Teorías Constructivistas

En esta sección, se explica a grandes rasgos sólo algunas de la gran variedad de teorías constructivistas que existen. Además, se muestran algunas orientaciones didácticas para utilizar estas teorías en el aula.

Pragmatismo

El conocimiento surge como resultado de los procesos que “transforman una situación problemática en una resuelta” (Dewey, 1929, p. 242). Dewey (1929a) propone la idea de que la interacción es “un rasgo universal de la existencia natural” (p. 244), y la acción es ese modo de interacción que emana del organismo. Conocer no es algo que se impone desde el exterior (a lo que se refiere como 'teoría del conocimiento del espectador'), sino algo que ocurre dentro de la naturaleza (desde el organismo), 'un acto que modifica lo que existía previamente' (p. 245) .

Aquí hay algunas formas de llevar los principios de John Dewey al aula. Recuerda que estos principios son solo una guía y que es importante adaptarlos a las necesidades y contextos específicos de tus estudiantes y asignaturas. El objetivo es fomentar un ambiente de aprendizaje activo, participativo y significativo que promueva el desarrollo integral de los estudiantes.

Constructivismo Histórico Social

Esta teoría sugiere que las culturas humanas desarrollen herramientas culturales para resolver problemas. La mayor de estas herramientas, según Vygotsky, es el lenguaje. Esta teoría considera que necesitamos desarrollar un pensamiento de alto nivel, que puede comenzar a una edad muy temprana. Por ejemplo, los niños muy pequeños exhiben un pensamiento abstracto cuando usan materiales neutrales en su juego para representar algo en su juego, como un palo para 'montar' como un caballo o tal vez una caja, para usar como garaje, sala de hospital o tienda. . Tal abstracción (por ejemplo, de un palo a un caballo) prepara a los niños para usar la representación simbólica en el aprendizaje científico posterior. Este uso temprano de símbolos es clave para desarrollar el pensamiento abstracto en el aprendizaje de las ciencias.

A continuación, se presentan algunos pasos que puedes seguir para utilizar el andamiaje en el aula. Recuerda que el andamiaje es un proceso gradual y flexible. A medida que las y los estudiantes adquieren confianza y competencia, el nivel de apoyo puede ir disminuyendo. El objetivo final es que desarrollen habilidades independientes y se conviertan en aprendices autónomos.

Epistemología Genética

La explicación constructivista del aprendizaje de Piaget ve al aprendiz activamente dando sentido al mundo reflexionando sobre las consecuencias de los propios pensamientos y acciones del aprendiz en el entorno físico y social. Entonces, lo que se aprende es tanto una consecuencia de la comprensión actual del mundo por parte del estudiantado, como de cómo es realmente el mundo. 

A continuación, se presentan algunas formas en las que puedes aplicar los principios de Piaget en el aula. Recuerda que cada estudiante es único y puede desarrollarse a su propio ritmo. Utiliza los principios de Piaget como guía, pero también considera otras teorías y enfoques pedagógicos.

Cognición situada

La cognición es fundamentalmente una actividad social, y se distribuye entre los miembros de una comunidad de aprendizaje y ese conocimiento se sitúa en los contextos, culturas y actividades en los que se produce y utiliza.

Aquí hay algunas ideas sobre cómo aplicar la cognición situada en un aula de bachillerato. Es importante recordar que cada grupo de estudiantes y cada contexto son diferentes. El personal docente debe adaptar las estrategias y enfoques a las necesidades y características específicas de sus estudiantes para garantizar una experiencia de aprendizaje significativa y efectiva.

Aprendizaje basado en proyectos: En lugar de simplemente enseñar teoría y conceptos abstractos, se pueden diseñar proyectos en los que las y los estudiantes enfrenten desafíos auténticos y resuelvan problemas del mundo real. Por ejemplo, en una clase de ciencias, podrían investigar y proponer soluciones a un problema ambiental local.

Aprendizaje colaborativo: Fomentar la colaboración entre el estudiantado es fundamental para la cognición situada. Se pueden crear actividades en las que trabajen en equipos para resolver problemas, discutir ideas y construir conocimiento juntos. Esto les permite aprender de las perspectivas y experiencias de sus compañeros.

Aprendizaje en el entorno: Salir del aula y realizar actividades de aprendizaje en el entorno cercano puede ser una forma efectiva de aplicar la cognición situada. Por ejemplo, en una clase de historia, las y los estudiantes podrían visitar un sitio histórico local y analizar cómo el entorno influyó en los eventos del pasado.

Uso de tecnología: La tecnología puede ser una herramienta poderosa para la cognición situada. Las y los estudiantes pueden utilizar dispositivos móviles, aplicaciones y herramientas en línea para acceder a información relevante en tiempo real, colaborar con otros y crear productos multimedia que muestren su comprensión de un tema.

Reflexión y metacognición: La cognición situada no se trata solo de la acción en el contexto, sino también de la reflexión sobre la experiencia de aprendizaje. Las y los estudiantes deben ser alentados a reflexionar sobre lo que han aprendido, cómo lo han aplicado y cómo podrían transferir ese conocimiento a otras situaciones. La metacognición les ayuda a tomar conciencia de su propio proceso de pensamiento y a desarrollar estrategias de aprendizaje más efectivas.

