29 de enero

3º y 4º de Primaria.

Curso 2023 - 2024



Santoral

Semana de la unidad: 

He comprendido que mi bienestar sólo es posible cuando reconozco mi unidad con todas las personas del mundo, sin excepción. Leon Tolstoi

Para la reflexión

Mi zapato, tu zapato, nuestros zapatos. Un lugar en el mundo

    

Reflexión vocacional para ayudar a reconocer el lugar que debemos ocupar, si estamos atentos a las necesidades de los demás, para hacer un mundo mejor.


En esta historia aparecen diferentes momentos y situaciones, aquello que nos apasiona y nos encanta nos lleva tiempo, aquello que nos apasiona y nos gusta no nos deja hacer otras cosas. También hay personas muy capaces de descubrir las necesidades de los otros. ¿Crees que tú eres una de ellas?

En la vida, según crecemos, vamos descubriendo nuestro sitio, nuestro lugar en el mundo, nuestra capacidad de hacer Reino, de hacer un mundo mejor, es lo que los cristianos llamamos Reino de Dios.

Para ello, necesitamos ver las necesidades de los otros, dónde podemos hacer más falta, en qué puedo mejorar nuestro entorno o lugares lejanos.

En estos años de estudio, de trabajo en la escuela, no sólo aprendes, también estás descubriendo qué quieres ser, a qué te quieres dedicar, cuál es el mejor lugar de tu vida para hacer mejor el mundo, la vida de los demás, para ayudar a otros. 


Me pregunto...

Vamos a reflexionar en silencio: 


Oración

Padre bueno, padre de todos:

cada mañana recibimos el encargo de hacer este mundo mejor, 

nuestra sociedad mejor

nuestra ciudad mejor, nuestro pueblo

nuestra región o nuestro país.

 Queremos que nos ayudes a descubrir nuestro lugar en este mundo, 

dónde y de qué manera podemos hacer más habitable, más agradable, 

cuidado y valioso para todos.

Queremos que nuestro mundo sea solidario, ecológico, justo, sano.

Queremos ser parte de este proyecto de construcción de tu Reino, de la vida de todos.

Ayúdame a descubrir qué quiero ser.

Gracias. Cuento contigo.

Capital de Gracias

Esta semana podemos ofrecer a nuestro capital de gracias nuestros esfuerzo para traer el Reino de Dios a nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros. Le pedimos a María, que nos sintamos unidos,  al amparo del Espiritu Santo.

Consagración a la virgen

Oh Señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilizame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.