"Se reconozcan sus características, intereses, necesidades y respeto a sus diferentes ritmos de aprendizaje y desarrollo (...) en construcción paulatina para interactuar en espacios culturales" (Villalobos, 2017). Es decir, el niño y la niña deben ser sujetos de derecho, para esto se le formulan preguntas y se les explica lo que van a trabajar, de manera que ellos logren entender que son sujetos de derecho con características, intereses y necesidades.
El niño y la niña deben asumir su papel como persona única, singular y social, también, que aspiren a reconocer y respetar los principios y valores éticos. Se aspira a que logren cumplir con ciertos principios como: Individualidad, autonomía, integridad, socialización, contextualización, del significado, de juego y de actividad.
"Radica en la consideración de las diferencias sociales e individuales de la diversidad cultural (...) se reconoce que se desenvuelven de acuerdo con procesos de aprendizajes únicos y excepcionales." (Villalobos, 2017). El niño y la niña deben ser partícipes del ambiente inclusivo, donde reconocen que se desenvuelven de acuerdo con procesos de aprendizajes únicos y excepcionales.
El o la docente debe tomar en cuenta aspectos importantes como: Políticas educativas, fundamentos del currículo, fuentes y elementos del currículo y los principios pedagógicos. Además, debe incluir al estudiante en los procesos de mediación y dar sentido y pertenencia, es decir desarrollo integral.
Debe fomentar la participación e inclusión de los niños, niñas y sus familias o encargados, para que el proceso sea significativo para su aprendizaje. También, debe asegurarse de llevar una línea consecutiva de lo enseñado anteriormente para volverlo un proceso de aprendizaje. Además, el o la docente debe ser paciente, afectuoso, saber escuchar y atender las necesidades de sus alumnos.
El o la docente debe responder al afecto, tomando en cuenta el ambiente natural y sociocultural del infante. Además, debe tener presente el juego como recurso didáctico para el aprendizaje y enseñanza, tomando en cuenta que cada alumno tiene diferencias en su ámbito de desarrollo y promover la individualización de cada uno.
Procurar generar preguntas que nos ayuden a establecer una comunicación no verbal con el niño, explicándole cada acto que vaya a hacer como lo es cambiar el pañal, jugar con él o ella generar diálogo y retos cognitivos y físicos. Además, el o la docente debe ser paciente, afectuoso, saber escuchar y atender las necesidades de sus alumnos.
Según la guía pedagógica del MEP “Los encargados de mediar procesos educativos deben entender las riquezas de las experiencias de los infantes comienza antes del nacimiento a través de la estimulación sensorial, auditiva, vestibular y una amplia gama de actividades motrices” (Villalobos,2017). Para nosotras, el rol docente es conocer el contexto del niño y la niña desde las primeras semanas de gestación, verificando su proceso prenatal y posnatal para poder adentrarnos más al contexto en el que se desarrolla diariamente.
"La afectividad consciente, la motivación, el interés, la buena disposición, los estímulos positivos, la empatía son variaciones pedagógicas del principio que articula la cabeza con el corazón, la razón con el sentido, lo cognitivo con lo afectivo." (Ochoa, pág. 165)
Pensamos en este principio ya que es un sentimiento básico, el buscar afecto lo hacemos desde que somos pequeños, desde bebés buscamos afinidad con aquella persona que nos genera un afecto, quién nos trata lindo, quién responde a mis necesidades de manera oportuna me hace generar un recuerdo positivo de esa persona, genera confianza y el vínculo ayuda para superar momentos difíciles, pero con este principio generamos una consciencia afectuosa como docentes, no con la idea de reemplazar a papá o mamá, sino con la idea de que somos una persona segura para los niño y las niña con los que trabajaremos .
Para nosotras como mediadoras del proceso de aprendizaje de Emanuel, creemos muy pertinente tener este principio que Florez Ochoa menciona, ya que en esta etapa el afecto es fundamental, además al generar un vínculo, se conoce más a fondo cómo es ese niño con el que trabajaremos, cómo se desenvuelve en diversas situaciones y así mismo, damos a la madre y al padre de familia la confianza de que su hijo será atendido si presenta alguna incomodidad o sentimiento que pueda generar un llanto o situación un poco complicada para ellos como papás.
