INTERCEBS 2026, EVALUA, SUGIERE Y MEJORA
En esta plaza, símbolo de encuentro y tradición, ellos más que un espacio: han compartido una vida. Su presencia ha acompañado a la comunidad por medio siglo de matrimonio.
Cada lunes sin falta, venden semillas en este lugar que ha sido testigo de su historia y la de toda la comunidad. Ellos, al igual que muchos otros comerciantes, han sido parte de esta plaza que da identidad a mi municipio, ixtlahuaca. Su constancia ha acompañado a generaciones, convirtiéndose en parte del paisaje y del corazón del pueblo.
Esta foto no solo muestra una escena cotidiana, sino la historia viva de dos personas que han echado raíces donde florece la identidad de mi comunidad.
Capture una foto impresionante a través de un telescopio, y el resultado es una imagen de una luna menguante que muestra la belleza celestial en todo su esplendor, la luz tenue de los astros ilumina toda la oscuridad de nuestro bonita comunidad Cedral San Luis Potosí, creando un contraste visual impactante en el espacio
A través del telescopio, tome una impresionante fotografía de una luna llena, que brilla con una luz radiante y llena de detalles la fotografía muestra la superficie lunar con caracteres , montañas y una luz intensa que iluminó toda nuestra bonita comunidad de Cedral San Luis Potosí aquella bonita noche nublada al igual que toda la oscuridad del espacio.
Fotografía tomada en el atardecer de un campo, donde el reflejo de los rayos del sol chocan con un mesquite y sé complementan con la naturaleza del paisaje.
Una tarde en donde termina de caer la lluvia y en donde mi corazón se quiebra, como si la lluvia supiera de mis sentimientos.
La conexión que se refleja entre el mundo de los vivos y los muertos, como símbolo de unión y como guía a casa por solo una noche.
Datze significa “soledad” en otomí y es el nombre de mi abuelita, quien aparece en la fotografía. La imagen la tomé en la Ciudad de México como un pequeño homenaje a ella y a muchas personas indígenas que, al visitar o mudarse a estos entornos urbanos, terminan en una ciudad que pocas veces se detiene a mirarlas.
La idea nació al observar cómo, aunque están rodeadas de gente y edificios, estas personas parecen caminar solas. Porque dejar su mundo, sus raíces, su gente y su familia para entrar en una ciudad ajena no solo es difícil, sino también doloroso. Decidí dejar el fondo en blanco y negro y mantenerla a ella en color, porque su historia, su identidad y su presencia merecen sobresalir en un lugar que tiende a invisibilizar.
Para mí, esta foto no solo muestra una parte de mi comunidad, sino también de mi historia, de mi familia y de todo lo que amo. Datze es más que una imagen, es un reflejo de muchas personas como mi abuelita, que han tenido que dejar su tierra, su casa y su gente para caminar en medio de una ciudad que no siempre las ve y entre rostros que no las reconocen. Son historias que duelen en silencio, que se cargan en la mirada y en el andar, pero que merecen ser contadas y recordadas. Porque aunque el tiempo pase y la modernidad avance, nuestras raíces siguen vivas en quienes las portan… y ellos nunca deberían caminar solos.
Quise tomar esta foto por que en ese momento las nubes formaban a un fénix y quise plasmar esta bonita foto , además que el día estaba muy bonito todo estaba donde debería de estar simplemente salió perfecta
Un puesto de artesanías en Real de Catorce al caer la noche, después de una gran bailada en donde se disfrutó de mucha cultura de México.
Esta foto la quise tomar por que aunque haya oscuridad siempre está esa luz presente en nuestras vidas
La fotografía de este callejón no solo retrata el entorno histórico de la comunidad con sus calles de piedra y muros rústicos, llenos de carácter y belleza, sino que también captura la esencia de una celebración vibrante que refleja la riqueza cultural del lugar. Cada detalle en la imagen nos transporta a un espacio donde la tradición y el arraigo relucen en cada rincón, evocando el pasado mientras celebran el presente. La disposición de las luces, cuidadosamente suspendidas sobre el camino, agrega un aire de misterio y profundidad, proyectando sombras y destellos que realzan la textura de los muros y la disposición de las piedras en el suelo. Este juego de iluminación crea una atmósfera envolvente y mágica, donde el tiempo parece detenerse para permitirnos contemplar la armonía entre lo natural y lo creado por el hombre.
Podemos apreciar también cómo los elementos artificiales, como las luces y los empedrados muros, se integran con la naturaleza circundante, formando un espacio que transmite identidad y pertenencia. Las flores que adornan las estructuras añaden un toque cálido y festivo, reafirmando la conexión entre la comunidad y sus tradiciones. En cada piedra, en cada reflejo de luz, se percibe la historia de quienes han transitado por este callejón, convirtiéndolo en un testimonio vivo de la memoria colectiva. Al fusionarse estos elementos, la imagen cuenta una historia de orgullo y celebración, un relato visual que nos invita a sumergirnos en el alma de esta comunidad.
