Nyumbani es una organización keniana que atiende a niños y niñas huérfanos y/o con VIH. Nyumbani Village, el lugar donde se desarrolla el proyecto, es una ecoaldea-orfanato que acoge a 1.000 niños y niñas en situación de orfandad por causa del VIH y a 100 abuelos y abuelas. Se ubica en el distrito de Kitui, en el condado del mismo nombre, en el sur del país. Opera desde 2006 con la intención de generar oportunidades justas de futuro a su población y de desarrollo sostenible a su entorno.  

El proyecto se desarrolla en una ecoaldea-orfanato que pertenece administrativamente al distrito de Kitui, capital del condado de mismo nombre a 180 kilómetros al este de Nairobi, y ofrece distintas posibilidades de colaboración: educación formal y no formal, atención a necesidades sociales, atención sanitaria, actividades medioambientales, actividades productivas y de apoyo a microemprendimientos para chicos y chicas que terminan su estancia en el orfanato, proyectos sostenibles de generación de energía, construcción, actividades lúdicas para los niños durante sus vacaciones, etc.  

La convocatoria para el verano de 2024 está dirigida a alumnos y alumnas de dos perfiles académicos distintos: estudiantes del ámbito sanitario (enfermería, fisioterapia, medicina) y del ámbito de la gestión empresarial. Cada uno de los dos equipos, además de colaborar en actividades comunes de voluntariado vinculadas al bienestar de los niños y niñas y de los abuelos y abuelas que viven en la aldea, planificará previamente y desarrollará en terreno una tarea concreta:  

• El equipo sanitario desarrollará planes de intervención vinculados a la salud comunitaria en la aldea, incluyendo investigación, diagnóstico y elaboración de propuestas e implementación de proyectos de educación para la salud y otros que mejoren la salud general de la población. 

• El equipo de marketing y comercialización colaborará en un proyecto que pretende impulsar la economía de la aldea, aumentado la visibilidad y la comerciabilidad de los bienes que generan las iniciativas productivas vinculadas al proyecto (la granja y el centro de formación profesional, que produce mobiliario) mediante la aplicación de estrategias de marketing específicas, para estimular el crecimiento económico de las empresas locales. 

Las tareas asignadas a cada voluntario o voluntaria estarán vinculadas a su propia formación académica y se espera que refuercen las capacidades y/o los medios con los que cuenta la aldea y su equipo de profesionales para prestar un mejor servicio a sus habitantes. Por otro lado, la interacción y la convivencia del equipo de voluntarios con los niños y niñas y con los abuelos y abuelas tiene un valor en sí mismo de intercambio y aprecio mutuo. 

La Aldea es una comunidad autosostenible y autogestionada para los huérfanos y ancianos que se han quedado atrás por la “pérdida generacional” que ha causado la pandemia del SIDA. La Aldea pretende formar una nueva unidad familiar integrada por los niños huérfanos que viven con los abuelos (grupo vulnerable y sin recursos), ejerciendo estos últimos como cuidadores. La aldea acoge a 1.000 niños y niñas. 

La Aldea cuenta con un conjunto de infraestructuras que permiten el adecuado desarrollo de la comunidad: viviendas para entre 6 y 12 niños y abuelos, un centro comunitario, una guardería, una escuela primaria, un colegio de secundaria, un centro politécnico, un centro de salud, una unidad administrativa de policía, una casa de invitados, campos de juego, un huerto común y una red de caminos y carreteras. 

Su visión engloba satisfactoriamente tres grandes objetivos: reducir la pobreza en la comunidad, ser una comunidad autosostenible y ser respetuosos con el medio ambiente. 

El horario habitual de trabajo es de 8 de la mañana a 5 de la tarde de lunes a viernes. Los fines de semana son libres, pero los voluntarios deberán consultar para desplazamientos fuera de la aldea particularmente si son a zonas alejadas y suponen no pernoctar en la misma.  

Los niños y niñas en situación de orfandad por causa del VIH, y sus abuelos y abuelas, que viven juntos en la Ecoaldea orfanato.

Todos los estudiantes seleccionados para el programa VUELA recibirán formación común para la participación en las actividades de voluntariado. 

Consulta TU UNIVERSIDAD en los siguientes links para conocer las fechas de formación, el lugar y las condiciones de la misma.  No te olvides de apuntártelas en tu calendario. Esta formación es obligatoria y forma parte del proyecto. 

El acompañamiento en terreno lo realizará la propia organización durante todo el proyecto, así como una persona de las universidades convocantes que acompañará la experiencia en terreno.

La Aldea dispone de una casa para voluntarios y voluntarias en la que se pueden alojar hasta 16 personas a la vez. Cada voluntario o voluntaria puede tener su propia habitación o puede tener que compartirla con otra persona (las habitaciones son para dos). Cada habitación tiene baño propio, pero sin grandes comodidades. Durante algunas horas al día hay agua corriente que puede ser utilizada para el aseo personal y el lavado de la ropa. Hay electricidad, pero funciona a través de paneles solares por lo que, si no hace sol, probablemente haya días que no haya luz ni electricidad. Existen medios de transporte local para llegar hasta las poblaciones vecinas, pero son limitados. Para trasladarse fuera de la aldea hay que coordinarse con el personal responsable.

El coste por voluntario y mes a entregar a Nyumbani por alojamiento y manutención será del entorno de los 400 €, 800 en total por los dos meses de estancia. Cantidad a confirmar en función del tipo de cambio aplicable.   Cada voluntario/a tendrá que aportar individualmente esta cantidad para sufragar los gastos del alquiler y la manutención. Las cantidad final se comunicará previamente a la llegada, así como la forma de pago.  

La información sobre la posibilidad y condiciones de apoyo económico a estos conceptos la encontrarás a continuación, consultando TU UNIVERSIDAD:

El estudiante asume la gestión y el pago de los traslados al lugar de intervención, y deberá informar a la universidad de referencia del proyecto sobre la fecha y hora de llegada con, al menos, 15 días de antelación.

El avión, ida y vuelta, cuesta entre 500 y 700 euros, depende de cuando se contrate. Además, Kenia exige un visado que cuesta 51$. Por otro lado, la vida en el Village es bastante austera, no se deberían necesitar más de 150 € al mes, sin contar con regalos o souvenirs, y solo para gastos personales. Sin embargo, si se planea viajar después hay que tener en cuenta que el turismo en Kenia es mucho más caro que vivir en una comunidad local. Conviene informarse previamente sobre los destinos, las actividades y su coste. 

Universidad Pontificia Comillas (Carlos Prieto Dávila).