Daños medioambientales

La erupción de La Palma emite cada día entre 6.000 y 9.000 toneladas de dióxido de azufre, uno de los gases potencialmente peligrosos que salen de las bocas del volcán. Durante el periodo de actividad volcánica hay emanación de vapor de fuego y agua, pero también salen a la superficie muchos gases tóxicos como el dióxido de carbono (CO2), el dióxido de azufre (SO2), ácido clorhídrico, mercurio, magnesio y bromo y arsénico, entre otros. Por lo tanto; La lava no es el único riesgo.

Respecto a los materiales que expulsa, aunque todavía es pronto y no hay muestras recogidas, por la temperatura a la que sale la lava (1.075 grados), por el tipo de erupción y por las erupciones históricas que ha habido en Canarias, el magma parece ser una composición basáltica. Un magma basáltico puede salir de dos maneras: con o sin explosiones. En el primer caso, sale fragmentado en piroclastos, trocitos de todos los tamaños: ceniza si es menor de 2 mm, lapilli entre 2 y 64 mm y bomba volcánica mayor de 64 mm. El magma que sale a la superficie en forma más tranquila genera las coladas de lava. Pero en todos ellos el material es el mismo, y en este caso parece ser basalto.

El volcán no solo ha destruido la isla, si no que también llegó al mar el 28 de septiembre. Así, se ha formado un delta de 500 metros de ancho y 50 de alto, que es propiedad del gobierno insular, pero este fenómeno también es conocido como "fajana" o "isla baja". Esta nueva "extensión" está compuesta mayoritariamente por basalto. Pero no todo es tan bonito, porque tendrá que pasar mucho tiempo hasta que esa parte pueda ser habitable, y hay cuatro peligros que suelen suceder en estos casos, según el Servicio Geológico de Estados Unidos:

1.Colapsos repentinos de los terrenos y acantilados del litoral 2.Explosiones desencadenadas por los colapsos 3.Olas de agua hirviendo que se generan en el entorno 4.Columnas de vapor tóxico con ácido clorhídrico

Tampoco tenemos que olvidarnos de un fenómeno que poca gente suele relacionarlo con los volcanes; Los terremotos. Estos se producen antes de la erupción inicial, en señal de aviso, y durante todo el proceso. Ya que los terremotos se originan bajo tierra, son muy útiles para poder medir el nivel de actividad del volcán.

Los animales son capaces de escapar por ellos mismos y, en cuanto a las plantas, la ventaja de la flora canaria autóctona es que, a lo largo de millones de años, se han adaptado a las erupciones volcánicas. Por ejemplo, el pino canario las aguanta y brota de nuevo. Las plantas que no aguantan erupciones ya se extinguieron. A nivel de destrucción forestal, es mucho peor un incendio que esta erupción. Además, está habiendo suerte porque no hay viento, y esto dificulta la propagación del fuego.