Fotografía tomada en los campos de siembra de Guadalupe Cachi, Ixtlahuaca, Estado de México. La imagen resalta la riqueza cultural y la importancia del sector primario, representado por la agricultura, una actividad ancestral de profundo impacto social, económico y ambiental. La figura femenina porta orgullosamente vestimenta tradicional mazahua: faja, corte, nagua y saco, símbolos de identidad y herencia cultural. Esta escena busca rendir homenaje al trabajo campesino y a las raíces que sostienen nuestras comunidades.
Lo rural y lo urbano a veces, por simple analisis, parecen ser dos cosas diferentes, pero creo todo lo contrario, creo que a veces no vemos lo suficiente.
Y es que al uno regularmente al vivir la vida de una forma general, deja de ver los detalles, los más pequeños. Una esquina es uno de ellos, es para muchos el simple canal de tránsito principal de una comunidad urbana, puede parecer no tener nada interesante, pero si vemos esos detalles, si los buscamos, lo encontramos.
Encontramos una foto que muestra la perfecta unión de dos mundos, la belleza de lo que es simplemente un elemento urbano, como lo es la esquina, sumado con naturaleza predominante de zonas rurales, todo esto acompañado de un hermoso atardecer.
Esta foto representa para mí, un recordatorio de que los dos mundos, no están separados y que a veces, solo a veces, necesitamos abrir bien los ojos para encontrar la belleza de la unión, buscar los pequeños detalles.
En esta imagen se muestra una escena nocturna capturada en el centro de Hopelchén, Campeche, un lugar emblemático que representa la identidad cultural de nuestra comunidad, al fondo se observa una torre de reloj, de colores rojo y amarillo, con la inscripción “Mayo 5 de 1911”, una fecha significativa que conecta con la historia local y que forma parte del patrimonio urbano del municipio esta torre es más que un punto de referencia: es un símbolo de tiempo, permanencia y memoria de generaciones, justo frente al reloj se encuentran las letras monumentales. “HOPELCHÉN”. Estas letras están decoradas con elementos culturales y colores que representan la riqueza del pueblo maya en ellas se aprecian formas geométricas, flores, aves y motivos tradicionales que celebran el arte, la naturaleza y la cosmovisión de nuestra gente en primer plano a la derecha, se observa a una mujer adulta mayor que viste un huipil, prenda tradicional bordada a mano que forma parte de la identidad de las mujeres mayas, su expresión serena su postura firme y su vestimenta son reflejo del arraigo cultural que aún se vive con fuerza en Hopelchén.
Esta mujer representa a las abuelas sabias que conservan y transmiten tradiciones con amor y dignidad, la escena transmite respeto, paz y orgullo por nuestras raíces, tradiciones y cultura.
El reloj chenero fue instalado en el año de 1911, se encuentra en una torre a un costado de la iglesia católica de San Antonia de Padua el reloj fue donado por Don pedro Advincula Lara fue construido en Berlín, Alemania.
La torre del reloj fue construido por manos de albañiles locales del municipio y de la comunidad de San Juan Bautista Sahcabchén actualmente el reloj cuenta con 114 años contando el paso del tiempo que forma parte de la historia de nuestro pueblo.
Hace unos meses tuve un mal momento, día malo tras día malo. Por las tardes, salía a observar la presa de mi pueblo, el sol se escondía dando la mejor tarde, fue así que descubrí un nuevo pasatiempo, observar el atardecer cada tarde. Me di cuenta que a pesar de haber tenido un mal día, el cielo y sus colores, me hacían sentir que el día siempre podía tener un final hermoso, con unos minutos de paz y felicidad.
Fotografié específicamente este lugar, por la esperanza que transmite y por la paz que da, mencionando que la combinación de el agua, los árboles, los pájaros y los peces, es hermosa.
Con el tiempo me di cuenta que pocas personas suelen ir a pescar, a sentarse y solo observan la tarde, en familia, solos o con amigos. Es un escape del caos.
Realizando un viaje con mi familia, fuimos a las minas de tiza, un lugar hermoso en medio de la naturaleza. Al ver este árbol en una de las cuevas, me di cuenta que pasábamos tanto tiempo en la realidad de nuestro teléfono, que no nos dábamos cuenta de nuestra propia realidad y de lo que hay afuera. Me pareció un reflejo tan lindo de lo que demuestra Tlaxcala y sus descubrimientos en su estado, dando a conocer lo linda que es la naturaleza y como debemos de vivir más en ella y con ella.
