Enterramientos

El pueblo egipcio creía firmemente que había vida después de la muerte, una vida mucho mejor que la terrenal; pero para poder disfrutar de esa segunda oportunidad, los cuerpos debían permanecer intactos.

¿Cómo lo conseguían? Para evitar que los cadáveres acabaran pudriéndose, los embalsamaban. Esto significa que se vaciaban, se secaban y se envolvían con vendas. Una vez que terminaba el proceso, las momias se enterraban en tumbas con alimentos y algunas de sus pertenencias (peines, vasos…) para utilizar en el más allá.

Cuanto más importante era la persona, más importante era su tumba. Como es lógico, las de los faraones fueron las más impresionantes y tú las conoces bien: las pirámides.

Entonces, ¿por qué los egipcios momificaban a sus muertos?

La momificación, en síntesis la realizaban para conservar de mayor manera el cuerpo, teniendo en cuenta además su base religiosa, los egipcios creían en la vida después de la muerte, lo cual es la idea básica que sustenta la existencia de esta práctica, en la cual ellos también creían que la muerte significaba una separación entre lo intangible: el ‘ba’, que era para ellos es el alma y el ‘ka’, la energía vital; y el cuerpo tal y como lo conocemos

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Anubis

Según la mitología egipcia, Anubis se encargaba, además, de conducir al muerto hasta el tribunal presidido por el dios Osiris, donde debía someterse al juicio que dictaminaría si era digno o no de vivir eternamente en el paraíso