CREAMOS NUESTRO ENTREMÉS

Sabemos ya que el entremés titulado "El retablo de las maravillas" (Cervantes, 1615) tiene raíces populares y que el tema del objeto mágico que solo puede ser visto por determinadas personas aparecía ya en uno de los cuentos del Conde Lucanor, donde el nacimiento legítimo se convertía en el condicionante para poder ver el retablo. Dos siglos después, Cervantes añadió una segunda condición para contemplar el retablo: el de la limpieza de sangre, con lo que consiguió adaptar el texto al espectador de su época. Y, ya en el siglo XIX, Hans Christian Andersen retomó este tema, pero estableciendo la inteligencia como criterio para ver el retablo.

Esta REESCRITURA Y ACTUALIZACIÓN DEL TEMA DEL RETABLO continúa en el siglo XX, tal y como lo demuestra María José Caamaño Rojo en “La escritura contemporánea de “El retablo de las maravillas” de Cervantes y sus posibilidades didácticas”. En este artículo, se habla, en concreto, de tres autores del siglo XX:

      • Manuel Altolaguirre (1905-1959), basándose en el entremés cervantino, publicó en 1958 una obra de teatro, Las maravillas, que él mismo se encargó de adaptar al cine. Allí sustituyó el retablo por una pantalla de cine y situó a los personajes en EEUU, en el momento de la ley seca, haciéndoles creer en la existencia de un filtro maravilloso capaz de cambiar el sabor del agua en whisky.

      • Rafael Dieste (1899-1981) también se basó en la pieza cervantina para escribir Retablo de fantoches (1937). La acción se sitúa en plena Guerra Civil y los burlados son las autoridades de un pueblo, a quienes se les hace creer que solo podrán ver el retablo las personas que estén libres de marxismo, sindicalismo y anarquismo. Los personajes fingen ver el retablo para evitar que caiga sobre ellos la más mínima sombra de sospecha y son unos campesinos los encargados de descubrir el engaño. Como vemos, Rafael Dieste, al igual que hizo Cervantes, aclimató el texto a la realidad de su época y utilizó su obra para hacer propaganda del bando republicano.

      • Lauro Olmo (1922-1994) escribió en 1965 Nuevo retablo de las maravillas y olé, donde sustituyó el tradicional retablo por un periódico. En este caso, la condición para poder verlo es doble: no podrán contemplarlo las personas que tengan ideología política de izquierdas y aquellas que no hayan sido concebidas dentro de un matrimonio legítimo. De esta manera, el autor denuncia la represión propia de la dictadura. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre en los textos anteriores, en la obra de Lauro Olmo no se descubre el engaño final, es decir, no hay personajes desmitificadores que acaben con el engaño.

TAREA

Nosotros, al igual que todos estos autores, reescribiremos y actualizaremos el texto clásico para crear una obra teatral que sirva para denunciar en clave humorística un determinado tema de actualidad y la hipocresía que lo rodea. Saquemos la verdad a la luz. Porque vivimos en un mundo lleno de hipocresía en el que a menudo triunfan las apariencias, las mentiras y la doble moral, y en el que la verdad y la sinceridad son las grandes perjudicadas.

Para ello, seguiremos los pasos que se indican a continuación:

PASO 1. Planificamos

Pensamos en la historia que vamos a contar, para lo que utilizaremos la plantilla para la planificación del guion y la estructura cooperativa denominada "Torbellino de ideas".

PASO 2. Escribimos el guion

Redactamos un primer borrador en el que aparecerán los siguientes elementos:

    • Una acotación inicial (en letra cursiva) que describa el escenario y los personajes que aparecerán en escena, aparte de todo aquello que creamos que pueda ser de ayuda a la hora de representar la obra.

    • Acotaciones intermedias (entre paréntesis y en cursiva). Harán referencia al tono de voz de los personajes, sus movimientos, etc. (por ejemplo, "levantándose del suelo", "murmurando", "alzando la voz", "mirando de reojo"…).