Elegí este lugar ya que la arquitectura de mi parroquia se encuentra con la serenidad de la noche, un rincón mágico que captura la esencia de mi municipio.
Se aprecia el atardecer, la iglesia de Hueyotlipan que se alza como un faro de paz y belleza arquitectónica, un lugar donde los turistas aprovechan para tomar fotos y sobre todo presumir la riqueza de mi municipio al contemplar esas letras de colores, para apreciar lo bonito que es.
La imagen muestra una escena nocturna que combina dos elementos profundamente simbólicos: el escudo nacional de México y la presencia de una mujer indígena maya al centro de la imagen se encuentra un monumento que representa el escudo nacional: un águila real devorando una serpiente, posada sobre un nopal. Este símbolo patriótico, tallado en relieve y pintado en color dorado, resalta por su iluminación y se convierte en un punto focal de orgullo e identidad nacional.
Junto al monumento se encuentra una mujer adulta, vestida con un hipil tradicional blanco, decorado con flores bordadas en tonos vivos, así como un rebozo blanco sobre los hombros su vestimenta es parte esencial de la cultura maya viva que se conserva en Hopelchén.
Ella representa a las mujeres que han heredado conocimientos, tradiciones y costumbres que hoy siguen siendo parte del día a día su presencia en la fotografía es poderosa: su postura firme, su mirada serena y su conexión con el entorno reflejan dignidad, sabiduría y orgullo.
La iluminación cálida que recae sobre ella y el monumento crea un ambiente solemne y reflexivo.
El contraste entre el símbolo nacional y la mujer maya no es una oposición, sino una armonía: juntos representan la fusión entre lo indígena y lo mexicano, mostrando cómo la historia y la cultura caminan juntas esta imagen es un homenaje a las raíces profundas de nuestra comunidad, donde las mujeres son el alma de las tradiciones y donde cada rincón guarda historias que merecen ser contadas.
La escultura fue tallada y labrada en piedra por el pintor y escultor Don Felipe Solís distinguido chenero por sus pinturas y obras talladas en piedra el 31 de Diciembre de 1961
Es Una Estructura Conmemorativa A La Mina, Que Presenta El Rostro De Un Minero con Casco, Símbolo del Esfuerzo y Dedicación deQuienes Trabajan En La industria Minera.
Esta fotografía es en relación a las raíces vivas del municipio de Ixtlahuaca, como lo es su gente, su naturaleza, su historia y su cultura. Las raíces evocan los lazos familiares, el trabajo colectivo y las tradiciones que han dado forma a esta comunidad por generaciones. Las raíces que viven nos recuerdan que la verdadera fortaleza de Ixtlahuaca no solo está en lo que florece, sino en lo que permanece firme bajo la superficie, los valores, la cultura, de, religión y el espíritu de quienes la habitan.
En este hermoso atardecer, la flora se baña en una cálida luz dorada que se filtra a través de las nubes. Los nopales, con sus pencas espinosas y suaves, se alzan majestuosamente hacia el cielo, mientras que las plantas circundantes añaden un toque de color y vitalidad al paisaje. La luz del atardecer proyecta sombras largas y suaves, creando un contraste armonioso entre la luz y la oscuridad. El cielo se tiñe de tonos cálidos, creando un espectáculo visual impresionante. La naturaleza está en perfecta armonía, con toda la flora disfrutando de la cálida brisa y la luz del atardecer.
Antiguo camión abandonado siendo consumido por la naturaleza
Yo elegí tomar la foto por que los colores del atardecer son muy lindos, representa toda la dedicación a la minería y es una honra el esfuerzo que hacen día a día, conmemora la rica historia y arduo trabajo de los mineros.
Una majestuosa iglesia se alza en el centro del paisaje, rodeada de árboles que se mecen suavemente en la brisa. El cielo azul, añade un toque de serenidad y paz a la escena. La iglesia, con su arquitectura elegante y su campanario prominente, parece ser el punto focal de la imagen. Los árboles, con sus ramas extendidas y sus hojas susurrantes, añaden un toque de naturaleza y vida al paisaje. La luz del sol ilumina la escena de manera cálida y acogedora, creando un ambiente de paz y tranquilidad. La esencia de un momento perfecto, donde la arquitectura y la naturaleza se unen en armonía. La iglesia y los árboles, bajo el cielo azul, crean una escena que invita a la reflexión y la contemplación. La foto es un testimonio de la belleza de la naturaleza y la arquitectura, y cómo pueden coexistir en perfecta armonía.
El Ágora me gusto para representar Fresnillo, Zacatecas por que se me hace muy cultural emblemático que combina historia, alberga un museo con espacios dedicados a la minería, arte y personajes de Fresnillo