Debemos aprovechar la luz natural e iluminar artificialmente solo cuando las condiciones de luz resulten insuficientes y nos dificulten la realización de nuestro trabajo.
Debemos apagar las luces y todos los dispositivos eléctricos y electrónicos durante nuestras ausencias (descansos, comidas, reuniones) y al finalizar nuestra jornada laboral. Asimismo, debemos desconectar todos los enchufes que no estén en uso, evitando así un mayor gasto de energía.
Debemos aprovechar la ventilación natural, abriendo las puertas y ventanas a primera hora de la mañana. Así, conseguiremos una mejor calidad del aire y podremos mantener una temperatura óptima que nos aporte comodidad a la hora de trabajar, sin que tengamos que utilizar ningún sistema de refrigeración.
Debemos configurar todos nuestros aparatos electrónicos en modo “ahorro de energía”, para que tras un tiempo de inactividad se apaguen por sí solos.
Debemos intentar utilizar lo menos posible el ascensor, especialmente entre plantas próximas.