"En Cristo, la tolerancia se transforma en amor fraternal". Papa Francisco.

LA REGLA DE LAS 3 ERRES 

Buenos días a todos:

Hoy os queremos recordar la regla de las 3 erres, que aprendimos en el proyecto del curso pasado. 

• (R)educir. Debemos reducir las basuras para no colapsar los vertederos. ¿Cómo?  Eligiendo productos con envoltorios reciclables, como, por ejemplo, papel o cartón, y no comprar las verduras o la carne en envoltorios ya preparados, sino directamente.
  Y no olvides que es importantísimo reducir el consumo de agua, porque en nuestro país hay frecuentes episodios de sequía y los embalses crean graves impactos ambientales.

• (R)eutilizar. Muchos objetos que tiramos a la basura podrían ser aceptados con ilusión por otras personas. Por ejemplo, un reloj antiguo, una película que ya has visto 1000 veces, o incluso un juguete de cuando eras más pequeño puedes regalárselos a hospitales e instituciones benéficas. Con mucha frecuencia tiramos a la basura las bolsas de plástico y, sin embargo, proceden del petróleo, que es un recurso no renovable. Intenta guardarlas y volver a utilizarlas cada vez que las necesites.

• (R)eciclar. Para poder reciclar los objetos deben existir contenedores de recogida selectiva, ya que facilitan el trabajo. Tenemos la suerte de vivir en ciudades que promueven la gestión adecuada de las basuras, ¡seamos responsables!

Pues nada, a cuidar de nuestro medio ambiente.

Feliz día.

¿Creéis que es importante respetar la regla de las 3 erres?

¿Reciclamos? ¿Utilizamos los distintos contenedores que existen? 

Señor Jesús, cada día nos damos cuenta de la importancia de cuidar la naturaleza.

Para ello, debemos reciclar, debemos reutilizar, debemos reducir el consumo... pero no es fácil.

Que lo que esté en nuestra mano, lo hagamos siempre, y que los pequeños detalles (papeles, plásticos...) nos ocupemos de que lleguen a su lugar de destino: el contenedor.

Gracias Jesús, por invitarnos a cuidar nuestra madre naturaleza.

Vamos a ofrecer esta semana al Capital de Gracias nuestro pequeños gestos de tolerancia, con los que son diferentes a nosotros, los que disfrutan de otras cosas, los que no nos caen tan bien. 

Oh Señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilizame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.

• Lector: REINA DE LA FAMILIA Y MAESTRA DEL HOMBRE NUEVO

• Todos: ¡Ayúdanos en la misión!