Debe apoyar el proceso de formación del estudiante.
Debe estar al lado siempre del estudiante: guiándolo en sus decisiones y consecuencias.
Debe guiar al estudiante a tomar decisiones adecuadas según sus necesidades, conveniencias y factibles aspiraciones.
Debe elaborar un plan de acción y llevar un registro de las actividades. La organización facilitará sus funciones.
Debe promover el proceso de concientización en el estudiante sobre sus posibilidades, logros y responsabilidades; con esfuerzo, reflexión y tenacidad.
Debe involucrar a la familia cuando el caso lo amerite.
Debe mostrar siempre: seguridad, amabilidad, disponibilidad y respeto.
Debe tratar a cada estudiante de manera particular. Cada caso es único y como tal debe ser tratado.
Debe tomar el tiempo necesario para alcanzar las metas y los objetivos. Todo proceso implica un lapso.
Debe acompañar a cada estudiante a vivir su adolescencia de forma armónica.
Los valores no se enseñan, se ejemplifican en la cotidianeidad.
La capacidad de escuchar activamente debe ser parte esencial de un Tutor@. Quien no sabe escuchar no podrá comprender objetivamente la situación, y por lo tanto no orientará adecuadamente; o bien, expondrá con base en lo que “escucho”, ideas incompletas, erróneas o contraproducentes.
Puntos de reflexión:
No trates de adivinar lo que va a decir el alumn@, si lo haces dejarás de ponerle atención.
Si pusiste atención en una plática, seguro recordarás fácilmente lo que te ha dicho esa persona en su última conversación. (En la tutoría es mejor tenerlo por escrito).
No dejes de poner atención aún al escuchar algo en lo que no estás de acuerdo.
No hables por teléfono al mismo tiempo que atiendes a un estudiante.
Mira a los ojos del alumno que te está hablando.
El poder resumir lo que te acaban de decir, es un buen ejercicio para saber si estas realmente escuchando.
Parafrasear lo que dijo, es síntoma de una buena escucha y confirma lo dicho.
No creas que son cosas triviales lo que estas escuchando, para los alumn@s pueden ser problemas realmente importantes.
Muestra interés y trata de a animar a la otra persona para que te siga comentando. (Sin llegar a ser inquisitivo o llegar al morbo).
No simules prestar atención al estudiante sólo por educación.
No critiques la forma de expresión o de hablar de quien te platica.
Trata de tener tus pensamientos hacía el alumno que te está hablando.
El recordar casi siempre el rostro y la mirada de tu interlocutor es parte de la buena escucha.
El pedir más información al que te habla cuando no entiendes algo, es muestra de interés.
No te muestres inquiet@ cuando ya quieres irte y terminar la conversación. Es mejor planear otra cita.
No interrumpas y permite que termine de hablar la otra persona.
Manifiesta con gestos o movimientos tu interés por lo que te están diciendo. Recuerda que el lenguaje corporal es muy importante.
No pongas atención sólo en lo que te interesa a ti.
No trates de terminar o adivinar la frase que el alumno@ esta diciendo.
No juzgues al estudiante sólo por lo que te dice.
Trata de concentrarte en lo que te esta diciendo el alumn@ y no en su aspecto.
Pon de tu parte para que la otra persona se sienta cómoda durante la conversación.
No camines o apresures el paso al mismo tiempo que el alumn@ desea conversar contigo.
No mires el reloj continuamente, ya que el mensaje que envías es de no tener interés.
Trata de intervenir asertivamente en el discurso cuando haya dispersión o confusión en el alumn@.