesar de la disgregación de la biblioteca en diversas etapas y distintas instituciones, una parte importante de los materiales bibliohemerográficos de la academia se encuentran en el Fondo Reservado de la actual Biblioteca Lilia Guzmán de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, los cuales aún no han sido investigados.
Desde julio de 2019, LEA y un equipo motivado por rescatar la memoria impresa arquitectónica y urbana presente en las publicaciones que pertenecieron a las instituciones antecesoras de la FA, comenzaron a realizar las acciones necesarias: desde el trabajo físico de cargar cajas de libros y revistas y acomodar las publicaciones en las estanterías, hasta el desarrollo de un proyecto académico, para la creación de AEReA. La maestra en Historia del Arte Fernanda Barrera profesora de la facultad, y un equipo de estudiantes de servicio social de la FA y de la Facultad de Filosofía y Letras, con la anuencia de la Coordinación de Bibliotecas y Archivos, llevó a cabo acciones hacia el rescate y reconocimiento de los materiales y planteó posibles líneas de investigación para proyectos futuros.
En un inicio, el objetivo fue el de registrar adecuadamente todas las publicaciones (las cuales ya habían sido seleccionadas por el anterior equipo de la biblioteca de 1987 a 2018, en el llamado fondo reservado). En este trabajo –que quedó inconcluso– se asentaron las características editoriales, materiales y de contenido de cada una de las publicaciones. Además, se aislaron los libros que necesitan tratamiento para su rescate y se identificaron otras publicaciones que se encontraban en la estantería abierta de la biblioteca que pudiesen ser piezas claves para el entendimiento de los medios impresos y su agencia dentro de la cultura arquitectónica, las cuales fueron integradas al acervo. Así, al empezar a conocer los materiales, comenzaron a surgir cuestionamientos sobre diversos temas que podrán ser desarrollados con el tiempo.
*La Graham Foundation se puede encontrar en: