10 de octubre

SECUNDARIA

curso 2023 - 2024



Santoral

EL VALOR DE LA ACOGIDA

Una de las cosas que aprendí cuando estaba negociando era que hasta que no me cambiara a mí mismo, no podía cambiar a otros.
(Alejandro Magno) 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (10, 38-42):

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.

Y Marta, se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano».

Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán.» 

Palabra del Señor.

Para la reflexión

LA ACOGIDA

Recuerdo cuando llegamos a vivir a la República Dominicana, un lugar donde la gente que nos rodeaba y sus contextos nos iban revelando muchas carencias en lo material. Recuerdo que ante la amabilidad y la generosidad de la gente a veces respondíamos rechazando algunas invitaciones o gestos de acogida, conscientes de que para esas personas eso estaba suponiendo un importante esfuerzo. Un día, tras una de esas negativas, alguien nos miró con gran ternura y también firmeza, y nos dijo “pero déjense querer, muchachos”. A partir de ahí hemos ido aprendiendo mucho sobre el dejarse acoger; lo que significa ser acogidos, y lo que supone para la persona que desea acoger. 

En relación con nuestro acoger, lo hemos ido entendiendo como el tratar de ser sensibles a las realidades y necesidades de la otra persona, desde las más materiales (una cama, comida, etc.), a otras, como sus ideas, sentimientos… Y una vez abiertos a esa realidad, acogida quiere decir poder responder abriendo las puertas, las de nuestra casa y las de nosotros/as mismos/as. Darnos cuenta de que las fronteras o límites que ponemos, no solo nos protegen, sino que muchas veces también nos limitan a la hora de encontrarnos con el corazón de otras personas. Poder transformar las fronteras en brazos que acogen.

En el otro lado del concepto Acogida tenemos el dejarse acoger: esto tiene que ver con el poder conectar con la parte más vulnerable de nosotros/as, la que nos hace descubrir que necesitamos de las otras personas. Aún cuando creemos que lo tenemos todo, que no necesitamos a nadie, que lo que tenemos vale tanto que es difícil que nos puedan dar algo que nos esté faltando... una imagen que nos ayudó mucho a entenderlo es la propia experiencia de Jesús en su vida cuando fue tantas veces acogido, incluso como extranjero, así como por los más pobres y excluidos. En la forma en que él vivió esas experiencias nos muestra su enorme humildad, capacidad de amar, y cómo con esa actitud siempre dignificó a quien le acompañó. 

Acoger y dejarse acoger son conceptos ligados e inseparables: cuando me acogen, yo también acojo, ya que estoy aceptando a la vez al otro/a… Todo un trabalenguas de posibilidades y sentidos que, al vivirlos, nos llenan de felicidad y nos ponen en el camino que invita a vivir Jesús.  

Raquel Abad y Javier Troyas

Me pregunto...

¿Te resulta fácil acoger a los demás?

¿Por qué crees que te cuesta dejarte querer y cuidar?

Oración

Te doy gracias Señor por el día de hoy.
Te pido que ensanches mi corazón para amar y dejarme amar por los demás.
Ayúdame a acoger todo lo que tú quieres regalarme en este día, derriba en mí todo muro que me impida acercarme al compañero y enséñame a mirar más allá de mis miedos y mis prejuicios.

Amén.

Capital de Gracias

¿Fui misericordioso o perdoné a alguien? Escríbelo y échalo en la tinaja.

Para hoy voy a hablar compartiendo algo con algún compañero que piense yo que se siente más solo, voy a acogerlo especialmente.

Nuestro Capital de Gracias y oración esta semana será por nuestro país, porque el día 12 celebramos la fiesta nacional, para que volvamos a conquistar los valores que tanta falta nos hacen. Ofrecemos también los frutos de la semana de Alianza que celebraremos a partir de la semana que viene.

Consagración a la Virgen

Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti.

En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos,  mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame,  defiéndeme y utilízame  como instrumento y posesión tuya.

Amén.