En primer lugar pasamos con la balanza 14.9 g de bórax para preparar la disolución. Para poder introducir el bórax en el líquido vamos calentando 150 mL de agua hasta que esté templada. Una vez tenemos la solución le introducimos una cuerda y la dejamos reposar. Al cabo de varias horas podemos observar como las sales se pegan a la cuerda y el líquido se queda abajo. Ahí obtenemos los cristales.
Este proceso lo repetimos con varias sales a lo largo de los días y obtuvimos los siguientes resultados:
Con el sulfato de cobre conseguimos unos cristales bastante grandes. El color azul se debe al cobre, no a tinte.
El sulfato de cobre tiene una solubilidad en 20ºC de 20,7g/100mL.
Sulfato de Magnesio:
Para el siguiente experimento es necesario calentar el agua (130 mL) y echarle colorante verde. Calentar y echar a la mezcla de sulfato de magnesio que se está agitando. Después verter la mezcla del sulfato y agua en dos recipientes pequeños, que deberán mantener una distancia considerada. Después colocar una cuerda previamente cortada con un extremo en un frasco, y el otro extremo en el otro recipiente, preferiblemente profundo. Entre los dos frascos, la cuerda debería caer sin tocar el suelo, para que suba el agua y caiga desde el centro, que formará una estalactita. Intentamos poner el colorante verde pero al ser un método para la purificacion la sal obtiene su color natural.