Santoral
Semana de la bondad
¿En qué consiste la bondad? En amar a todos los hombres (Confucio)
Para la reflexión
Me pregunto...
Actitud, esa es la cuestión. En la vida, todo es una cuestión de actitud. Con este vídeo podemos reflexionar sobre la importancia de la actitud ante las cosas que nos ocurren.
Las cosas pasan y son como son, no podemos cambiarlas. Pero sí podemos decidir cómo mirarlas, afrontarlas y vivirlas. Tan sencillo y a la vez tan complicado de llevar a cabo. Depende de muchos factores. Hay personas que nacen más optimistas que otras...
La pregunta es, si a pesar de todo, se puede aprender a tener una actitud que nos haga sentir mejor ante las situaciones adversas. La respuesta que nos ofrece el vídeo es que sí podemos darle la vuelta a la tortilla, podemos mirar desde otro lado...
Ante cualquier situación hay dos formas de afrontar lo que ocurre. Cada uno puede decidir cuál de las dos escoge.
Oración
Bienaventurado si, en aquello que haces, no eres negativo: verás que hay muchas cosas positivas en ti.
Bienaventurado si, en lo que realizas, eres inconformista: porque experimentarás que la mano de Dios te empuja a superarte a ti mismo.
Bienaventurado si, en tu camino, no vives de espaldas a los demás: comprobarás que Dios te rodea con gente que te quiere.
Bienaventurado si, en lo que piensas, no buscas solamente tu beneficio personal: alcanzarás felicidad promoviendo el bienestar de los demás.
Bienaventurado si, allá donde trabajas, vas al fondo de las cosas: porque contribuirás a perfeccionar la creación.
Capital de Gracias
Esta semana queremos mejorar en la cualidad de la bondad, queremos ser personas buenas a imitación de Jesús, de María y de los Santos. Ofrecemos al capital de gracias nuestros deseos de mejorar como buenas personas, como personas que hacen el bien, y cada una de las acciones que hacemos para conseguir ser "buenos hombres y mujeres".
Consagración a la virgen
Oh Señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.
En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame, defiéndeme y utilizame como instrumento y posesión tuya.
Amén.
Lector: REINA DE LA FAMILIA Y MAESTRA DEL HOMBRE NUEVO
Todos: ¡Ayúdanos en la misión!