    • Diálogos. Irán precedidos del nombre del personajes que va a hablar. Pueden aparecer también apartes, en los que uno de los personajes se dirige al público como si los demás personajes no pudieran oírle.

Una vez redactado y revisado el primer borrador y todos aquellos que consideremos necesarios, escribiremos la versión definitiva. Su extensión será, aproximadamente, una o dos caras de una hoja escrita en Arial 12. En cualquier caso, conviene hacer una lectura previa del guion para comprobar que el tiempo de representación oscile entre los dos y los cinco minutos.

PASO 3. Lectura dramatizada o representación de la obra

Después de redactar el guion definitivo, tenemos dos opciones:

      • Hacer una lectura dramatizada de la obra y grabarla.

      • Representar la obra en vivo y grabarla.

En el primer caso (lectura dramatizada), la intervención de cada personaje la leerá una persona distinta, y no se leerán las acotaciones. Además, el audio irá acompañado de una breve introducción en la que se cite el título del texto y todos aquellos datos que se consideren necesarios.

En el caso de que se opte por la representación en vivo de la obra, en el escenario aparecerán tantas personas como personajes aparezcan en la misma. Los alumnos y alumnas que no tengan un papel en la representación pueden asumir otros roles, como el de grabar la representación o preparar el decorado, por ejemplo.

RECURSOS Y CONSEJOS

Recursos y consejos para la grabación de la lectura dramatizada

Seamos profesionales: antes de grabar el texto definitivo, es muy importante realizar varios ensayos previos. Solo cuando seamos capaces de leerlo con expresividad y de una manera fluida y natural, estaremos en disposición de llevar a cabo la grabación definitiva. Para ello, buscaremos un lugar libre de ruidos e interferencias que puedan restar calidad a nuestra grabación.

En cuanto a recursos, podemos utilizar un dispositivo móvil, una grabadora digital o un grabador en línea (por ejemplo, online voice recorder). También puede utilizarse Audacity, un editor de audio libre que podemos instalar en nuestro ordenador o descargar en un lápiz de memoria en el caso de que utilicemos la versión portable. En Tu primer podcast (I): Grabación de audios, de Conecta 13, se pueden encontrar más aplicaciones para grabar un audio, además de algunos consejos útiles.

Por otro lado, la grabación de nuestra obra de teatro, al igual que ocurre con el radioteatro (también llamado teatro radiofónico), carecerá de un aspecto importante del teatro: los componentes visuales, por lo que sería importante no solo que cuidáramos de manera especial la locución sino que también nos sirviéramos de música (con licencia Creative Commons) y efectos de sonido para que el oyente se sumerja en la historia.

Para editar el audio, la mejor opción es Audacity, en su versión portable o de escritorio. El documento titulado Audacity. Manual rápido te ayudará a recordar el manejo básico de esta herramienta.

Recursos y consejos para la grabación en vídeo de la representación teatral

Antes de grabar en vídeo nuestra representación teatral, es imprescindible también que realicemos varios ensayos porque es muy difícil que salga todo bien a la primera y disponer de un lugar tranquilo, libre de ruidos y con una iluminación adecuada.

En cuanto a recursos, podemos hacer la grabación con una cámara de vídeo o con un dispositivo móvil. En cualquier caso, para que la imagen no se mueva y la grabación tenga un mínimo de calidad, es conveniente utilizar un trípode, apoyar la cámara o el dispositivo móvil en un lugar estable o sujetarlo con firmeza.

Una vez grabado el vídeo, podemos editarlo para mejorar su estética y, sobre todo, para añadir una diapositiva inicial con el título de la obra y una diapositiva final con los créditos (autores de la obra, nombre del instituto, curso académico…). Estas son algunos de los programas y apps más habituales para editar vídeo. Podéis utilizar el que os resulte más cómodo:

EVALUACIÓN

Las diferentes tareas que llevaremos a cabo serán evaluadas mediante rúbricas, por lo que conviene revisarlas con atención antes de emprender la tarea: