“Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de Mujer…para que reviviésemos la adopción de Hijos de Dios” (Gálatas 4,5) 

Mayo nos trae novedades, fiestas, recuerdos y contrastes.  Cada uno  lo podemos vivir dando sentido al trabajo, a la clase, a las tareas domésticas,  a la vida en familia, a organizar encuentros con los amigos, a atender a los que más lo necesitan,   a pasear,  a rezar a María...  ¡ha llegado mayo!

Y viene cargado de eventos que nos hacen más familia Monte Tabor: el viernes 10 se gradúan los alumnos de segundo de bachillerato, los días 11 y 12 son las Primeras Comuniones de nuestros compañeros de tercero de primaria, el 17 se despiden los alumnos de 4º de ESO, el 24 nuestros amigos de 3º de infantil celebran su paso a primaria, y el día 31 los mayores, los de 6º, le dicen adiós a la Primaria para dar el salto a la ESO.

Como todos los años ofrecemos a la Mater nuestro cariño en forma de ofrenda floral el día 16.

Cada  mañana, en la oración, recordaremos estos eventos y pediremos por los protagonistas de estos hitos.

Nos sentimos COMUNIDAD, y ¡VAMOS JUNTOS HACIA LO MÁS ALTO!

Hoy vamos a recordar a María, esa persona sencilla a la que el Padre Kentenich tuvo tanto cariño. Pues sí. María fue “una mujer sencilla”, como dice el título de esta reflexión. ¿Quién de nosotros no se daría importancia si su hermano fuera un gran futbolista o un buen cantante? Pues que sepas que, María, a pesar de que muchos seguían a Jesús, nunca pensó en que la gente la reconociera como mujer famosa. Ella sólo quería ser una buena madre queriendo muchísimo a su hijo.

Yo creo que la Virgen María se parece mucho a nuestras madres. Se esfuerzan para que nosotros seamos felices, como lo hizo la Madre de Jesús. Hoy podemos rezar a María para que seamos sencillos como lo fue Ella.

¿Qué espero yo de este mes de mayo?

Esta semana ofrecemos nuestra oración por los alumnos 2º de Bachillerato, que se gradúan el viernes, y nuestros amigos de 3º, que estos próximos sábado y domingo celebran su Primera Comunión. Queremos, junto a ellos, poner los medios para estar en gracia de Dios. 

Oh Señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilizame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.

• Lector: REINA DE LA FAMILIA Y MAESTRA DEL HOMBRE NUEVO

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