Constructivismo Social

El constructivismo social es visto como un subconjunto del constructivismo. Bruner definió tres etapas de aprendizaje relacionadas con el pensamiento sobre el mundo, cada una facilitada por el constructivismo social (Bruner, 1960):

A continuación, se presentan algunas estrategias para utilizar los principios de Bruner en el aula de bachillerato. Recuerda adaptar estas estrategias a las necesidades específicas de tus estudiantes y a los contenidos que estás enseñando. La flexibilidad y la creatividad son clave para aplicar los principios de Bruner de manera efectiva en el aula de bachillerato.

Aprendizaje por descubrimiento: Fomenta la exploración y la resolución de problemas por parte del estudiantado. Proporciona oportunidades para que descubran conceptos y relaciones por sí mismos, en lugar de simplemente recibir información de forma pasiva. Se pueden plantear preguntas desafiantes, actividades prácticas y experimentos para estimular el pensamiento crítico y la creatividad.

Enseñanza de estructuras y organización: Ayuda a las y los estudiantes a comprender cómo se organizan y estructuran los conocimientos. Se pueden utilizar esquemas, mapas conceptuales y diagramas para representar visualmente las relaciones entre los conceptos. Animarles a crear sus propias representaciones visuales también puede ser beneficioso.

Aprendizaje en espiral: Introduce conceptos de forma gradual y progresiva, revisándolos y ampliándolos en diferentes momentos a lo largo del curso. Esto permite al estudiantado construir una comprensión más profunda y conexiones más sólidas entre los conceptos. Además, se puede fomentar la revisión regular de los temas anteriores antes de introducir nuevos contenidos relacionados.

Aprendizaje contextualizado: Relaciona los conceptos y contenidos con situaciones y contextos reales, para que el estudiantado pueda comprender su relevancia y aplicabilidad. Utiliza ejemplos y casos prácticos que sean significativos para la y los estudiantes, relacionando los contenidos con su entorno, experiencias y áreas de interés.

Uso de materiales y recursos variados: Proporciona una variedad de recursos y materiales educativos, como libros de texto, videos, recursos en línea, experimentos, actividades prácticas, entre otros. Esto permitirá acceder a la información de diferentes maneras, adaptándose a sus estilos y ritmos de aprendizaje individuales.

Aprendizaje colaborativo: Fomenta el trabajo en equipo y la colaboración entre el estudiantado. Puedes organizar discusiones en grupo, proyectos conjuntos y actividades de resolución de problemas en equipo. Esto promueve el intercambio de ideas, la construcción colectiva de conocimiento y el desarrollo de habilidades sociales.

Retroalimentación continua: Proporciona retroalimentación constante y constructiva a las y los estudiantes. Esto les ayudará a entender sus fortalezas y debilidades, y a ajustar su aprendizaje en consecuencia. La retroalimentación puede ser tanto individual como grupal, y puede incluir comentarios verbales, evaluaciones formativas y autocorrección.

Teoría de la Actividad

La Teoría de la Actividad es una teoría orientada a objetos (Engeström & Sannino, 2010). Según Engeström (2001, pp. 136–137), la Teoría de la Actividad se puede resumir en cinco características.

La teoría de la actividad de Engeström es un marco conceptual que se utiliza para comprender las dinámicas de la actividad humana y el cambio social. Puede ser aplicada en diversos contextos, incluyendo el aula de educación media superior. Aquí se presento algunas formas en las que puedes llevar la teoría de la actividad al aula.

Análisis de la actividad: Invita a tus estudiantado a analizar las actividades que realizan en el aula y a identificar los diferentes elementos que conforman esas actividades. Pídeles que identifiquen los sujetos involucrados, los objetivos, las herramientas, las reglas y las divisiones del trabajo. Esto les permitirá comprender cómo se organiza la actividad en el aula y cómo influye en su aprendizaje.

Identificación de contradicciones: Pide a tus estudiantes que reflexionen sobre las contradicciones que encuentran en su experiencia educativa, como la brecha entre lo que se enseña y lo que necesitan aprender, o las tensiones entre las normas escolares y sus propios intereses. Luego, anímalo a proponer soluciones creativas para resolver esas contradicciones.

Amplificación de la actividad: Engeström propone que el cambio social ocurre cuando las actividades se amplifican y se transforman. En el aula, esto implica identificar oportunidades para ampliar la actividad educativa más allá de los límites tradicionales. Puedes fomentar proyectos de investigación, debates, presentaciones o colaboraciones con la comunidad, que permitan a los estudiantes aplicar y extender lo que han aprendido en contextos reales.

Diálogo y negociación: La teoría de la actividad enfatiza la importancia del diálogo y la negociación entre los sujetos involucrados en la actividad. Fomenta espacios de discusión en el aula donde los estudiantes puedan expresar sus opiniones, debatir ideas y participar en la toma de decisiones sobre su propio proceso de aprendizaje. Esto promoverá un ambiente más participativo y colaborativo.

Reflexión sobre la práctica: Al finalizar una actividad o proyecto, invita a tus estudiantes a reflexionar sobre su experiencia y a analizar qué aprendieron, qué obstáculos enfrentaron y cómo podrían mejorar en el futuro. La reflexión sobre la práctica les permitirá desarrollar habilidades metacognitivas y tomar conciencia de su propio proceso de aprendizaje.