Tomemos unos pinceles y pintemos nuestros corazones y el mundo con más amor, tolerancia, paciencia, misericordia, felicidad y risas.

FRANCES ONDIVIELA 

Ayer celebramos la XXXII Jornada Mundial del Enfermo.

Dar esperanza en la tristeza. 

El papa Francisco nos recuerda que Dios nos creo para amar, para vivir en sociedad. Nos dotó de la capacidad de cuidar a los demás: "Hermanos y hermanas, el primer cuidado del que tenemos necesidad en la enfermedad es el de una cercanía llena de compasión y de ternura. Por eso, cuidar al enfermo significa, ante todo, cuidar sus relaciones, todas sus relaciones; con Dios, con los demás —familiares, amigos, personal sanitario—, con la creación y consigo mismo. ¿Es esto posible? Claro que es posible, y todos estamos llamados a comprometernos para que sea así. Fijémonos en la imagen del Buen Samaritano (cf. Lc 10, 25-37), en su capacidad para aminorar el paso y hacerse prójimo, en la actitud de ternura con que alivia las heridas del hermano que sufre". 

¿Estoy atento al sufrimiento de los demás?

¿Atiendo con ternura, o más bien con impaciencia?

¿Quién me cuida a mí cuando enfermo? ¿Cómo me trata?

Jesús, haznos más responsables con el planeta que tenemos.

Ayúdanos a darnos cuenta de que si no lo cuidamos cada uno de nosotros, seguro que nos va a durar muy poquito.

Que de verdad tengamos pequeños gestos, que transmitan que queremos nuestro planeta.

Que respetemos, que ahorremos, que reciclemos... Señor danos fuerza para conseguirlo.

Hoy ofrecemos al Capital de Gracias nuestro deseo, voluntad y esfuerzo de cuidar y ser bondadosos con el planeta, con toda la Creación de Dios. 

Oh Señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilizame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.

• Lector: REINA DE LA FAMILIA Y MAESTRA DEL HOMBRE NUEVO

• Todos: ¡Ayúdanos en la misión!