Este principio lo vamos a poder aplicar a la hora de presentarnos con Ema, generar un vínculo con él al momento de iniciar nuestras experiencias. Vamos a priorizarlo a la hora de dar inicio con ellas, ya que por lo que comenta la mamá, Ema no se relaciona mucho con gente externa a su familia, por lo que necesitamos generar ese vínculo antes de empezar con nuestras experiencias, para así, poder ser una persona conocida y retenerlo en momentos de alguna situación complicada durante las mediaciones, para que la mamá pueda estar tranquila de que es atendido de una manera amorosa y comprensiva durante cada experiencia.
“El ejercicio de la función lúdica se torna un factor importante para que el alumno aprenda a producir, respetar y aplicar las reglas de juego, como prefigurando la vida desde la creatividad y el sentido de curiosidad y exploración.” (Ochoa, Pedagogía del conocimiento, pág. 167)
Pensamos en seleccionar este principio basándonos en que para nosotras como pedagogas el juego es la herramienta más útil a lo largo del proceso de aprendizaje, en donde este les ayuda a generar muchas experiencias enriquecedoras, generar destrezas motoras y a relacionarse con los demás, dando así, paso a nuestras intenciones con Emanuel, en donde queremos que él aprenda a desarrollar su lenguaje de la etapa pre-lingüística a la lingüística, y así implementar estrategias en donde podamos fortalecer esas características del desarrollo que van por buen camino y promover espacios de juego en donde podamos fortalecer aquellas que se le dificultan más.
Nosotras esogimos este principio ya que nos parece muy oportuno, debido a que el trabajo con Emanuel lo hemos pensado con estrategias lúdicas que nos aporten a conocer qué experiencias son más ricas en aprendizaje, le ayudamos a que se desenvuelva en su mismo contexto, pero esta vez, generando alguna acción distinta para que pueda superar los retos que en las experiencias que vamos a realizar con Emanuel sean pertinentes a su edad de desarrollo.
Este principio lo vamos a evidenciar en las dos experiencias que vamos a realizar, en donde nuestro centro será que Ema pueda empezar su etapa lingüística de manera lúdica, para que pueda generarse un disfrute. La mamá nos comentó diversos gustos de Ema a la hora de jugar, por lo que eso lo vamos a tomar en cuenta en nuestras experiencias para realizar una enseñanza lúdica de acuerdo con las preferencias que Ema posee e ir entendiendo su proceso de aprendizaje paulatinamente y siendo flexibles a sus cambios de gustos durante el proceso.
“El ambiente que rodea al educando puede y debe prepararse, diseñarse como entorno de aprendizaje para influenciar su estructura cognitiva y valorativa en su formación que representen la creatividad espontanea del alumno” (Ochoa, Pedagogía del conocimiento , pág. 166)
En nuestro caso, elegimos el del entorno de aprendizjae porque sabemos que el entorno es un tercer docente, que nos potencializa aquellos momentos en los cuales, Emanuel va a poder desarrollarse en un espacio que sea valorativo y de formación espontánea del alumno.
Decidimos escoger este principio porque, ya que vamos a trabajr con la Familia Madrigal Cordero en su casa de habitación, creemos pertinente tener espacios dentro de hogar que no se vean a como siempre se ven, en donde Emanuel pueda generar su propio aprendizaje de manera segura, ya que nosotras como mediadoras, observamos determinadamente para entender que sucede en el lugar y como se desenvuelve Emanuel ante ciertos estímulos que genera el ambiente.
Para nuestras experiencias, este principio lo vemos muy importante, ya que como vamos a trabajar en el hogar de Ema, en donde su familia nos abren las puertas para conocerlo en el contexto del día a día, es importante preparar el entorno. Hemos aprendido que el ambiente es un tercer educador, por lo que creemos prudente que en nuestras experiencias, nosotras podamos preparar el entorno de aprendizaje de manera que en las experiencias Ema pueda sentirse cómodo para realizarlas, en donde nuestras ideas puedan ser plasmadas con anticipación, preparar el material lúdico y utilizar los que Ema ya conoce, para no cambiarle su ambiente por completo y no afectar su desarrollo integral por cambios bruscos que se genere en su rutina (ya que por lo que nos indica la mamá Ema es una persona rutinaria).
Referencias Bibliográficas:
Ochoa, R. F. (s.f.). Pedagogía del conocimiento. Recuperado el 02 de mayo de 2022
Villalobos, D. E. (2017). Guía pedagógica para niños y niñas desde el nacimiento hasta los 4 años . San José : Ministerio de educación pública . Recuperado el 03 de mayo de 2022